TEATRO > UNA GUíA PARA EL FESTIVAL DE BA
Como viene sucediendo desde hace cinco años, este jueves el circuito cultural porteño inaugura un mes a puro teatro. O no tan puro, porque lo interdisciplinario pisa fuerte. Inaugura Laurie Anderson y cierra el músico francés Galliano; para el camino, estas son algunas pistas para no perderse entre tanta oferta.
POR CAROLINA PRIETO Y CECILIA SOSA
Tentacular, polifacético, inclasificable. Así se palpita la V Edición del Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires. El teatro fagocitando, cada vez más, elementos de la danza, la plástica y la música. La danza devorando historias. La tecnología apareándose con sonidos y relatos. Lo contemporáneo fusionado con lo clásico. Arte en plena ciudad: intervenciones en calles, edificios, plazas y hasta cementerios. Y una inauguración acorde: Laurie Anderson descorrerá el telón el 7 de septiembre con The End of the Moon, un unipersonal multimedia que, signo de lo que se verá hasta el 29, propone el cruce casi constante y hasta insospechado de disciplinas, en un show definido por ella misma como un largo poema musicalizado. Por último, y como si fuera poco, la mejor selección nacional para ver gratis o por unos pocos pesos.
Oscuridad canadiense y bríos sudafricanos.
Desde Montreal llega una fantasmagórica tecnología inspirada en Los ciegos, del belga Maurice Maeterlinck, a cargo de una renombrada compañía francoparlante, la Ubu Compagnie de Création de Denis Marleau. La sala convertida en una cámara oscura y una instalación de video que sólo iluminará los rostros de los personajes y los multiplicará mágicamente. Doce no videntes abandonados por su guía en un bosque sin ningún punto de referencia: una metáfora de la fragilidad humana y el lenguaje como ¿salvación? para mitigar la angustia.
La sudafricana Robyn Orlin odia que la llamen coreógrafa, y se ganó el repudio de la tradición del ballet clásico de su país y de los sectores más conservadores. Sus puestas, una mezcla de géneros devenida en un caos organizado con el público desplazado de las butacas, suelen abordar causas sociales sin descuidar el riesgo estético. La que se verá aquí, como casi todas sus creaciones, es casi irrepetible: Daddy, I’ve Seen this Piece Six Times Before and I Still Don’t Know Why They’re Hurting Each Other. Una pregunta sobre el poder y tal vez una renuncia, que muestra a un grupo de intérpretes en disputa a la espera del director que no llega.
Ojos bien abiertos... sobre los clásicos.
Endstation Amerika (Alemania). Frank Castorf, enfant terrible del teatro del ex Berlín oriental, desembarca en estas tierras con una personal versión de Un tranvía llamado deseo, que provocó el rechazo y hasta un intento de censura por parte de los herederos de Tennessee Williams, además de la celebración de la crítica. La puesta tiene música en vivo (se oirá desde Britney Spears hasta Lou Reed), cortes en la ficción y cámaras que captan detalles que de otro modo pasarían inadvertidos en el entramado de codicia, paranoia, abandono y depresión que tejen los personajes. El director viene nada menos que con la Volksbühne, el teatro fundado en 1913 al que transformó –desde que asumió su conducción tras la caída del Muro– en un punto de referencia clave de la vanguardia alemana.
Tío Vania (Bélgica). Casi un experto en Anton Chéjov, Luk Perceval viene a mostrar su cuarto trabajo basado en una obra del autor ruso, interpretado por la compañía más grande y antigua de Flandes, la Het Toneelhuis. Pero no habrá trajes decimonónicos, aires bucólicos, ni muebles de estilo. Por el contrario, la mirada de este creador es, según afirman los medios europeos, drástica y sitúa la acción en un desvencijado salón de baile.
Noche de Reyes (Reino Unido-Rusia). Una conjunción atípica: un director británico (Declan Donnellan, un lego en Shakespeare que además se preocupó por dar a conocer al público inglés autores hasta entonces desconocidos) y un elenco ciento por ciento ruso y masculino. Además de trabajar en su país, Donnellan se sintió atraído por la capacidad expresiva de los intérpretes rusos, montó varias obras en la ex Unión Soviética y ahora cruza el Atlántico con una pieza que potencia equívocos y dobleces. Fiel a la tradición del teatro isabelino que prohibía la actuación de mujeres, el director eligió varones para recrear los personajes de una comedia de enredos sobre el amor, con una protagonista que se hace pasar por hombre y desencadena una risueña serie de malentendidos.
Poesía, Laurie Anderson y música en vivo.
Tres espectáculos que recurren a avances tecnológicos y no se agotan en ellos. Uno es una metáfora de la cultura norteamericana y de su estrecha relación con la tecnología. Otro, una improvisación en vivo sobre nuevas formas de combinar imágenes y sonidos que cuestionan nociones de control y causalidad. Y el último está basado en beats electrónicos y cultura afro. Tres propuestas que dieron que hablar en escenarios internacionales, por primera vez en Buenos Aires, con excepción de Laurie Anderson, que regresa, siempre renovada, después de más de una década. Cantante, violinista, compositora, cineasta experimental, artista visual. Anderson es todo ello y más. No por nada fue invitada a una estadía en la NASA como “artista residente”, invitación que devolvió con su espectáculo, donde promete disparar contra algunos rasgos de la sociedad norteamericana como la guerra, el consumo, pero también el sentido de la estética y la espiritualidad norteñas.
Además se verá Display Píxel 3, de los franceses Vincent Epplay y Antoine Schmitt. Una improvisación en vivo con imágenes que activan sonidos y viceversa, en un universo formal inspirado en el videojuego. El cierre de los 19 días de fiesta estará a cargo de un personaje peculiar de la actual escena musical francesa, Frédéric Galliano. DJ, productor y creador de su propio sello discográfico, grabó un disco de música electrónica y jazz que sorprendió a muchos, antes de internarse durante cuatro años en Africa. Con un estudio móvil a cuestas, recorrió Senegal, Costa de Marfil, Guinea y Nigeria; grabó voces y ritmos que cristalizaron en un disco doble que presentará aquí, junto a músicos y cantantes negros. Frédéric Galliano and The African Divas, la nueva aventura de esta rara avis de la electrónica europea.
Hip-hop, videos e identidad.
Contextos hi-tech con pantallas, luces, imágenes de video y sonido creados en directo, como marco para historias mínimas, relatos condensados y, en algunos casos, poéticos. La compañía brasileña Grupo de Rua de Niterói hará Telesquat, una obra de humor absurdo sobre los efectos de la televisión en la percepción del mundo. Fue creada por Bruno Beltrao, un chico que arrancó bailando hip-hop en los suburbios de Río y hoy dirige uno de los conjuntos de danza contemporánea más celebrados del mundo.
Videasta y ex atleta, el francés Pierre Rigal protagoniza un unipersonal focalizado en algo sencillo: ponerse de pie. erection (así, con minúscula) se llama este solo de danza ambientado en un dispositivo depurado y tecno, que trabaja sobre la evolución y el crecimiento.
En checo, moth puede significar mujer, pesadilla o insecto. Night Moth es la propuesta de Petra Hauerová, figura central de la danza contemporánea local, una disciplina llena de vitalidad luego del ostracismo en el que se vio sumergida durante el gobierno comunista. Láser y video-animación para un unipersonal sobre una mujer inmersa en la búsqueda de su identidad.
Lo mejor de la temporada local, como siempre.
La nueva edición del FIBA será también una gran oportunidad para ver gratis las mejores obras que pasaron por cartelera durante el año. El problema será que habrá que arreglárselas para elegir entre De mal en peor, de Ricardo Bartís; El escondido, de Silvina Grinberg; Foz, de Alejandro Catalán; El sabor de la derrota, de Sergio Boris; La estupidez, de Rafael Spregelburd; y La señora Macbeth, de Pompeyo Audivert. (Las entradas se retiran en la sala correspondiente el mismo día de la función.)
Además, en el ciclo “Programados y presentados por”, la crème de la crème local apadrinará un espectáculo que se podrá ver gratis o por menos de cinco pesos. Así, por ejemplo, el sorprendente y encantador biodrama de Javier Daulte, Nunca estuviste tan adorable, llega al Teatro de la Ribera. O si no el “Proyecto inversión de la carga de la prueba”, donde tres directores (Guillermo Arengo, Ariel Farace y Matías Feldman) darán vuelta los procesos tradicionales de realización de una obra en el Centro Cultural Rojas.
La Alianza Francesa se las dará de exquisita: presentará una instalación virtual de Miguel Chevalier que hará crecer cada día y en tiempo real plantas y flores sobre los muros del edificio. Por su parte, el Instituto Goethe, siempre avant garde, mostrará Arrabales del vacío, una topografía sonora de Thomas Köner, donde el modernísimo dj y artista plástico manipulará imágenes y música en vivo para quienes quieran bailar bajo su estela.
De la Plaza de Mayo al Cementerio de la Recoleta.
Sin dudarlo, la gran novedad local de la edición será “Proyecto Cruce”: escenarios no convencionales para cuatro inéditas propuestas que conjugan teatro con danza, artes plásticas y nuevas tecnologías. ¿Las locaciones? Una más improbable que la otra: la mismísima Plaza de Mayo, el pasaje más tradicional de la ciudad, el Palacio Pizzurno y hasta el más coqueto cementerio porteño.
El diseñador gráfico Gabriel Valansi se llevará la palma del más temerario. Para su intervención Antiaéreos se las arreglará para colgar dieciocho dirigibles sobre Plaza de Mayo al modo en el que los globos antiaéreos fueron utilizados en la Segunda Guerra Mundial. Es de esperar que las defensas no flaqueen como hace 50 años. (Del lunes 12 al domingo 18 de septiembre.)
Los que decidan darse una vuelta por el tradicional Pasaje Rivarola se pueden llevar más de una sorpresa: en nueve escenas simultáneas, distintos personajes se exhibirán en situaciones convencionales o inauditas, ideadas todas por el dramaturgo y cineasta Mariano Pensotti. No habrá diálogos para develar el misterio. Apenas un subtitulado por escena permitirá seguir el pensamiento de cada actor, su historia personal, e incluso hasta su futuro. Casi como si pudieran narrarse todas las historias posibles de un rincón de la ciudad, desde el presente hasta una irrepresentable novela del siglo XIX. (Viernes 16, sábado 17, domingo 18 a las 21 en el Pasaje Rivarola.)
La afamada coreógrafa, bailarina y realizadora de video-instalaciones Margarita Bali les saltará de lleno a los muros del Palacio Pizzurno. El agitado edificio, alguna vez concebido como escuela de avanzada para setecientas señoritas, será asaltado no ya por estudiantes en pugna sino por una megaproyección sonorizada de imágenes digitales, gráficas y de video en Pizzurno Pixelado. Un verdadero espacio onírico por donde desfilarán y levitarán extraños seres casi alados, mientras que otros, digitalmente animados, danzarán con criaturas reales. Y todo al son de la música octofónica compuesta especialmente por Jorge Sad. (Sábado 10 a las 20 y a las 22 en el Palacio Pizzurno.)
Para los amantes de lo oscuro, no hay mejor opción que La tertulia, una intervención musical y literaria de Nicolás Varchausky y Eduardo Molinari que convertirá durante tres noches el Cementerio de la Recoleta en un laberinto polifónico de sonidos, voces, imágenes y velos. Los que se presten a la experiencia serán instados a realizar un paseo nocturno por la necrópolis y animarse a descubrirla como territorio desplegado de la memoria individual y colectiva. Escalofriante. (Del lunes 19 al miércoles 21 de 20 a 23 en el Cementerio de la Recoleta.)
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