MúSICA - NANCY WILSON, UNA VISITA INESPERADA
La extraña dama
En medio de la andanada de visitas del Personal Fest, se coló una sorpresa más que bienvenida: la cantante Nancy Wilson, que supo colaborar con un batallón de leyendas del jazz como Cannoball Adderley y ser la más vendida en Estados Unidos después de Los Beatles.
Por Hernán Ferreirós
Nancy Wilson tiene apenas un año más que Tina Turner, pero pertenece a otra generación de cantantes, para la que la técnica, la sofisticación y la elegancia eran valores irrenunciables. Este credo la alejó del carril rápido del rock y la puso en el medio del camino, la zona transitada por standards, baladas románticas y parientes cercanos y domesticados del jazz. Más que de sexo, drogas y rock & roll, su voz se trata de seda, rosas y rhythm & blues. Es una cantante extraordinaria, sí, pero también actúa y conduce programas de radio y televisión, es decir, puede ser incluida con precisión en una categoría estrictamente norteamericana: es una entertainer. ¿Está mal?
El éxito no le dio muchas opciones: a los 15 años ganó un concurso de canto en su pueblo natal, Columbus, por el que accedió a conducir su propio programa de TV. Al mismo tiempo, cantaba con bandas locales por todos los clubes de la ciudad e incluso llegó a presentarse junto al quinteto de Cannoball Adderley antes de cumplir los 20. Adderley, uno de los saxos altos más exuberantes y vitales del jazz –integrante del insuperable sexteto de Miles Davis, con quien grabó Kind of Blue y dueño de una destacada trayectoria solista–, le explicó que Ohio no era lugar para una chica como ella y le recomendó que se instalara en Nueva York. En 1959, a los 22 años, Nancy obedeció el consejo. Ya en la gran manzana, no tuvo que pasar por el calvario de las chicas del interior que quieren ser estrellas: ella casi lo era. En su website (www.missnancywilson.com) el A&R de Capitol Dave Cavannaugh dice que su voz resultaba “una mezcla de las cualidades tonales de Dinah Washington con la expresividad de Billie Holiday”. Eso explica el entusiasmo y la celeridad con los que la hizo firmar un contrato y la metió en el estudio con los directores de orquesta más exitosos del momento: Billy May, George Shearing y varios más. Afortunadamente, Cannoball Adderley volvió a cruzarse en su camino y la llevó a grabar el que sería, para ella, su mejor trabajo. El disco Nancy Wilson / Cannonbal Adderley (1962) la encuentra más cerca del jazz que nunca antes en su carrera. Su tono se carga de blues y dramatismo y ofrece alguna de las mejores interpretaciones de las canciones elegidas, entre las que se destaca una intensa versión de “The Masquerade Is Over”.
Tras este álbum, su voz poderosa y cristalina, sin impurezas ni excentricidades, la devolvió rápidamente al MOR. Los dos discos más exitosos de ese período fueron Broadway My Way y Hollywood My Way que, previsiblemente, contienen todo el rosario de hits de ambas mecas del showbiz. A estos éxitos, una vez más, siguió su propio programa de TV, The Nancy Wilson Show, y una seguidilla de álbumes similares: clásicos, baladas, música pop. Tras más de una década de ventas extraordinarias (el único artista de Capitol que vendía más que ella en Estados Unidos era Los Beatles), el éxito empezó a decrecer y Nancy se dio el gusto de volver al jazz. Por 1980 empezó a asociarse con Hank Jones, Joe Henderson y Chick Corea con quienes demostró, nuevamente, la versatilidad de su voz.
Inexplicablemente, Nancy Wilson nunca fue “descubierta” por un par de productores de música electrónica que la relanzaran hacia un nuevo público, tal como le pasó a Shirley Bassey gracias a los Propellerheads o a la maravillosa Dusty Springfield con los Pet Shop Boys. Por eso, su presencia en el Personal Fest es extraña: desde que ella era jovencísima sus canciones son para un público bastante más viejo que el del rock. Pero esta anomalía es bienvenida: no está mal una dosis de distinción y un sonido relajado para que el público de mediana edad, los que crecimos con el rock pero ya no podemos estar parados más de media hora sin dolor de pies, podamos recuperar el aliento.