Domingo, 17 de agosto de 2003 | Hoy
VALE DECIR
De canastas y caninos
No es que el crédito bancario esté viviendo su mejor momento en
el mundo –ni en la Argentina, que está afuera del mundo, aunque
todavía tiene bancos–, pero en Inglaterra el Royal Bank of Scotland
parece haber decidido que es hora de ofrecerles tarjetas de crédito hasta
a los perros. Al menos a un perro, el cual recibió un formulario para
adquirir su propia tarjeta gold. El animalejo favorecido por la gracia real
escocesa es un Shih Tzu y propiedad de un tal Raymond Slater, residente de Stockport,
en el área suburbana de Manchester. Está bien, el límite
de la tarjeta no es el cielo, pero tampoco el techo de la cucha, sino una cifra
más vale dorada y respetable, cercana a los 15 mil dólares (y
una oportunidad para sumar millas aéreas). Una vocera del banco aseguró
que la entidad ya “ha emitido las disculpas correspondientes por cualquier
inconveniente que el RBS pudiera haberle causado al Sr. Slater. Obtuvimos el
nombre de Monty -tal el nombre del selecto pichicho– de la lista de un
broker. Ahora su nombre ha sido eliminado de la base de datos y se ha dispuesto
el envío de una canasta al Sr. Slater, a modo de disculpa”. Por
ahora, y como es costumbre, nadie se disculpó con el perro (que, extraoficialmente,
habría expresado cierto interés en lo de las millas aéreas)
y en cuanto al amo, mucha canasta pero de ofrecerle una tarjeta de crédito,
ni hablar.
Un palo verde
Así como El Hombre Nuclear (Lee Majors) era, en su título original,
el hombre de los seis millones de dólares, una nena norteamericana acaba
de hacerse propietaria del “hombre del palo verde”, dicho esto en
el más obsceno y obvio de los sentidos posibles. Ella tiene seis años
de edad y tal vez no entienda demasiado de estas cosas. Pero los fabricantes
españoles no podrán argumentar a su favor con tanto candor. Cuando
Lea, la niña en cuestión, decidió bajarle los pantalones
al muñeco del increíble Hulk que se había ganado en una
kermesse de su pueblo –lo primero que hace cualquier párvulo del
mundo con todo juguete “desvestible”–, se encontró
con que el personaje venía munido de un pene de cinco centímetros
de largo. Kim, la madre de la niña, asegura que ella no le anda comprando
juguetes sexuales a su hija sino que fue uno de los muchos premios que obtuvo
en la feria de Brighton Pier tras bajar varias latas de arvejas con habilidad
y puntería. “El muñeco debería estar prohibido –dice
ahora Kim–: un Hulk con tremendo bulto (sic) no debería estar permitido.
Teniendo en consideración que el muñeco sólo mide 24 centímetros,
es sorprendente el tamaño de su salchicha (sic).” Y eso que la
señora todavía no lo vio cuando se enoja.
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