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Domingo, 27 de marzo de 2011

TELEVISIóN > EPISODES, LO NUEVO DE MATT “JOEY” LE BLANC

Amigos son los amigos

Después de Friends, Matt Le Blanc intentó con el nombre de su personaje, pero Joey duró apenas un año y se extinguió sin pena ni gloria. Ahora, con un poco más de sutileza (un poco más, no más) estrena Episodes, una serie sobre la desastrosa adaptación norteamericana de una sitcom inglesa.

 Por Mariano Kairuz

El martes pasado, dos días después de estrenar la adaptación norteamericana de la sitcom inglesa Shameless, I.Sat estrenó Episodes, flamante serie acerca de los dos exitosos guionistas de una sitcom inglesa, que viajan a los Los Angeles para trabajar en la adaptación norteamericana de su programa. Previsiblemente, la que originalmente se presenta como una oportunidad profesional y económica única para el matrimonio de guionistas, pronto se convierte en una pesadilla: apenas han llegado a su nuevo hogar y se enteran de que el director del canal que los ha contratado y convencido de cruzar el océano diciéndoles que amaba su programa, no ha visto en realidad ni un solo episodio, y su interés en comprarlo se basa en que se trata de un readymade probado, prestigioso y galardonado. A continuación, la pareja se encuentra lidiando con “la traducción” del programa para un nuevo público. Donde el centro argumental era antes la relación entre el riguroso director de una escuela británica de elite y sus alumnos y profesores, ahora serán las anécdotas de... un entrenador de hockey (“Algo con lo que es más fácil identificarse”, dicen los ejecutivos del canal). En lugar del experimentado intérprete teatral del original, ocupará el protagónico Matt Le Blanc, es decir, Joey de la serie Friends. Acá Matt Le Blanc interpreta a un personaje llamado Matt Le Blanc que es, como suele ocurrir en estos casos (como hace Larry David en Curb Your Enthusiasm), una versión distorsionada de sí mismo, apoyada en la percepción que dejó en el público su personaje más popular: el nunca demasiado brillante Joey. Y finalmente, “la traducción” arrasa hasta con los detalles secundarios, como que la lesbiana del programa original ahora será una candidata perfectamente heterosexual para el interés romántico de la estrella. Al problema de siempre de la adaptación transatlántica, sobre qué se perdió en la traducción, la respuesta es simple y devastadora: todo.

Escrita por David Crane (uno de los creadores de Friends) y Jeffrey Klarik, Episodes fue en general muy bien recibida por la crítica norteamericana, y es cierto que es bastante graciosa por momentos. Sin embargo, algunas reseñas expresaron sus reservas sobre un par de trucos a los que apela el programa, trucos argumentales que ya se han convertido prácticamente en males endémicos de la televisión. Por un lado, la autorreferencialidad. Ya existe la gran 30 Rock, que está protagonizada por un grupo de guionistas de un programa humorístico, recreando en parte un ambiente afín al de su protagonista, Tina Fey. Y, más de una década y media atrás, Jerry Seinfeld había recorrido un camino parecido, cuando dedicó buena parte de una temporada de Seinfeld, “la gran serie sobre la nada”, a las desventuras de un comediante stand-up que negocia con los ejecutivos de una importante cadena de televisión la realización de una sitcom con un “concepto revolucionario”: hacer la gran serie sobre la nada. Pero más allá de esta tendencia desproporcionada de la televisión –no sólo la de ficción– a hablar sobre sí misma, lo preocupante es su aparente incapacidad para lidiar con personajes y asuntos conectados mínimamente, no digamos siquiera a la vida real, pero al menos sí a la vida fuera de Hollywood. Es algo que ocurre crecientemente también en el cine contemporáneo, y el solo hecho de que las películas estén tan frecuentemente ambientadas en California convierte hasta el set básico de colegio secundario de una comedia estudiantil en un mundo cerrado de chicos ricos e hijos de estrellas de cine, desde el cual no parece percibirse nada acerca de lo que pasa por afuera de la burbuja. En su reseña para el sitio Salon.com, titulada “Lo que hace que el nuevo programa de Matt Le Blanc no sea tan bueno”, el periodista Matt Zoller Seitz señala que, aparte de que Episodes cae justo antes de una temporada llena de remakes de series inglesas (a Shameless se le suman este año Skins y Being Human), “se trata de otro programa poblado por gente del mundo del espectáculo que parecen comunes y corrientes si uno trabaja en Hollywood, pero cuyas vidas son tan lejanas de las realidades cotidianas de la mayoría de la gente que daría lo mismo que fueran espías o astronautas”.

Pero quizá el comentario más interesante que se ha hecho sobre Episodes es el de Keith Watson en la publicación inglesa Metro.co.uk: “Los norteamericanos sencillamente no entienden nuestra comedia. Nuestra ironía, nuestra costumbre de reírnos de nosotros mismos, nuestro hábil manejo del doble sentido y la ambigüedad. Pero si uno puede superar ese gesto autosatisfecho –ya que de Till Death Do Us Part a The Office US, los norteamericanos han tenido un respetable éxito traduciendo nuestras risas para su mercado–, Episodes puede verse como una filosa y aguda mirada acerca de cómo los británicos nos regodeamos en nuestro propio complejo de inferioridad”. Sin dejar de disfrutar la serie –que tiene algún que otro chiste incorrecto muy gracioso–, para Watson es elemental: tampoco vamos a estar sintiendo pena o indignación por estos ingleses que se venden al oro californiano, como si no supieran en qué se están metiendo cuando firman sus contratos. Hasta cierto punto, en el retrato de sus personajes protagónicos, la pareja de guionistas Sean y Beverly Lincoln (Stephen Mangan y Tamsin Greig), Episodes parece reconocer todo este juego de la falsa autoconmiseración del “artista traicionado”.

Tampoco es que Episodes esté, como señaló alguna otra crítica, mordiendo la mano que le da de comer: no es más que un viejo juego de Hollywood, siempre dispuesto a vendernos su discurso, su contradiscurso y hasta la más salvaje parodia de su discurso, porque todo vale mientras no deje de ser un buen negocio.

Episodes va los martes a las 21.30 (con repeticiones ese mismo día a la medianoche), por I.Sat

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