Obra de Vanesa Weinberg que explora ese borde sutil entre la vigilia y el sueño. Los sueños crean una correspondencia entre lo exterior y lo interior, entonces El Borde Infinito se propone desentrañar el sentido humano de los sueños, de sus accidentes, sus remansos, sus luces y sus sombras, posibilitando la inmersión en abismos interiores y la vivencia desafiante de internarse en una naturaleza desconocida, de temible belleza. En ese espacio, acolchado y tridimensional, se sucede esta historia de un cuerpo, una persona que duerme, sueña, recorre ese ilimitado y múltiple mapa que conforma el mundo interior de cada uno. Este trabajo une el teatro, la danza y la plástica, con el fin de llegar a ese lugar donde la fisura que hay entre el estar despierto y el estar dormido sea una posibilidad de trascendencia. Sábados a las 20.30 en el teatro Anfitrión, Venezuela 3340. Entrada: $ 25.
Durante este mes y el que viene se presenta el tercer estreno de este ciclo con el debut como directora de la actriz Anahí Martella. El espectáculo es Resplandor, con texto de Héctor Levy-Daniel, y expone a dos mujeres que persisten sólo para descubrir la verdad que las ha sostenido en pie hasta este momento. Ambas tienen deudas: la una con la otra y cada una consigo misma. Resplandor habla del inevitable momento en el que estas dos mujeres tan distintas se encontrarán en un desesperado intento de conseguir lo que necesitan. Viernes a las 21.30, en el C. C. Rojas, Corrientes 2038. Entrada: $ 20.
Aunque Chucho Valdés y Pablo Milanés se conocen desde que tienen 15 años, tuvieron que cruzar la barrera de los 50 para trabajar juntos. El resultado son diez temas románticos, impresionistas y clásicos, que resumen el ser cubano, pero con una apasionante libertad musical. El maestro del latinjazz y uno de los fundadores de la Nueva Trova se entregan en un puñado de canciones donde despliegan con naturalidad toda su sabiduría musical. El piano lleva las riendas y la voz de Milanés —cada vez más clásica, cada vez más soul— recorre sus letras con todo el sentimiento del que es capaz, pero sin sobreactuar —ni él, ni Chucho— en ningún momento. Su título, de hecho, remite a la intención de escapar a los convencionalismos musicales. Lo logran con creces, desde el tema que le dedican a la madre del pianista (“Pilar”) hasta en el breve “Choteo”, la coda final del trabajo, su único gesto de distensión y ritmo, que alude —según Milanés— a “la idiosincrasia cubana, que convierte los momentos más dramáticos en momentos de risa”.
Algo así como la versión heterosexual de Dani Umpi, Max Capote es un músico y productor montevideano al que muchos se refieren como el Phil Spector de El Cerrito. Como intérprete de sus temas, Capote es un personaje de eterno vaso de whisky en mano, que recorre todo el espectro del rock y del pop con una naturalidad que asombra. Como bien demuestra en su último disco, con versiones de clásicos como “Perfidia” o “Azuquita pal café”, con temas propios siempre irresistibles como “Culpable” o “María Carolina”. Algo que se podrá comprobar en vivo esta misma noche, en Plasma (Piedras 1858).
Basada en una obra del off Broadway de la autora Tracy Letts (cuya otra obra, Agosto, se encuentra en cartel en Buenos Aires), esta pequeña película de William Friedkin mantiene las proporciones originales: unos pocos personajes confinados a un único espacio, una habitación de hotel en el medio del desierto. Recursos despojados que acentúan la sensación de claustrofobia y la paranoia que se apodera de sus protagonistas, una mesera de bar (Ashley Judd) con un ex marido violento, y un hombre extraño y extrañamente amable (Michael Shannon) que se instala con ella, recién llegado de Medio Oriente, y convencido de que el ejército estuvo haciendo experimentos con su cuerpo. Una de las mejores películas de Friedkin (El exorcista) en años, acá se estrenó hace unos meses sólo en proyección de dvd, con lo que su flamante edición para videoclubes —con algunos extras interesantes— es casi un estreno.
Mediante la combinación de un sorprendente material de archivo, gráficos digitales que buscan dar una idea de cómo eran los campos de concentración y dramatizaciones de algunos momentos históricos clave de la historia, esta miniserie documental producida por la BBC para la televisión pero editada por primera vez en dvd nos acerca a una de las historias más terribles del Holocausto, recuperando las voces de algunos de los pocos sobrevivientes que aún están vivos. Son unas cinco horas en total, con uno de los despliegues periodísticos más ambiciosos que se le hayan dedicado al tema.
Con motivo de la celebración del 65º Congreso anual de la Federación Internacional de Archivos de Films (FIAF), que se reúne por primera vez en Buenos Aires convocando a los responsables de varias de las principales cinematecas del mundo, se llevará adelante un breve ciclo integrado por películas sobre salas de cine. Abre la muestra la argentina Fantasma, (2006), de Lisandro Alonso, en la que los protagonistas de sus dos films previos, Argentino Vargas y Misael Saavedra, se buscan por los espacios vacíos, espectrales, del teatro San Martín. También se darán la italiana Después de medianoche (2004), de Davide Ferrario, en la que el guardián nocturno del Museo Nacional del Cine de Turín da refugio a la amante de un ladrón de autos (foto), y, entre otras, Goodbye Dragon Inn (Tsai Ming-liang, 2003), y la imperdible Nitrato de plata (1997), de Marco Ferreri, melancólica despedida al celuloide. www.teatrosanmartin.com.ar Del martes 26 al viernes 29 de mayo, en la sala Lugones, Av. Corrientes 1530
Después de resbalar durante algunos años con lo peor que Hollywood tuvo para ofrecerle, el hongkonés Wayne Wang vuelve a sus raíces con una historia de experiencias de inmigrantes chinos en Norteamérica. En este caso, el reencuentro de un padre viudo y su hija recién divorciada, en un pueblito, basada en los conmovedores cuentos de Yiyun Li. Estreno en proyección de dvd en unas pocas salas.
La historia de Robert Evans, el chico malo que hizo grande a la Paramount en los años ‘70 en un documental tan intenso como su vida y su carrera. Actor (de los malos), empresario, playboy, amigote de Henry Kissinger y de Jack Nicholson (junto a quien aparece en la foto de acá arriba), Evans formó parte de la generación que rescató a Hollywood; la de Coppola, Spielberg, Scorsese, DePalma, y fue responsable de que películas como El padrino, Barrio Chino, El bebé de Rosemary y Love Story llegaran a los cines. Esta película, inédita en el cine y los videoclubes locales, recorre su vida, tan fascinante como el camino por el que sacó a la Paramount del pozo en el que estaba a fines de los ‘60. Parte del ciclo Hollywood: Lado B, puede verse esta semana en recomendable doble programa con el muy divertido documental Double Dare, sobre los héroes anónimos de la industria: sus dobles de riesgo femeninas. El miércoles 27 a las 22, por I.Sat
Nuevamente con producción e investigación a cargo de Lisandro Ruiz y Marcelo Fernández Bitar, y la conducción de Nicolás Pauls, empezó la segunda temporada de este programa único que repasa la historia de varios de los discos clave del rock argentino. El relato se arma sobre la base de testimonios de sus protagonistas: músicos, productores, diseñadores de arte, managers, asistentes, técnicos, y también historiadores, periodistas y melómanos coleccionistas. En esta temporada, los discos elegidos serán, entre otros, Artaud, de Spinetta, y Rockas vivas, de Zas. Lunes a las 22, por Canal 7
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