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Nikelodio
La Organización Adbusters, dedicada desde hace quince años a contrarrestar las campañas publicitarias de las grandes marcas, da un nuevo paso: lanza sus zapatillas anti-Nike.
Por Annette Jensen, de Tageszeitung
Se ve como una zapatilla de los ‘60: blanca y negra con suela aplanada, sin cámaras de aire o cachivaches por el estilo. Unica particularidad: un punto rojo adelante. El sencillo calzado sirve a una sola función: patearle el culo al presidente de Nike, Phil Knight. Como al logo de las Nike se lo denomina “swoosh”, el nuevo modelo creado por Kalle Lasn, director de la Organización Adbusters, se llama “Unswoosher”, o sea des-swoosh.
Hace años que Adbusters lleva a cabo una campaña contra la contaminación mental de las marcas. Para ello, Lasn y sus colegas de Vancouver se valen de las millonarias publicidades de sus enemigos. “Esto es como el aikido”, explica Lasn. “Se usa el envión del enemigo para beneficio propio, mientras que el otro cae en la lona.” Así es como hace un par de años Camel tuvo que enfrentarse con la imagen de un camello mortalmente enfermo en una camilla de hospital, mientras que Absolut Vodka tuvo que aguantarse la imagen de una botella arrugada bajo la que se leía “Absolut Impotence”.
El nuevo enemigo es a la vez uno de los más antiguos, y no sólo de Adbusters. Por invertir millones en convencer a la juventud de que no hay nada más deseable en esta tierra que portar sobre la ropa un alita, Nike constituye el adversario tradicional de todos los boicoteadores de marcas. Hace un tiempo, Adbusters diseñó una pinza especialmente diseñada para arrancar el ala de las zapatillas Nike, producidas en Asia y Latinoamérica bajo condiciones infrahumanas y sueldos de hambre para ser vendidas en el Primer Mundo a unos sobreprecios inverosímiles. Con la fabricación de un producto propio la organización canadiense busca ahora dar un nuevo paso. No bien se junten los fondos suficientes, un aviso en el New York Times mostrará un swoosh tachado con lápiz y abajo la leyenda: “Repensá lo cool”.
La idea está hace tiempo, pero la producción de las Unswoosher generó algunos problemas. “Todavía tenemos dificultades para conseguir una fábrica”, dice Kalle Lasn. Aunque muchas empresas de Corea del Sur, Indonesia y China se manifestaron interesadas en producir las anti-Nike, no bien escucharon que entre las condiciones del contrato figuraba la libertad de reunirse en sindicatos para los trabajadores, enseguida prefirieron abrirse. Lasn no pierde las esperanzas: “En pocos meses vamos a sacar los primeros ejemplares”.
Lo que sí ya está listo es el spot televisivo. También los carteles que rodean a la central de Nike en Oregon y ponen nervioso a Knight en su camino al trabajo. Lasn conoce todos los elementos de una campaña publicitaria profesional: al fin y al cabo él también supo ganar mucho dinero haciéndole la campaña publicitaria a diversos productos.
La organización anti-marcas Adbusters fue fundada por él en 1989 y cuenta hoy con unos 20 empleados. Se financia básicamente mediante donaciones y la venta de agendas, banderas y postales. Otro de sus pilares económicos es su revista, que tiene una tirada de 120 mil ejemplares, varios premios en su carrera y es una de las lecturas predilectas de los publicistas de todo el planeta. Cuando se haga realidad el sueño de la zapatilla propia, Adbusters se habrá acercado un poco más al objetivo nada modesto de sus denuedos anti-marketing: hacer que descarrile la espiral de consumo capitalista.
Pedidos de Unswoosher e información sobre
Adbusters en www.adbusters.org y www.blackspotsneaker.org