EFEMéRIDES > DOLLY CUMPLIRíA DIEZ AñOS
Hace diez años ¿nacía? Dolly , el primer mamífero clonado de la historia. El hecho instaló interminables debates, pero el apocalipsis futurista jamás sucedió: todavía no hay –y probablemente no habrá por mucho tiempo– clones humanos y producir otros animales es mucho más complicado y esporádico de lo que aventura la imaginación. Aquí un homenaje a Dolly y un recuento de otros bichitos que nacieron como ella.
› Por Federico Kukso
El siglo XXI no empezó el 1º de enero de 2001. El nuevo milenio tuvo un comienzo menos oficial pero más estridente cuatro años antes, el 5 de julio de 1996. Perdida en un laboratorio de la campiña escocesa, había nacido la oveja “6LL3” –luego bautizada Dolly en “honor” a la pulposa actriz country Dolly Parton–, el primer mamífero clonado que esquivó el trámite biológico por excelencia: la oveja no nació de la unión de un óvulo y un espermatozoide sino a partir de una célula de su madre.
Su nacimiento tuvo la misma fuerza disruptiva que un trueno. A tal punto que algunos biólogos hablan de dos momentos en la historia de la ciencia: a. D. y d. D., antes de Dolly y después de Dolly. Tal vez un poco exagerado. Lo menos que provocó fue la ebullición de una sensación de vértigo. Los flashes de cámaras recién la bañaron el 27 de febrero de 1997 cuando su creador Ian Wilmut del Instituto Roslin decidió sacarla del anonimato y por fin mostrarla al mundo. Y fue un momento cumbre: Dolly también infló los ánimos de los presentes y, además de un rush de asombro, infundió en su auditorio cierto ímpetu de omnipotencia.
La oveja (¿creada?, ¿fabricada?, ¿diseñada?) aunaba en una síntesis perfecta las dos caras de la bestia: la inocencia del cordero, con esa mirada perdida tan típica de los animales, y la monstruosidad frankensteniana, que preanunciaba un cimbronazo global sin precedentes (“¿Es un monstruo o un milagro?” titulaba en tapa el diario inglés Daily Mail en 1997) y el amanecer de un nuevo miedo posmoderno: el de la ciencia fuera de control. Otro límite había sido roto: aquel mandato biológico, de diseño, que estipulaba como condición –universal y democratizante– que un óvulo debía sí o sí fusionarse con un espermatozoide para dar lugar al nacimiento de un mamífero. Sea una oveja, un mono tití o un ser humano, las estampas de los dos sexos debían estar presentes. Así fue siempre, desde hace millones de años. Hasta Dolly.
Echó a rodar una bola de nieve imparable. Desde 1996 alrededor de 15 mamíferos fueron clonados (vacas, cabras, chanchos, ratas, perros, gatos, caballos, mulas), aunque destaca la ausencia de primates. Hasta germinaron empresas dedicadas a copiar mascotas a pedido por tan sólo 32 mil dólares (en el caso de un gatito) y por algo más de 150.000 dólares, para un caballo.
Sin embargo, lo más interesante de la última década es más bien lo que no ocurrió: los clones humanos oficiales brillan por su ausencia y se estima que no los habrá al menos por otros diez años más. El único amague saltó a la luz el 28 de diciembre de 2002 cuando una tal Brigitte Boisselier de la empresa Clonaid y la secta Raël anunciaba el nacimiento de Eva, el primer bebé clon; hasta el momento nadie la vio y no hay una sola prueba de su existencia.
Pese a sus promesas, sueños y pesadillas fabricadas en masa, la ingeniería genética está en deuda. Hasta el momento, a lo que más se asemeja la clonación es a un lotería. Los clones son así la excepción en vez de la regla. La eficiencia de la técnica de clonación desarrollada por el escocés Ian Wilmut es tan baja (alrededor del 3%) que por cada clon famoso que roba segundos frente a cámara, cientos de animales en potencia murieron en el camino. A Dolly, por ejemplo, la precedieron 276 intentos. Eso sin contar las enfermedades que acarrean como condena los clones por el solo hecho de ser clones: además de desarrollar enfermedades prematuras, para ellos los años pasan más rápido. Así lo demostró Dolly: ya era vieja al nacer. A los seis años tenía –biológicamente–, la edad de su madre. El 14 de febrero de 2003, sus días se acabaron cuando Wilmut le practicó la eutanasia al detectarle artritis y un progresivo cáncer de pulmón. Hoy está embalsamada y se la exhibe como heroína en el Museo Nacional de Escocia, en Edimburgo.
Nacida el 4 mayo de 2003, Idaho Gem (la gema de Idaho) fue la primera mula en ser clonada. Es una copia idéntica de su hermano, el campeón de carreras Taz. Sin embargo, no lleva en los genes el ánimo ganador de su pariente: en una carrera desarrollada en 2004 en Nevada, Estados Unidos, terminó tercera. El animal que ganó, Bar J.F. Hot Ticket, hizo un tiempo de 20,8 segundos, mientras que Idaho Gem terminó en 21,2 segundos y Idaho Star en 22,2. “Lo de hoy es una desilusión, pero no estamos desanimados”, expresó en su momento Dirk Vanderwall, científico de la Universidad de Idaho.
Exactamente dos años después de Dolly, nacieron dos terneros clonados en Ishikawa, Japón. Pero desde entonces no fueron las únicas: un año después del evento el país asiático ya contaba con un total de 164 terneras clonadas.
Será Linda, Chiquita Y Bien Peluda, Pero Cc, La Primera Gatita Clonada En El Mundo, No Es Exactamente Igual A Su Madre, Rainbow. Creada Por Los Científicos De La Universidad De Texas El 22 De Diciembre De 2001, Fue El Intento Número 188 Del Programa De Investigación Bautizado “operación Copycat”.
El primer perro clonado se llama “Snuppy” y nació el 24 de abril de 2005. Fue desarrollado por el equipo del coreando Hwang Woo Suk, hoy acusado de fraude científico, de la Universidad Nacional de Seúl. Los investigadores transfirieron 1095 embriones caninos a 123 hembras, de los cuales sólo tres casos condujeron a embarazos. El único en sobrevivir fue este perrito afgano.
El ratón bautizado como “Cumulina” (diciembre 3, 1997-mayo 5, 2000) nació producto de una técnica de clonación conocida como “Honolulu” desarrollada por Ryuzo Yanagimachi de la Universidad de Hawai. Su vida fue demasiado larga, considerando que los clones no suelen llegar a la adultez.
Considerado el primer clon producido comercialmente, “Little Nicky” nació el 20 de octubre de 2004 como producto de una muestra de ADN de un gato de 17 años conocido como Nicky, que murió en 2003. Su dueña, una texana de la que sólo se sabe su nombre (Julie), desembolsó para ello 50 mil dólares a la compañía californiana Genetic Sanvigs and Clone. Dos años después, dadas las bajas demandas, el precio solicitado bajó a 32 mil dólares.
Su parecido a Bambi es sólo accidental. Dewey, el primer venado clonado, nació el 23 de mayo de 2003. Y sus responsables son los científicos de la Universidad de Texas.
El primer caballo en ser clonado no fue un él sino una ella: Prometea, una yegua creada en el Laboratorio Especial de Técnicas Reproductivas de Cremona, en el sur de Italia. Nació el 28 de mayo de 2003, pesó 36 kilos y es genéticamente idéntica a la yegua de la cual fue clonada. El próximopaso del laboratorio será la clonación de caballos de polo y de competencias de saltos ecuestres.
Tendrá el nombre de la famosa modelo, pero “Pampita”, la primera ternera clonada en la Argentina, convocó a más periodistas el día de su presentación oficial. Creada por el laboratorio Biosidus, el animal de raza Jersey nació el 6 de agosto de 2002 con el objetivo de producir proteínas humanas para transformarse en medicamentos producidos a menor costo.
No se llamó Eva sino Dolly. Es tan famosa que casi no es preciso aclarar su cualidad clónica cada vez que se evoca su nombre. Nació en el Instituto Roslin de Escocia el 5 de julio de 1996, hecho que se guardó en secreto hasta febrero de 1997, luego de 277 intentos fallidos. En enero de 2003 le detectaron artritis y envejecimiento acelerado. Fue sacrificada un mes después. La autopsia reveló que estaba desarrollando un cáncer de pulmón.
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