radar

Domingo, 11 de agosto de 2002

El aprendiz de brujo

En 1962, José López Rega había fracasado como émulo de Paul Anka en Centroamérica, se acababa de retirar de la policía con el cargo de cabo y todavía ni soñaba
con convertirse progresivamente en el chofer de Perón, el mayordomo de Isabelita y el ministro de Bienestar Social de la Argentina. Todo su interés estaba puesto en publicar Astrología Esotérica. Hasta ahora, esta obra redactada a la sombra de los principios de una secta fascista a la que pertenecieron Adolf Hitler y Rudolf Hess, permaneció prácticamente
desconocida. Cuarenta años después de su única edición, Radar dio con un ejemplar y exploró las casi 800 páginas en las que el artífice de la Triple A se erige como discípulo de “Abel, Moisés, Krishna, Buda, Jesús y Mahoma”, dicta cátedra sobre cómo deben ser el arte y la
política del futuro y fija su misión en la historia nacional: valerse de su secreta sabiduría para
evitar que algún poder demoníaco se haga cargo del gobierno del país.

Por Daniel Cecchini y Jorge Pinedo
Tony Navarro, periodista de Associated Press en Madrid, agita el hielo en el vaso mientras contiene la carcajada. Impostando seriedad anuncia que ningún avión negro con Juan Domingo Perón a bordo definirá el destino de la Argentina. Ese futuro está marcado por el arcano diálogo entre perfumes, vibraciones y colores, asegura, y acusa de ignorantes a sus colegas reunidos en el Club de Corresponsales Extranjeros. Enarbola entonces el mamotreto de 758 páginas; se entusiasma con la tortuosa redacción del Hermano Daniel que anuncia el advenimiento de la inminente estirpe que regirá los destinos de una nueva era. “Será necesario movimentar con NUEVOS ELEMENTOS a los ELEGIDOS de la RAZA ANTERIOR. ¡Es entonces que la MADRE NATURALEZA abre su fecundo vientre eternamente virginal para desembarazarse de los elementos antiguos y dar cabida a aquellos que le son necesarios para el trabajo de los próximos 2000 años!” Entre sus ocasionales oyentes, quien permanece menos impresionado es uno de los corresponsales argentinos: cuando Navarro concluye la parrafada, Tomás Eloy Martínez, en Las Memorias del General (1996), evoca cómo arrojó al Sena un ejemplar idéntico que le había obsequiado poco tiempo atrás el mucamo de Isabelita, José López Rega. Los demás vuelven a reír. Un devoto de las ciencias ocultas habría dicho que ninguno de ellos tenía oído para escuchar lo que allí se anunciaba.
En las postrimerías de la década del 60, el poder militar trastabillaba, se recalentaba la Guerra Fría, aparecían los hippies, las doctrinas orientales y esotéricas pululaban a un lado y otro del Atlántico, y esa entelequia sin concreción llamada realidad político-social ofertaba más materia prima para los titulares de los diarios que los desvaríos de un oscuro sirviente. Cinco plomos calibre .45 habían terminado con las intenciones de un peronismo sin Perón por parte de Augusto Timoteo Vandor el 30 de junio de 1968, apenas un mes después del célebre Mayo Francés y un año antes de que el Cordobazo interrumpiera los afanes milenaristas del oscuro general Juan Carlos Onganía. En la Argentina y en el mundo todo parecía ser posible. Ni los periodistas, ni los militantes peronistas –que iban y venían de la capital española, donde sufrían la amansadora previa al ingreso a la quinta de Puerta de Hierro– ni nadie en sus cabales era capaz de aventurar cuánto de profecía autocumplida encerraba la Astrología Esotérica de José López Rega (alias el Hermano Daniel), futuro ministro de Bienestar Social, suegro del presidente provisional Raúl Lastiri, artífice de la banda asesina Asociación Anticomunista Argentina (AAA), impulsor y primer estratega de la faena de “aniquilar” cualquier oposición en el vientre de la Argentina Potencia.

Tucho, de canillita a campeón
Así se denominaba una historieta de la época, en la que un pibe vendedor de diarios ascendía a crack de un equipo de primera división. Ideal plausible en un país aún orgulloso de su movilidad social, hacia 1962 tal plasticidad no parecía suficiente para ese hombrecito que acababa de abandonar la Policía Federal con el grado de cabo. Sin embargo, una docena de años más tarde, ese mismo hombre de incipiente calva y mirada filosa rubricaría su propio ascenso a comisario general al tiempo que concentraba el mayor poder sobre la vida y la muerte en la Argentina. Ya en el poder, El Brujo se dio un segundo gusto: ante la atónita mirada del embajador norteamericano, entonó Rosemarie, I love you (tal como afirma Heriberto Kahn en Doy Fe) ante un selecto grupo reunido en la representación diplomática. Había quedado resentido por el nulo éxito obtenido como émulo de Paul Anka en los Estados Unidos y Centroamérica.
Tras ese fracaso, e impulsado por la necesidad, había probado suerte en la policía, institución dentro de la que acumuló –vaya a saber cómo– lospesos con los que adquirió una imprenta donde la calle Salguero casi se zambulle en el Plata. Allí, además de realizar algunos pocos trabajos por encargo, se dedicó a editar los primeros folletos de la secta Anäel (La razón del Tercer Mundo y El Tercer Mundo en acción, inhallables) e imprimir algunos volantes y panfletos redactados por militantes del peronismo proscripto. Movimiento al que la oscuridad de los tiempos impregnaba de un tinte pardo en el que se confundían sus variopintos integrantes. Y al que El Brujo parecía dispuesto a aportar su homofobia y antisemitismo con plena devoción. Allí, en la imprenta, trajinando con febriles dedos entre el plomo de la caja alta y la caja baja, también compuso e imprimió la obra donde anunciaba el futuro de la Argentina: Astrología Esotérica. Su subtítulo: “secretos develados”.
El agradecimiento del mayor Bernardo Alberte –dirigente de confianza de Juan Domingo Perón, asesinado por defenestración el 24 de marzo de 1976– y su experiencia como policía le permitieron ganar un lugar en la custodia de María Estela Martínez de Perón cuando ésta visitó el país en 1965. Se cumplía el décimo aniversario de la llamada Revolución Libertadora, el radical Arturo H. Illia gobernaba democráticamente y una suerte de “neoperonismo” cundía a espaldas del jefe exiliado. Para Joseph Page (Perón, una biografía, 1999), la inclinación de Isabel hacia las ciencias ocultas le abrió al Hermano Daniel las puertas de la casa del líder justicialista: “Es de sospechar que López Rega ya conociera las apetencias de Isabel por el espiritismo antes de tomar contacto con ella. El interés compartido por ambos en este tema los mantuvo unidos. El hecho de que él se le acercara es prueba evidente de la ambición que lo animaba”. Al emprender Isabelita el regreso a Madrid, el Hermano Daniel abordó el avión con ella, y con los 1130 gramos del mamotreto en su equipaje. Sus primeras responsabilidades en Puerta de Hierro fueron sacar a pasear a los perros, levantar la mesa y anunciar las visitas (López Rega: La cara oscura de Perón, José Pablo Feinmann).
En el lugar indicado y en el momento indicado, el azar se hace presagio y la casualidad, misión. Dos infatuaciones se saludan, ignorándolo: “Cosas de Lopecito...”, ninguneaba El General cuando su amanuense intentaba desplegar las cartas astrológicas de los enemigos políticos o lo importunaba intentando leerle alguna página del libraco. Acaso le ocultara aquella otra donde pontificaba: “¡Al que alardea de fuerte... exagérele los poderes de su fortaleza, tendrá así un esclavo que lo adorará! ¡Cada cual tiene su propia vanidad apuntando en cierto sentido, y es suficiente al tocarla un poco, para que se entregue como inofensiva criatura, esa es la gran estupidez de la HUMANIDAD, que se conforma con migajas de la torta y abandona ésta para que se alimenten las alimañas!”.


El libro del Profeta López
Distribuido de mano en mano por su autor fuera del circuito de las librerías tradicionales, un manojo de ejemplares de la Astrología Esotérica se eternizó en sucesivas estanterías de la vieja Kier de la calle Talcahuano (“Distribuidores Editorial Kier”, dice al pie de la página 3), que hoy pervive en la Avenida Santa Fe. Hay quienes dicen haberlo visto también en las mesas de algunas de las cuevas de literatura esotérica de la Buenos Aires de los 60. En la tapa, sentado en la base de un precario zodíaco, un homúnculo sin piel se toma una cabeza de mosca con las manos. Obra –como buena parte de las ilustraciones del interior– de la “señorita Norma López”, la futura primera dama, Norma López Rega, viuda de Lastiri. Impreso en humildes minúsculas negras sobre una banda blanca a lo largo de la parte superior de la portada, el nombre del autor nada significó para los argentinos de hace cuatro décadas.
Sin embargo, el grueso volumen constituía apenas el primer paso de la carrera literaria del maestro de lo oculto. En la solapa, los editores –con un estilo que revela la pluma del propio autor– elogian: “Esta obrapenetra profundamente en los misteriosos campos de la ASTROLOGIA ESOTERICA, que hasta el presente, permanecían ocultos para la mayoría de los diletantes con afinidades espirituales. Es, en verdad, una obra que cumple la difícil misión de develar secretos zodiacales, en su relación con el género humano y demás REINOS inferiores. Su autor ha colocado al servicio del tema la experiencia de una vida dedicada a la investigación y la comprobación de las leyes de la naturaleza, demostrando ser poseedor de una sensibilidad e intuición que le permiten desarrollar el tema con notable sencillez y claridad. Creemos, sinceramente, que este libro abre gallardamente el camino de una serie de obras del mismo autor, que ya tenemos en prensa, y que a no dudar serán recibidos por nuestros lectores con simpatía, valorando el gran esfuerzo que ello representa y que esta EDITORIAL “ROSA DE LIBRES” (José P. Tamborini 3761, Buenos Aires, República Argentina) realiza con todo placer, ya que estamos al servicio del bienestar de la HUMANIDAD”.
En la solapa posterior se desvela el secreto de los próximos seis títulos, testimonio de la versatilidad del Hermano Daniel, capaz de recorrer los oscuros territorios del ocultismo con obras como Génesis de la Nueva Era, ¡El hombre! ¡Un mundo desconocido! y Conocimientos espirituales. También, adelantado el género nonato de la autoayuda con el Libro Madre del Éxito (Predicciones y guía diaria válida hasta el año 2000). Junto a ellos se anuncian un enigmático Libro de los desheredados y un insólito Tratado de canto, impostación y arte escénico, acaso tardía reivindicación de su frustrada profesión cantora.
Una vez dentro, López Rega desgrana sus secretos develados: precisas “consideraciones revolucionarias” sobre “la música de la Nueva Era”, “sobre el baile clásico en la Nueva Era”, “los perfumes de la Nueva Era”, “la pintura de la Nueva Era” y dibuja el mundo por venir, en lo grande y en lo pequeño. Dentro del esencialismo liminar que compone el pensamiento berreta del “todo tiene que ver con todo”, sin ir más lejos, López Rega prodiga su método para el ballet, conjugando música, colores, geometría, una adaptación cabalística del alfabeto y perfumes. Tras un intrincado circuito de justificaciones, habría de resultar un despliegue escénico con ¿bailarines? formando letras con sus cuerpos, alineándose de acuerdo a frases esotéricas, iluminados alternativamente según colores específicos y sazonados finalmente mediante aromas esparcidos en la sala. Univocidad de correspondencias (color, letra, sonido, etc.) respetuosas de una tabla dispuesta por el mismo Brujo, claro. Sin ir más lejos, el danzarín encargado en encarar la letra C, estaría vestido de blanco, portaría un triángulo con la cúspide para arriba y presentaría su cuerpo “sentado con las piernas estiradas y los brazos paralelos estirados hacia delante”, encarnaría al signo de Cáncer (como su inicial lo indica) y olería alternativamente a jazmín, alelí y nenúfar.
Se inmiscuye en el equilibrio cósmico con la misma soltura con que arremete en los planos de la intimidad individual: “Se sabe también en forma científica, que existe una estrecha conexión entre las GLANDULAS SEXUALES y la LARINGE”. Dicta cátedra sobre política y arte: “Cada movimiento del BAILE CLASICO es una figura geométrica, y pensamos que para que dichos movimientos fueran realizados de acuerdo a las LEYES DE LA NATURALEZA, era necesario unificar ALFABETO, MOVIMIENTO, SONIDO Y COLOR”. Ningún pastiche le es ajeno.
Hippie al revés, el demiurgo se prodiga en frases no demasiado distantes a las que hoy por hoy podrían brotar de la boca del ex niño prodigio Claudio María Domínguez: “¡Aquello que tan lejano nos parece en el PLANETA VENUS, está vibrando en nosotros siempre y cada vez que buscamos la faz artística, el amor, la creación, la belleza, etc., no importa la forma ni tampoco el lugar!”. Al final, una suerte de concepción geopolítica emerge de la Astrología Esotérica como un secreto develado. El presagio de la Argentina Potencia como la inevitable evolución de los tiempos: “Así como la anterior RAZA RAIZ ATLANTE cayó por el mal uso y abuso de sus facultades, la RAZA ACTUAL, y en especial las NACIONES DEL VIEJO CONTINENTE, se hallan al borde de la CAIDA; pero poseedoras en determinados y selectos SERES o GRUPOS de ciertos conocimientos que les permite saber que en el NUEVO CONTINENTE reside la semilla de la NUEVA RAZA que está lista para manifestarse plenamente, en la época presente y en sus caducas envolturas temen profundamente su advenimiento”. Pues “desfilaron en la PANTALLA REFLECTORA DE LA MENTE DIVINA, la EPOCA POLAR, la HIPERBOREA, LEMURICA, ATLANTE y la presente ARIA”. Raza cuya finalidad “NO ES LA DE ALCANZAR CONOCIMIENTOS PARA EL BIEN DE LA HUMANIDAD, sino la de ser la primera potencia que gobierne un nuevo PLANETA, o tal vez para amedrentar a sus oponentes con la demostración de un poderío militar asombroso”.

Beberé de tus fuentes
El tejido esotérico urdido por José López Rega ni siquiera rebasa los rudimentos elementales de esa mancia. Alimentado, nutrido y sazonado por los oscuros meandros de una instalada paranoia a la presidente Schreber, como tal, abreva de fuentes discretas a las que recicla en forma verosímil para el código astrológico y sus vecindades.
La secta Anäel era una bizarra mezcla de rosacrucismo, umbanda, aggiornamentos de la secta fascista Thulé y variaciones sobre las enseñanzas del fundamentalista A. Krumh-Heller (1876-1949). Dos son las referencias en las que Lopecito halla inspiración: la secta Thulé y el misterioso Dr. Krumh-Heller, a quienes cita reiterada y explícitamente. En la primera militaban Adolf Hitler, Rudolf Hess y Karl Haushoffer. El grupo tomaba su nombre de una isla mítica que se suponía estuvo situada al norte del planeta, y que habría sido el centro mágico de una civilización desaparecida. Pero todos los secretos de esta civilización no estaban perdidos. Entes intermediarios entre los hombres y los seres del Más Allá dispondrían para los iniciados una reserva de fuerza que podría dar a Alemania el señorío del mundo para anunciar la suprahumanidad y el hombre en mutación. Dietrich Eckardt, miembro del grupo y uno de los siete fundadores del Partido Nacional Socialista (Hitler, su discípulo, le dedica el Mein Kampf), declaraba al morir: “Seguid a Hitler. Danzará, pero seré yo quien le escriba la música. Le hemos dado los medios para comunicarse con Ellos”. Hermann Rauschning en su libro Hitler me dijo, cuenta que el Führer le confesaba: “El Hombre Nuevo vive entre nosotros. Él está aquí. Le voy a revelar un secreto: he visto al Hombre Nuevo. Es intrépido y cruel. Tengo miedo delante de él”. Con lo que Hitler, según el grupo Thulé, habría sido una especie de médium. Esta circunstancia le habría llevado a afirmar ante sus huestes: “El que entienda el nacionalsocialismo sólo como un movimiento político, no entenderá gran cosa”.
Por otra parte, el misterioso Dr. Krumh-Heller parece haber sido un importante líder de los Rosacruces, cuya militancia trascendió bajo el nombre de frater Huiracocha; adoptando para sí, de este modo, una genealogía latinoamericana. Hijo de padres alemanes que emigraron a México en 1923, estudió medicina, participó en las revoluciones mexicanas y desempeñó funciones diplomáticas del gobierno mexicano en Suiza y Alemania. Una vez iniciado en más de una sociedad iniciática, fundó una iglesia propia y la Fraternitas Rosicruciana Antiqua en 1927. La secta se extendió por Latinoamérica y tuvo algunos discípulos en España. El más destacado de todos ellos fue Manuel Cabrera Lamparter (frater Baphomet Tau). Todos ellos han mantenido fuertes contactos con organizaciones neofascistas hasta la actualidad. Si bien a estas ramificaciones se les ha podido seguir el rastro en Europa (las “Nouvelles Résistances” de JeanGilles Malliarakis en Nantes), a mediados de los años 70 se esfumaron de América latina. Beneficios secundarios del fin de la era lopezreguista.

Ptolomeo, Copérnico, Lopecito
Claros los medios y los fines desde 1962 (fecha de la primera y única edición, de unos quinientos ejemplares, de la Astrología Esotérica), para el Hermano Daniel había llegado el momento de iniciar la lucha “por tener un lugar en la NUEVA ETAPA; de estar ubicados como HOMBRES EN EL CUERPO COSMICO y no hallarse como resaca de una HUMANIDAD decadente”.
Al modo de quien pasa de soslayo y ve su imagen reflejada en un espejo sin reconocerse del todo, López Rega se afirma por la negativa: “No existe en nuestra intención ningún rencor, enemistad u odio por nada ni por nadie, ya que todo tiene su propia causa de ser; tampoco nos sentimos superiores a los demás; dado que sólo DIOS tiene esa facultad por ser el SUPREMO CREADOR. Pero al hablar de ARGENTINA o de AMERICA DEL SUD, nos referimos a lo que por LEY DE LOS TIEMPOS, por NACIMIENTO FISICO Y ESPIRITUAL, nos corresponde mantener incólume como CAPITAL”.
Sin embargo, sabe que no será fácil alcanzar tamaño objetivo. Está convencido de que, por haber nacido en un país regido por la nota “SI”, el argentino es “por su naturaleza interna y por sus valores naturales, un hombre bueno, emocional, mental, romántico y muy sensible”. Aunque con un problema: es indisciplinado y una de las causas del defecto –capaz de alterar los planes divinos– radica en la música escuchada por la juventud: “Acepta la música tropical, por ejemplo, y de inmediato la emplea en todas las casas de bailes nocturnos, enredándose en amoríos superficiales sin tener en cuenta las posibles consecuencias. Luego se empacha de música americana, de jazz, rocks, twist, etc., etc., desequilibrando lo poco que le queda de verdadero valor: su capacidad integral de HOMBRE DE LA NUEVA ERA DE LA HUMANIDAD. Al bailar estos ritmos desenfrenados se pierde la energía ELECTRO-MAGNETICA que arruina el cuerpo, por medio de las excitaciones anormales del sistema simpático, lo que altera con el tiempo el estado normal de la mente y sistema nervioso completo, debilitando así la faz anímica del HOMBRE y entregándolo sin reservas a ser fácil presa de cualquier energía controladora”. Para erradicar de cuajo el obstáculo, muy pronto habría de toparse con los comisarios Villar y Margaride, experimentados en allanar discotecas y hoteles alojamiento durante la dictadura de Onganía, a quienes convertiría en pilares de la Triple A.

El mundo según el Hermano Daniel
¿Habrá habido vanidad en la creencia lopezreguista? Sólo se detectan certezas en la profusión de signos de admiración y mayúsculas prodigados a fin de disipar las dudas del “querido lector” aún no iniciado. Cultor de una estética tipográfica genuflexa frente al ritual que invoca su Verdad, en momento alguno López Rega se amilana frente al embate de la gramática y la sintaxis. Por encima de estas reglas frívolas impone un lenguaje privado que acaricia el neologismo de resonancias propias de Carlitos Balá: “aspectando”, “fluidico”, “movimentar”, “mediúnico”, “etérico”, “abundamiento”, su ruta.
Desde que la zarza ardiente le espetó a Moisés una tautología (“Soy lo que Soy”), La Revelación justiprecia cualquier licencia idiomática. Más aun cuando todas y cada una de las palabras que componen la obra han sido inspiradas por “SERES SUPERIORES cuyas capacidades de evolución, logradas mediante la elevación constante de sus vibraciones moleculares con una vida plena de AMOR, DESINTERES y en SERVICIO a la HUMANIDAD, forjados en la fragua candente del DOLOR, cíclicamente han traído hasta nosotros MENSAJES DIVINOS DE AMOR Y DE PERFECCIONAMIENTO”. El peso espiritual de los nombres de sus maestros es tan grande que derriba de un soplo las murallas detrás de las cuales resisten tibios, grises y escépticos. Poreso los enumera: “Antulio, Abel, Elías, Moisés, Krishna, Buda, Jesús, Mahoma y Etcétera”. Frente a ellos, no hay gramática que resista.
Sólo le resta cumplir con el destino al que ha sido llamado: evitar, con las herramientas que le brinda su secreta sabiduría, que algún poder demoníaco se haga cargo del gobierno del país y del mundo. “Tenemos que recordar que el HOMBRE lucha sin cesar por alcanzar el PODER que le permita convertirse en AMO Y SEÑOR del resto de los SERES donde se movimenta, para gozar impunemente de dicha sojuzgación. ¡Y al hablar de esto (...) creemos que no es cuestión de colocar al MUNDO en manos de un ALIENADO ambicioso, que por el solo hecho de tener casualmente esas CLAVES entre sus manos u otras similares, quiera o pretenda manejar a su arbitrio a los PAISES DEL MUNDO, cual si fuera un EMPERADOR OMNIPOTENTE!”.
Ocupados en disputar un lugar en el círculo más estrecho de Perón y atentos a las piruetas de la política argentina, los dirigentes que se cruzaban con el Hermano Daniel en Madrid no tenían tiempo ni ganas de detenerse a leer sus teorías. Inexcusable descuido: pronto, aquellos que lo habían despreciado, le obedecerían; los que de él se habían reído, le temerían. “La mayor parte de los peronistas ignoró los trabajos que él había publicado antes de hacer su aparición entre ellos. Los pocos que decidieron mirarlos, simplemente, se rieron. Un día lo tomarían en serio”, escribe Page. Averiguar en manos de quién se deposita el destino: drama de la representatividad, lección nunca aprendida.
Nadie supo (pudo, quiso) leerlo, pero todo está allí. Apuntando con el sabio dedo de Hermes Trimegisto en su afán de poner a los hombres en armonía con el Cosmos, el Pequeño Lopecito Ilustrado indica la inminente realización de una profecía: lo que es arriba, es abajo; el macrocosmos se reproduce en el microcosmos. Y señala el camino a seguir: para que todo sea igual, hay que aniquilar la diferencia.

Compartir: 

Twitter

SUBNOTAS
 
RADAR
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.