Dom 03.04.2005
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VALE DECIR

Yo tengo fé

La Cientología: la cruzada de Cruise y la cruz de quienes lo rodean.

Así salió publicado semanas atrás en el sitio de la Iglesia Cientológica, www.churchofscientology.com: “Con algarabía y banderas flameantes, miles de españoles, europeos y norteamericanos llenaron la calle de Santa Catalina, en Madrid, para celebrar la Gran Inauguración de las magníficas nuevas instalaciones de la Iglesia Cientológica. Tras una conmovedora ceremonia, que incluyó discursos de los ejecutivos de la Cientología y de defensores de los derechos humanos, el presidente de la nueva iglesia, María Gutiérrez, invitó a todos los presentes a recorrer el edificio hermosamente renovado”. Sic. Todo indica que se trata de una iglesia que tiene “presidente” y “ejecutivos”.

Y que a los cientologistas se les da mucho por organizar tours religiosos para los no iniciados: Tom Cruise, una de sus estrellas más refulgentes, invitó en enero a los distribuidores de la película La guerra de los mundos –la flamante y multimillonaria versión del relato de invasión marciana de H.G. Wells filmada por Steven Spielberg– a subirse a bordo de un tour cientológico de cuatro horas por Los Angeles. Poco antes de la gira mágica y misteriosa para ejecutivos temerarios, Cruise había inaugurado una “Carpa de la Cientología” en el set de rodaje de Spielberg. Adentro, se dice, se ofrecían unos “minimasajes” a cargo de “ministros voluntarios”. Sic, sic, otra vez.

Por supuesto que Tom también estuvo en Madrid, donde contó cómo la Cientología lo ayudó en su vida y su carrera: “En ella encontré varias herramientas que me han permitido ayudarme a mí mismo y ayudar a otros a mejorar sus condiciones de vida. Hoy no estaría aquí como artista, como padre y como ser humano si no fuera por la Cientología. Me ha dado una mayor comprensión del mundo en el que vivimos y del ser espiritual que soy”.

En el encuentro madrileño, un tal David Miscavige, director de la Junta del Centro de Tecnología Religiosa, aseguró que “para el pueblo español esto representa un nuevo comienzo. Queremos que sepan quiénes somos, en qué creemos, qué valores defendemos. Nuestras puertas están abiertas los siete días de la semana. Sin importar posición social, raza ni credo, todos son bienvenidos. Porque la Cientología tiene respuestas. Respuestas de verdad”.

Creada hace más de 50 años por el escritor L. Ron Hubbard, la Cientología se autopromociona como una “filosofía religiosa aplicada” que aprovecha el progreso tecnológico para el mejoramiento espiritual y físico, y que es capaz de aportar “respuestas modernas a interrogantes eternos como ¿quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿adónde vamos? y ¿qué estamos haciendo?”. Es, además, la religión que más rápido creció en los últimos tiempos. Ya cuenta con “3200 iglesias, misiones y grupos en 154 países”. Y con varios adeptos famosos y adinerados, además de Cruise: John Travolta (quien llevó al cine Battlefield Earth, una famosa novela de ciencia ficción de Hubbard, con resultados desastrosos), Kirstey Alley, el cantante Isaac Hayes y otras estrellitas menores. Lo asombroso es el nivel de compromiso y de dinero que estas celebridades invierten en el culto: Cruise, por su parte, fundó un centro de tratamientos de base cientológica para los bomberos que sufrieron daños físicos y emocionales en el ataque a las Torres Gemelas. Un dato de temer: el cuartel central de la Cientología en Los Angeles se llama Celebrity Center (Centro de Celebridades) y alberga un spa, un hotel, un restaurante y aulas en las que se dictan cursos de títulos tales como “El camino a la felicidad” (“Paso 17: sé competente”). La Cientología tiene programas de alfabetización y de rehabilitación para drogadictos, recuerda el siempre correctísimo, pulcro y sonriente Tom Cruise. La Cientología, dice, lo curó de su dislexia en los años ‘80 y “me ha ayudado a vivir el tipo de vida que estoy viviendo y a trabajar para ser el tipo de persona que quiero ser”. Cruise inició en la Iglesia Cientológica a sus tres hermanas y a su madre. Y es capaz hasta de perder un poco la compostura cuando se le mencionan las sospechas que circulan respecto de los métodos y propósitos de su iglesia. Neil Strauss narra en la Rolling Stone norteamericana el siguiente episodio: durante un almuerzo con Tom, se le ocurrió señalarle que “en la percepción popular, la Cientología es una palabra asociada con tácticas de reclutamiento pesadas”, y que por lo tanto “uno creería que Cruise no está dispuesto a hablar mucho de ese universo”. Fue entonces cuando Cruise se levantó de la mesa diciendo: “A alguna gente, si no les gusta la Cientología, entonces, bueno, fuck you”, señalando con el dedo furioso al enemigo imaginario. “Fuck you.” Con el rostro enrojecido agregó: “Y punto”.

Para darse una idea de cuáles son los argumentos y acusaciones que abundan sobre la Cientología, basta visitar www.scientology-lies.com (la “cientología miente” punto com), o www.xenu.com o www.scientologywatch.org. Se sabe que en algunos países la Iglesia Cientológica ni siquiera está admitida oficialmente: en Alemania se la tiene bajo observación. En 1992, los cientologistas demandaron a la revista Time por una nota de tapa en la que se la mostraba “como un culto despiadado”: precisamente el tipo de accionar corporativo-intimidatorio que despierta las sospechas de muchos. Según se lee en una nota de advertencia del site www.scientology-lies.com, “la Cientología global es una compleja estructura legal internacional de múltiples corporaciones, algunas de las cuales son organizaciones sin fines de lucro y otras de las cuales no lo son”. Nada más. Pero cualquier cosa vale si es para que Cruise abandone su espantosa sonrisa de relaciones públicas, al menos por un rato.

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