Dom 01.04.2007
radar

NOTA DE TAPA II

La verdadera reality

Una película que muestra cómo los habitantes de Villa 21 reclaman el derecho de interpretar ellos mismos a los pobres del nuevo cine argentino.

› Por Cecilia Sosa

Julio Arrieta, el protagonista

Cámara fija y un cronómetro que corre en pantalla. En un terreno baldío tres hombres al trote cargan chapas y postes de madera. Veloces martilleos, un último revoleo de cajones para afirmar el techo y listo: una típica casilla villera construida en el acto y con familia tipo incluida.Tiempo final: 3,23 minutos. Tal como lo hubiera soñado Alan Parker para la recreación de una villa miseria que buscaba para su film Evita.

Luego de Todos juntos, su bella y perturbadora ópera prima que sigue la separación imposible de una pareja, el talentoso actor y director teatral Federico León da un giro completo y sorprende con Estrellas, un film que co-dirige con el fotógrafo Marcos Martínez.

¿Ficción?,¿intervención?, ¿documental? Filmada casi íntegramente en los corredores de la Villa 21 de Barracas, Estrellas no parece responder a ningún canon. Con una estética pulidísima y por momentos casi publicitaria, explora las variantes de una iniciativa surgida al interior de la villa que dejaría patitieso a cualquier populista de saco y corbata, y que sin embargo responde directamente a la avidez por “caras nuevas” que profesan las pantallas locales: la organización de una productora de cine villera que dé trabajo a sus habitantes. “Sabemos que somos portadores de cara. Entonces, páguennos a nosotros. Queremos trabajar de pobres y estamos capacitados para hacerlo”, dice Julio Arrieta, director del grupo de teatro de la villa, y despliega todo su encanto para ofrecer, además de actores, catering, luces, seguridad y todo el “confort” que se requiera para filmar en la villa.

Estrellas espía el insólito escenario de la villa convertida en set de filmación para El nexo, una película de ciencia-ficción dirigida por Sebastián Antico e inspirada en un relato del propio Arrieta. ¿Algunas postales? Los más coloridos marcianos tomando cerveza en un alto del rodaje, el álgido debate sobre cómo construir una nave espacial in situ y una cámara enfundada en nylon, devenida en criatura casi alienígena.

Estrellas también exhibe material de archivo donde se puede ver el éxito de Arrieta como manager de actores “no profesionales” para satisfacer a las productoras, largos nacionales e internacionales, unitarios, noticieros y publicidades. Y lo muestra en el escenario del Hilton recibiendo un Martín Fierro (en nombre de Adrián Caetano, premiado por Tumberos) y aplaudido por Susana Giménez, Mirtha y demás celebridades. Y hasta en la puesta en acto de un inédito “Festival de cine villero” donde una pantalla gigante, montada en la cancha de fútbol, proyecta las apariciones estelares de supuestos piqueteros, ladrones y drogadictos, que son festejadas a gritos por los propios “actores”.

Marcos Martinez y Federico León

La absoluta peculiaridad de Estrellas es que no se limita a “mostrar” una idea sino que interviene con temeraria ironía para “probar” sus variantes más extremas. Si la búsqueda de locación para Evita fracasó porque Parker consideró que en la villa había “demasiadas antenas de televisión”, el film pone a prueba en pantalla que la construcción de la “escenografía” de la pobreza también se puede montar a pedido.

León y Martínez tensan todo y llevan el debate a una desolada Asociación Argentina de Actores, donde un grupo de vetustos gremialistas se queja por la irrupción de actores no profesionales en las pantallas locales.

Pero la dirección de Estrellas va aún más allá: produce una sesión fotográfica high tech donde los mismísimos “portadores de cara” posan con sus perfiles más salvajes y arrobadores, y diseña una página web que tienta a directores extranjeros con una excursión virtual por “típicas” locaciones villeras: “casa de secuestros”, “pasillo de dealer”, “corredor para peleas”...

Estrellas genera vértigo. ¿Una irónica intervención sobre el objeto de devoción del cine argentino?, ¿una reflexión sobre la condición actoral en tiempos de reality?, ¿un nuevo modelo de la “revolución popular”? En magnético cruce de géneros, Estrellas hace estallar las fronteras entre ficción y realidad y propone una sinfonía inquietante donde se desarma toda relación bien aprendida entre arte y pobreza. Y regala un final de película, al son de Dancing Mood y con sus protagonistas coronados como estrellas.

Estrellas compite en la Selección Oficial Internacional del Bafici. Las proyecciones son el miércoles 11 a las 23 (Hoyts 10); el jueves 12 a las 15 (Hoyts 12); el viernes 13 a las 20.15 (Atlas Santa Fe 2).

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