Hay muchas maneras de sentir adrenalina. Están las opciones “sensatas” –parapente, paracaidismo, nado con tiburones, escalar rocas con las manos– y está la otra opción: contratar a Ultime Réalité, una firma francesa que, por unos billetes, promete un sacudón adrenalínico extremo. ¿Cuál? Por 1300 dólares, la empresa ofrece el servicio menos pensado: secuestrar al cliente.

Tal como suena. Para quienes buscan una experiencia sacada de un film de acción hollywoodense, esta pequeña compañía del este francés provee de un paquete básico que consiste en ser capturado por extraños, atado, encapuchado, metido de prepo en un auto y mantenido en cautiverio por cuatro horas. Y si la oferta resulta poco tentadora por falta de emoción, la supuesta aventura puede “mejorarse” por un puñado más de dólares con escapes en helicóptero y persecuciones en bote. Un poco como el regalito que le hacía Sean Penn a su hermano, un anonadado Michael Douglas, en The Game de David “Seven” Fincher, sólo que acá la cosa es voluntaria.

“Sentirás la violencia y el miedo de un secuestro real, un shock psicológico que no olvidarás pronto”, promete el sitio web de la compañía que, una vez establecido el escenario ideal para el cliente, firma contrato y exoneración de responsabilidad. ¿El giro? El contratante no sabe cuándo lo atacarán. “Te seguiremos unos días y, en el momento oportuno, serás secuestrado”, estipula Ultime Réalité.