Un barrio extraño, donde las reuniones de negocios conviven con la Reserva Ecológica. Un puente que, con sus cables como cuerdas, puede ser visto como un arpa gigantesca. Y algo que es al mismo tiempo una operación estética y un juego. “Sacarle sus sonidos al puente”, dice Martín Liut, compositor, docente y periodista que, al frente de un equipo de profesores y alumnos avanzados de la carrera de Composición con medios electroacústicos de la Universidad Nacional de Quilmes, realizó Sonidos de Puerto Madero a partir del diseño de siete instalaciones sonoras en las Grúas del Malecón Oeste (diques 1, 2, 3 y 4).
En cada grúa se montaron pares de parlantes que, todos los días, entre las 12 y las 20, trazan un mapa sonoro del lugar, con grabaciones que van de la Reserva Ecológica a la terminal portuaria y a las voces de algunas de las mujeres que hoy dan nombre a las calles de la zona. Cada grúa es un work in progress, ya que los montajes sonoros se irán modificando y realimentando a lo largo del mes, para terminar conformando un collage sonoro que se presentará, junto con la performance sobre el Puente de la Mujer, el 11 y 12 de diciembre. La dirección técnica y artística es de Mariano Cura y el análisis y la modelización acústica están a cargo de Gustavo Basso.
Pero ¿es música o no? El autor de la idea explica: “La gente de Puerto Madero había estado cuando hicimos lo de Plaza de Mayo (la experiencia Los sonidos de la Plaza) y nos pidieron textualmente una ‘experiencia auditiva’ de ese tipo para conmemorar los quince años de existencia de Puerto Madero. Están en juego la audición y una mezcla de contenidos textuales y musicales. Es como si se relocalizaran bandas sonoras de películas donde, al perderse la imagen, cobrara importancia lo sonoro en sí. Es algo lúdico, que tiene que ver con el simple placer de ver cómo podemos hacer sonar el puente, y también algo político, en el sentido del tipo de ocupación del espacio público que plantea”.