FENóMENOS > EL APOYO A OBAMA EN EE.UU.
El martes son las elecciones en Estados Unidos. Y aunque la movilización no tuvo el impacto ni el alcance de hace cuatro años, la perspectiva de que gane Mitt Romney puso en alerta a intelectuales, escritores, músicos, artistas, actores, directores. El sitio 90days90reasons.com convocó y reunió a 90 de ellos para exponer por qué votar por Obama. Estas son algunas de esas razones, incluida una imperdible del propio Romney.
› Por Jesse Eisenberg
Estoy viajando por Mongolia y en este momento me alojo en un yurt. No fue mi elección: tengo amigos persuasivos. Si fuera por mí, nunca dejaría mi departamento y, más específicamente, la zona de la cama. Pero mi comodidad me ha dado una molesta sensación de incomodidad; pienso que viajar y ver cómo vive la gente, incluso aunque no esté totalmente inmerso en otras realidades, alivia mi incomodidad porque me re-sensibiliza sobre las dificultades e inconveniencias existenciales que la mayoría de la gente enfrenta. Creo que Barack Obama es un buen líder para nuestro país diverso porque ha visto cómo vive el mundo. No hay que esforzarse para entender que ver el mundo te fuerza a interactuar con él de una manera diferente y sé que me siento más cómodo representado por alguien que lo ha visto.
POR LEMONY SNICKET
Durante su segundo término no escucharemos las siguientes cosas del presidente Obama (aunque sí las hemos escuchado en boca de sus oponentes políticos):
No sé dónde está Osama bin Laden. No le dedico mucho tiempo al tema, para ser honesto.
No me preocupan los muy pobres.
Una de las cosas de las que voy a hablar, de las que no ha hablado antes ningún presidente, es de los peligros de la anticoncepción en este país. No está bien.
La vida empieza en la fertilización, momento en que cada ser humano debe tener todos los atributos legales y constitucionales y los privilegios de ser persona.
Creo que la homosexualidad es aberrante, antinatural y un estilo de vida pecaminoso y ahora también sabemos que es un peligro para la salud pública.
Perforen en cualquier parte. No existe el calentamiento global.
Hay tres agencias de gobierno que voy a desechar si llego a ser presidente: Comercio, Educación y –¿cuál era la tercera? Déjenme ver.
Me gusta tener la capacidad de despedir a la gente que me ofrece sus servicios.
Las corporaciones son gente, mi amigo. Por supuesto que lo son.
POR RICK MOODY
Mi primo, que hace poco dejó su carrera como ministro episcopal, es gay y está hace mucho tiempo fuera del closet. Durante 35 años –hasta 2005– tuvo una relación con un ingeniero de sonido realmente excelente, trabajador, brillante y gracioso a quien llamaré Donnie por cuestiones de privacidad. Donnie salió a trabajar una mañana, en su bicicleta, y fue atropellado en una avenida de Nueva York y murió. Esto hubiera sido una tragedia de todos modos, pero cuando –como en este caso– no podés casarte con la persona que amás, la tragedia es totalmente distinta. Mi primo tuvo que atravesar toda clase de indignidades para ver el cuerpo de su pareja, para organizar el entierro, para heredar... todo porque, en ese momento, el estado de Nueva York no había contemplado todavía el tema del matrimonio gay.
El matrimonio igualitario no es solamente el trato igualitario ante la ley, es también un imperativo moral y filosófico. El tratamiento prejuicioso a las personas gays es similar a la segregación y el prejuicio que han experimentado las minorías raciales en este país, y es completamente equivocado, y en una generación será difícil de creer, mirando atrás, que algunos hayamos aceptado rutinariamente este prejuicio. Mitt Romney cree que el matrimonio es entre un hombre y una mujer. No entiendo qué significa esto, esta idea, pero es lo que Mitt Romney dice creer hoy. Barack Obama ha hablado directamente de la cuestión del matrimonio igualitario hace poco y podemos contar con que se pondrá del lado de la igualdad de derechos para las personas gays en Estados Unidos.
POR JONATHAN LETHEM
El presidente Obama ha financiado la investigación con células madre, una avenida que promete nuevos tratamientos que potencialmente salvarán vidas para pacientes con enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, Alzheimer y docenas de otras enfermedades. Lo tuvo que hacer por decreto, ante una feroz oposición republicana, que cierra cualquier chance de legislación positiva.
Romney, mientras tanto, se las ha arreglado para emitir declaraciones equívocas, ofuscadas y cándidas sobre el tema. La derecha anti libre elección, que define la investigación con células madre como equivalente al aborto, cree que Romney comparte esta posición extremista. Romney dice apoyar la “alternativa científica” conocida como IPS, sin darse cuenta –¿o será posible que lo ignore?– de que la IPS requiere de la investigación con células madre para progresar: en este momento ambas van de la mano, no es una o la otra.
POR MICHAEL STIPE Y TOM GILROY
Estados Unidos es una democracia fundada en la idea de que todos los hombres son iguales, con iguales oportunidades, igual acceso a los recursos, igual poder en un gobierno de la gente, para la gente y por la gente. Alcanzar esta idea implica que los hombres transexuales puedan trabajar codo a codo con los chicos chetos en un banco de inversión. Implica que el personal de mantenimiento que no habla inglés tenga acceso al mismo sistema de salud que el gerente general de una fábrica de armas. Implica que los hijos de los ateos y los musulmanes tengan acceso a la misma calidad educativa que los hijos de los judíos y los católicos. Implica que las mujeres tengan las mismas libertades que los hombres y que los pobres en el ghetto puedan tomar la misma agua limpia y potable que los ricos en sus canchas de golf. Simple.
La plataforma actual del Partido Republicano busca lo opuesto a la democracia. Busca crear una aristocracia permanente: una clase que tenga mayor acceso a sus sueños que el resto de los norteamericanos.
Si te parece bien que cambien Estados Unidos en esa dirección, no hagas nada, dejá que suceda. Si te da náuseas, votá. Así de simple.
POR JAMAICA KINCAID
Si una mujer, a solas, decide regular el contenido de su útero y al hacerlo comete un pecado, ¿Dios no la perdonaría? Si Dios y el resto del mundo pueden perdonar a los alemanes por sus transgresiones reales, verdaderas y públicas, ¿cómo no podría Dios perdonar a una mujer sola enfrentada al tumulto de su vida, sin importar sus circunstancias, sean la pobreza, la inconveniencia o incluso la mera frivolidad? ¿Puede una mujer no ser perdonada por querer darle forma a su vida?
No tengo duda de que el presidente Obama no estaría de acuerdo con mi razonamiento hasta ese punto, ni con que deba ser parte del debate público; porque el solo hecho de discutir lo que una mujer hace en su vida privada, viola un derecho que no puedo siquiera articular. Y sin embargo, su simple, firme y claro apoyo al derecho de elegir de las mujeres, su derecho a sopesar y juzgar y decidir qué les conviene, es lo que me compromete con su reelección.
POR JONATHAN FRANZEN
Nunca esperé que Obama fuera un ambientalista activo –fue senador de un estado financiado por el carbón–, y por lo tanto estuve menos expuesto a la decepción que muchos de mis amigos progresistas. Lo que ha sido, eso sí, es un ambientalista pasivo. A diferencia de su antecesor, ha puesto en su lugar el sistema nacional de medioambiente y de protección de tierras, y donde vio una oportunidad de hacer el bien en ese sentido, sin pagar un precio político demasiado alto (como cuando demoró una decisión en el desastre del oleoducto Keystone), la tomó.
Así que dénle a Obama un 7, o incluso un 6, en su política ambiental. Pero consideren que Mitt Romney, si gana, revocará muchas de las decisiones tomadas; continuará pretendiendo que la ciencia del cambio climático es incierta; abrirá las tierras federales (con la excepción, supongo, de los parques nacionales) a la voracidad de la perforación petrolera y la minería; desandará regulaciones sobre polución y hábitat; y demostró, con la elección de Paul Ryan como vice, que pretende seriamente recortar el financiamiento de todo programa federal con excepción del Ejército –y más vale que sepan que la Agencia de Protección Ambiental va a ser la primera en caer–.
POR MITT ROMNEY
Un 47 por ciento va a votar por el presidente como sea. Eso significa que hay un 47 por ciento que está con él, que son dependientes del gobierno, que creen que son víctimas, que creen que el gobierno tiene la responsabilidad de cuidarlos, que creen que tienen derecho a que los provean de seguro médico, de comida, de un techo, de lo que sea. Que es su derecho. Y que el gobierno debe dárselo. Y ellos van a votar por este presidente, como sea...
Esta es gente que no paga impuestos. 47 por ciento de los norteamericanos no paga impuesto a las ganancias. Así que nuestro mensaje de bajar los impuestos no conecta. Así que mi trabajo es no preocuparme por ellos. Nunca los voy a convencer de que deben hacerse responsables y cuidar de sus propias vidas.
POR ISABEL ALLENDE
La nueva política de salud de Obama, que se hizo efectiva a partir del 1º de agosto del 2012, obliga a que todos los planes de salud provean a las mujeres de manera gratuita con todas las formas de anticoncepción aprobadas por la FDA, sin que sea necesario ningún costo para ellas. La política, que afecta aproximadamente a 47 millones de mujeres, también garantiza el mismo trato para los servicios preventivos, incluyendo los chequeos ginecológicos anuales, la psicoterapia por abuso doméstico, refuerzos para la lactancia, pruebas de HIV y revisiones por cáncer de cuello de útero.
Cualquiera que dude de que la rama más extrema –y poderosa– del Partido Republicano está en guerra con las mujeres debe considerar que el diputado Mike Kelly, de Pennsylvania, ha llegado al extremo de denunciar la nueva ley de anticoncepción de Obama como un asalto a la libertad religiosa comparable con los ataques del 11 de septiembre y Pearl Harbor. ¿El libre acceso a los servicios reproductivos y otros sistemas de salud comparable a los dos peores ataques enemigos contra Estados Unidos? ¿En serio? Esto es terrorismo contra las mujeres.
De acuerdo con una encuesta del 2010, casi la mitad de las mujeres retrasan o evitan visitar a su médico porque no pueden pagarlo. Gracias a la nueva ley, las mujeres ya no tendrán que elegir entre pagar veinte dólares por visita –o doscientos, o dos mil de seguro médico– o poner comida en la mesa de sus familias. Pero esto ocurre solo si Obama sigue en el poder, porque Romney, usando los mismos y gastados argumentos sobre la libertad religiosa, dice que rápidamente va a eliminar la posibilidad del control de la natalidad si es elegido.
POR BEN STILLER
No soy militar, nunca fui militar. Lo más cerca que estuve de uno fue hacer una película sobre actores que hacían una película de guerra. No tengo ni idea de cómo es servir en las fuerzas armadas o estar en combate. Pero me imagino que es mucho más difícil que hacer esa película. Y como tantos norteamericanos, tengo una gratitud enorme por los servicios brindados por los hombres y mujeres bajo bandera.
El presidente Obama apoya el cambio de los servicios actuales, que fuerzan a los militares a seguir en servicio al terminar su enganche. Esto hace que tengan que servir en zonas de combate una y otra vez. Y afecta a más de 120 mil soldados desde el 2001.
Con la ayuda del secretario de Defensa Robert Gates, el presidente empezó en 2009 un programa de dos años para cambiar la situación. Todo soldado cuyo servicio de combate se extendió, recibió 500 dólares por mes retroactivos por todo el período de servicio extra.
El presidente también ayudó a los soldados con una nueva carta de derechos por la que más de 300 mil veteranos y parientes pudieron acceder a la educación superior.
El actual gobierno también mejoró las cosas para los que sufren de síndrome de estrés post-traumático y ahora se pueden atender en hospitales militares. Un veterano ahora puede recibir ayuda médica basado en su propia declaración, sin que le pidan pruebas.
POR MONA SIMPSON
Tenemos que admitir que hay muchas, muchas armas en la vida civil estadounidense, un espacio donde se necesitan muy pocas. Hasta agosto de este año, había 129.817 vendedores de armas de fuego con licencia en Estados Unidos, comparados con los 14.098 McDonald’s y las 36.569 tiendas de alimentos. Según la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, el año pasado se fabricaron unos cinco millones de armas en EE.UU. Otros 3,25 millones fueron importadas.
Este es un viejo problema que afecta de forma insidiosa nuestra calidad de vida, y que aterroriza a la mayoría de nuestros políticos.
En el segundo debate presidencial, Obama dijo que las armas diseñadas para soldados no pertenecen en las calles. Dijo que iba a restaurar la prohibición de las armas de asalto de 1994. Romney replicó que no estaba a favor de una nueva legislación sobre armas. “Ya es ilegal en este país tener armas automáticas.” (En la mayoría de los estados es legal portar armas de asalto, sólo hay que tener una licencia y pagar un pequeño monto.)
Lo que hay que hacer es usar el ranking de la Asociación del Rifle para saber en qué están nuestros políticos. A Obama le pusieron un 4. A Romney un 8.
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