Dom 08.08.2010
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PERSONAJES > EL ENCANTO DE STEVE BUSCEMI DELANTE Y DETRáS DE INTERVIEW

Con su blanca palidez

› Por Mercedes Halfon

Steve Buscemi apareció una, dos, tres veces en la pantalla, siempre de fondo, en raros y entrañables papeles secundarios y se ganó el corazón del indie entero. Hoy ya no hace falta presentarlo, pero durante mucho tiempo y a pesar de que había trabajado en decenas de películas, sí: es un caso parecido al de Philip Seymour Hoffman, o John Turturro, actores que hacían genialidades en roles menores que hasta deslucían un poco a los mismos protagonistas. Pero con Buscemi es distinto. Porque él, además, es a su modo lindo. Frágil, pálido, con esos desmesurados ojos azules y ademanes torpes que no hablan sino de una belleza singular, un atractivo que nunca podría adjudicársele a sus otros dos robustos y menos gráciles colegas.

Lo cierto es que Steve Buscemi además de actuar, dirige y es una figurita repetida en los festivales de cine independiente internacionales, donde ha presentado sus cuatro largometrajes. El primero es de 1996, cuando todavía no era el más famoso actor secundario con cara de loco: Trees Lounge. Ahí también actuaba, acompañado por la diosa indie Chloë Sevigny. Años más tarde hizo Animal Factory (2000) sobre la vida de un grupo de hombres en la cárcel, usando como escenario una prisión abandonada cerca de Filadelfia, donde filmó con un elenco tan bello como recio: Willem Dafoe, Mickey Rourke y Edward Furlong, además de cientos de prisioneros verdaderos de una correccional. Luego vino Lonesome Jim (2005) con Casey Affleck, y finalmente Interview, basada en un film del cineasta de culto Theo Van Gogh, que tres años después de su estreno llega a Buenos Aires.

Steve Buscemi actúa aquí junto a la hermosura joven y canónica de Sienna Miller. Y la pareja es un tanto extraña. Hoy Steve tiene cincuenta y tres años y se le notan. Parece un vampiro viejo y perdido, que ya no anda rondando la noche y está más flaco y pálido que nunca. Sin embargo, sus ojos no pierden esa fuerza que hace flaquear hasta a la rotunda Sienna. ¿De dónde proviene su mezcla tan particular? Madre de ascendencia irlandesa, padre de ascendencia siciliana. Como si un lánguido bebedor de whisky irlandés se cruzara con la temeridad de los italianos del sur. Esa podría ser una explicación para el misterio.

En Interview Buscemi es Pierre Peders, un cronista de guerra aficionado al bourbon y cualquier otra bebida color ocre que se le pose delante. Peders está en el declive de su carrera, no quieren mandarlo a cubrir los acontecimientos importantes que ocurren en Washington, sino a entrevistar a una estrella televisiva del momento. Enojado y prejuicioso acude al encuentro, que deriva en una larga noche en la casa de la actriz, donde pasa de todo. La película tiene la estructura de una obra de teatro. Prácticamente una sola locación, largas secuencias con cámara en mano, dos actores que muestran un electrocardiograma emocional histérico. Hay seducción, paranoia, alcohol, confesiones, ninguno es lo que parece, la corrección política y la farándula muestran sus no pocos puntos de contacto.

Buscemi como director deja clara su admiración por realizadores enloquecidos como John Cassavetes, aunque Interview no llegue a tener esas texturas tan potentes y desprolijas del director de Una mujer bajo la influencia. Su personaje no está tan alejado del malogrado cinismo y la vulnerabilidad de perdedor que suele interpretar en su veta de actor de cine independiente. Porque si bien actuó en tanques como Armageddon o La isla, su carrera de actor se construyó junto a la de todo el cine independiente de los Estados Unidos de los últimos veinte años. Desde Jim Jarmusch en Mystery Train –la primera película que el blondo director hizo en color, ¿habrá sido para que no se deslucieran los ojos de Steve, azules como un lago de noche?– al primer film de Quentin Tarantino, Perros de la calle, donde fue aquel inolvidable discutidor Mr Pink (nombre que inspiró el de la cantante pop Pink, fanática confesa de Buscemi). Sin olvidar, claro está, toda la serie de personajes que hizo con los hermanos Coen (¿alguien puede olvidar la increíblemente ridícula muerte que tuvo en El gran Lebowski?). Por si hiciera falta un dato más para cerrar el círculo, Buscemi es frecuentemente confundido con el director indie trash John Waters, con quien tiene un parecido sorprendente.

No importa que gane o pierda en el duelo que propone Interview. Su cara queda en la pantalla, dentro de la pantalla, porque el cine no puede sino amar a esos rostros como el de Steve Buscemi.


Interview se estrena el jueves que viene.

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