El italiano Rino Stefano Tagliafierra tiene 34 años, vive en Milán y, en los últimos días, su nombre ha recorrido portales de arte de costa a costa. Tiene sentido: no todos los días un animador experimental saca lustre a sus dotes dándoles movimiento a... pinturas. Más aún: excelsas pinturas incluidas en el panteón de las grandes obras maestras. Así, poniendo las nuevas tecnologías al servicio de los clásicos, el milanés toma cuadros de Rubens, Caravaggio, Rembrandt, Simonet, Vermeer o Lievens, entre tantísimos otros, y, como buen realizador, organiza y ordena los personajes, haciendo que caminen, muevan la cabeza, los pies, cierren sutilmente los ojos.

“Un camino de suspiros a través de las emociones de la vida” o “Un homenaje al arte y su belleza encantadora”, fueron algunas de las expresiones con las que el propio Tagliafierra se refirió a su obra, un clip titulado B E A U T Y (en castellano, “Belleza”) que, en sólo una semana, ya alcanzó más de 120 mil visionados. Una cifra bien nutrida; en especial si se considera que los videos virales suelen valerse de simpáticos perritos haciendo tonterías, no destacadas piezas del simbolismo, manierismo, paisajismo, romanticismo, neoclasicismo, entre otros ismos.