HALLAZGOS
David Bejar y los Destroyer, una joya del desconocido rock canadiense que goza y padece una década de comparación con Bowie
› Por Martín Pérez
"Yo te quería / quería tus blues", canta David Bejar con su voz nasal, clásica de la escena indie, pero con una música que reverencia el rock más setentista. Bueno, tal vez no tanto. Porque Destroyer, un proyecto de banda que ya lleva una década y es al mismo tiempo pura y exclusivamente Bejar, es pasto ideal de esas interminables praderas indie, llenas de grupos de los que pocos han oído hablar alguna vez. Pero lo cierto es que el cantautor más iconoclasta de la ciudad canadiense de Vancouver desde hace años que debe soportar una permanente comparación con David Bowie. Por su forma de frasear, por sus canciones que brillan pero al mismo tiempo hablan de noche, por esos coros tarareados pero nunca intrascendentes. Así que es bueno dejar que suene una y otra vez un disco que resulta estar a la altura de sus repetidas referencias.
"Las buenas cosas tienen siempre un final / son las malas las que duran para siempre", se escucha al comienzo de Destroyer’s Rubies, una de esas cosas buenas que siempre se terminan. Aunque, en el caso de los discos, siempre se puede apretar play una y otra vez. Séptimo álbum propiamente dicho del grupo de Bejar, Destroyer’s Rubies es su obra maestra, un diamante en la mejor basura de un cantautor de 33 años, que escribe y canta con la seguridad y la urgencia de quien sabe que tiene el tiempo contado. "El rock es un juego para jóvenes. Hay un veneno temporal que se libera a eso de los 40, y ya no podés hacer una buena canción más", asegura Bejar. "Uno puede intentar y usar las dos manos para contar la gente que escapó de ese problema, pero probablemente sólo necesites una mano sola." A pesar de su década de carrera, Destroyer es aún un grupo oscuro dentro de la nación indie, y si David Bejar no comparte la misma oscuridad es porque forma parte de The New Pornographers, una suerte de supergrupo del rock indie canadiense, tan en boga últimamente. Pero es Destroyer, y más específicamente Destroyer’s Rubies, lo que debería hacer de David Bejar un nombre algo más común dentro de ese gueto.
"No tenía ni una sola oportunidad / no podía siquiera presentarme / vos lucías bien con los otros / lucías bien sola", dice el coro del pegadizo "Painter in your Pocket", para muchos el tema más irresistible de toda la discografía de Bejar, y el centro de un disco lleno de humo y alcohol, remordimientos y visiones del pasado. Si Bowie es un referente instantáneo y cabaretero, el vitriolo que las canciones de Bejar dejan caer sobre sus personajes femeninos, y la oscuridad de sus referencias literarias y míticas, lo acercan al mejor Dylan, pero con Scott Walker como punto de partida antes que Woody Guthrie. Claro que la oscuridad en las letras de Bejar no sólo proviene de sus tragedias sino también del gratuito jugueteo poético de muchas de sus frases, lo que ha convertido las preguntas sobre el sentido de sus letras en un clásico en sus entrevistas. "¿Quién quiere entender un disco?", se ha preguntado recientemente Bejar. "Yo prefiero escucharlo." Y es justamente al escucharlo cuando Destroyer’s Rubies gana un lugar una y otra vez en la compactera. "Tiempos desesperados exigen medidas desesperadas", canta en "European Oils", otro de los temas más irresistibles del disco. "Yo te quería a vos / y quería esos tesoros también." Se sabe: se trata del cantante, y también de la canción.
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