TARAS > EL DISPARATE NO TIENE LíMITE: AHORA LOS JEDI SON UNA RELIGIóN OFICIAL.
› Por Federico Kukso
Los fanáticos de Star Wars lloran de alegría. No sólo ruegan para que los días pasen más rápido (y así poder devorar con los ojos la inminente sexta entrega de la saga, Episodio III: La venganza de los Sith, a estrenarse mundialmente el 19 de mayo) sino que ya tienen todo listo para prender velas, ponerse de rodillas y rezarle al gran maestro Yoda. Resulta que al enjambre de mitos, filosofía algo endeble y merchandising infinito generado industrialmente por las cinco películas de George Lucas, ahora se le suma un nuevo y reluciente componente: la religión jedi.
Todo comenzó en 2001 con una sospechosa cadena de mails que, con la pomposidad de un documento oficial, aseguraba que si en un censo del Commonwealth diez mil personas declaraban su creencia en los caballeros jedi, inmediatamente sería reconocida como religión oficial. Y así lo afirmaron en el formulario de la encuesta: nada menos que 390.000 ingleses y 70.509 australianos (el 0,37% de la población) se confesaron seguidores de telépatas con nombres más que extraños (Luke Skywalker, Obi-Wan Kenobi, Mace Windu o Qui-Gon Jinn) y fervientes creyentes en “la fuerza”, “ese campo de energía –como explicó sucintamente Obi-Wan Kenobi– creado por todos los seres vivos. Nos rodea, nos penetra y mantiene unida a la galaxia”.
La Oficina Nacional de Estadística del Reino Unido se enteró del susodicho mail y negó que diez mil personas pudieran convertir en oficial lo que apenas debería llamarse afición. No obstante, esto no disuadió a los fanáticos, que ya advirtieron que en un documento de esa misma oficina la religión jedi aparece con el código 896 por debajo del catolicismo (0001), judaísmo (304), satanismo (331) y cienciología (332). Bastante por debajo, pero está.
Mientras se resuelve el conflicto en los tribunales, los creyentes ya tienen a mano sus oraciones como “Yoda nuestro” (“Yoda nuestro que estás en la galaxia,/ cuantificada sea tu fuerza./ Venga a nosotros tu entrenamiento./ Hágase tu voluntad,/ así en Coruscant como en Naboo./ Danos los midiclorianos de cada día, / perdona nuestras torpezas así como perdonamos a los que entorpecen./ No nos dejes caer en el lado oscuro/ y líbranos de Darth./ Amidalamen”), el “Ave Leia” (“Que Yoda te salve, Leia, llena eres de fuerza,/ Obi Wan es contigo./ Skywalker tú eres entre todas las jedis / y Skywalker es el fruto de tu padre Anakin./ Maestra Leia, hermana de Luke, / ruega por nosotros, jedis, ahora y en la hora de la resistencia./ Amidalamen”), o la forma en la que uno debe persignarse (“En el nombre del Padre –Vader–, del hijo –Luke– y del Poder de la Fuerza, Amen./ La Fuerza esté con todos vosotros./ Y con tu espíritu./ Podéis despegar en paz./ Demos gracias a Obi Wan”).
Es más: los más fervorosos (y por cierto, delirantes) seguidores de la saga le comentan a todo el mundo que hasta tienen Papa. Ni más ni menos que el mismísimo Josef Ratzinger, imagen calcada del malo y perverso emperador Palpatine de Star Wars. Cualquier duda, ver foto.
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