Domingo, 25 de noviembre de 2012 | Hoy
Qué me has hecho, vida mía
A través de canciones y con tono de radioteatro en vivo, la pieza rescata el mundo de la época a partir de un personaje maldito, Fanny Navarro. El ascenso y la caída de una estrella peronista. La vida de Fanny Navarro es melodramática por definición, demasiados contrastes para una sola vida. Historias de amores y desamores. La soledad luego del esplendor. La ambición desencadenada en complicidades y traiciones. Listas negras. Un personaje inmerso en un ámbito político que le dio mucho poder, un poder que no supo manejar y la devoró. Protagonizada por María Merlino, con dirección de Diego Lerman y dramaturgia de Lerman, Merlino y Marcelo Pitrola. Sábados a las 20.15, domingos 19.15, en La Carpintería, Jean Jaurès 858. Entrada: $ 70.
Esta pieza de danza gira alrededor de cinco preguntas organizadas en una estructura circular con saltos temporales, como la lectura de un libro al que se le han saltado unos capítulos: ¿Cómo me movía antes y cómo me muevo ahora? La imposibilidad de recordar. ¿Cómo un cuerpo ingenuo se apropia de los movimientos de un cuerpo experto? La imposibilidad de ser otro. ¿Cómo desaparecer en escena? La imposibilidad de creer. ¿Cómo crear una irrealidad partiendo de otra irrealidad? La imposibilidad de explicar lo escénico. ¿Cómo crear un nuevo origen? La imposibilidad de ser original. Creación e interpretación de Amalia Pérez Alzueta, Luciana Acuña, Andrea Nussembaum, Agustina Sario, Sarah Chaumette, Francisco Egido, Matthieu Pertpoint, Luis Biasotto. Dirección de Luis Biasotto. 23, 24, 25, 30, noviembre y 1º y 2 diciembre a las 21. Sala Enrique Muiño, CCSM, Sarmiento 1551. Entrada: $50.
Pet Shop Boys: Elysium
Un primer título fue Happy Sad. Pero finalmente Neil Tennant y Chris Lowe se decidieron por Elysium, el nombre del cielo de los dioses, según la mitología griega. Si el pop tiene un lugar así, desde allí es que suenan los Pet Shop Boys con este calmo y reflexivo undécimo disco de estudio de su carrera. Compuesto en Berlín y grabado en Los Angeles, en las manos de Andrew Dawson, el productor de Kanye West, Elysium le recuerda a Lowe una obra maestra del grupo como Behaviour (1990), otro disco de canciones más que himnos de fiesta. “Pero el sonido es muy diferente”, agrega. Para Tennant es un trabajo sobre ser ellos en este momento de su vida, haciendo lo que hacen. “Tiene que haber un futuro”, se entusiasman en “Hold On”. “Me ha tomado toda la vida encontrarte”, confiesan en “Memory of the future”. “Sos un ganador, soy un ganador, disfrutémoslo mientras dure”, reflexionan en “Winner”, el primer single del disco. Pero es en el delicioso “Your early stuff” donde tal vez esté la clave de Elysium, haciendo canción la charla con un taxista, que les confiesa: “Suponía que ya estaban separados, aún me gustan algunas de sus primeras cosas”.
Al cantautor chaqueño Seba Ibarra le gusta decir que lo que hace es pop litoraleño, mezclando folklore con aires nuevos, pero tampoco tanto. Su tercer opus, Infrenable paraíso, es la mejor muestra posible de semejante imaginario, bien terrenal y lejano de toda pretensión etérea. Contiene una decena de admirables canciones de impronta acústica e irresistibles ritmos de río, algo que Ibarra ha venido construyendo paso a paso en sus deliciosos intentos previos, Collage de río (2007) y Palimay (2009)
Plan perfecto
Confirmada el año pasado con el éxito de Damas en guerra como una de las mejores comediantes norteamericanas contemporáneas, Kristen Wiig es la principal razón para asomarse a esta película con desniveles. Maya Rudolph (otra gran comediante, también vista en Damas en guerra) y Jon Hamm (por ahora poco más que Don Draper, de Mad Men) la acompañan. La idea es, en parte, narrar cómo las parejas pueden volverse insoportables y hasta un poco imbéciles cuando ingresan en la experiencia sin retorno de la paternidad. Especialmente dentro de un círculo de amigos unidos, donde los críos vienen a romper con rutinas de reuniones frecuentes y charlas más o menos amenas. Amigos con hijos, de hecho, se llama en su idioma original este artefacto dirigido por Jennifer Westfeldt (responsable hace unos años de la horripilante Besando a Jessica Stein), quien además interpreta junto a Adam Scott a los dos solteros del grupo de amigos que, decididos a esquivar el círculo de infelicidad de esta comedia audaz, pactan unirse para procrear sin ataduras. Coprotagonizan Chris O’Dowd, Megan Fox y Edward Burns, cada uno perfecto en lo suyo, en una película que mayormente (aunque no siempre) se las arregla para sortear la trampa del discursito moral.
Jannickie es la única sobreviviente de una serie brutal de asesinatos que tuvieron lugar en una región montañosa de Noruega. Cuando aparece bañada en sangre, la llevan a un hospital cercano donde es sedada, se entrega al sueño y despierta para enfrentar una nueva masacre. Sí, hay mucho de Noche de brujas 2 –y un espíritu afectuosamente carpenteriano, por John Carpenter, claro– en este hermoso y sanguinolento cachivache nórdico que está sorprendentemente por encima de la media del cine de terror hollywoodense de este año (aunque es de 2008) y que acaba de llegar al DVD sin pasar por los cines.
Las curvas de la vida
Cuatro años después de Gran Torino, la película con la que anunció que se retiraba de la actuación, Clint Eastwood vuelve a ponerse de ese lado de la cámara, acaso para avalar el debut en la dirección de quien fue su asistente por casi veinte años, Robert Lorenz. El ex cowboy republicano vuelve a tematizar el asunto de su edad, de que ya no está para ciertos trotes –pero se resiste igual al retiro– y acá interpreta a un seleccionador de jugadores de béisbol para el Atlanta Braves con décadas de experiencia. La vista le ha empezado a fallar y no falta el joven arrogante que le quiere serruchar el piso. La vuelta es que el viejo zorro sabe cómo reconocer a un buen jugador casi con solo escucharlo, mientras que sus potenciales relevos solo se basan en estadísticas y numeritos recientes. En esto es posible ver, además, una respuesta casi inmediata a la reciente Moneyball, con Brad Pitt, que narraba justamente el triunfo de la estadística en el deporte. Lo mejor es que, al que todo esto no le interese, le queda un motivo para ver esta película: la increíble Amy Adams, una de las mejores actrices de su generación, tan buena que hasta levanta ella sola todas las escenas del pelmazo de Justin Timberlake.
Presentada hace un año en la competencia internacional del festival de Mar del Plata, L’exercise de l’état llegaba recomendada tal vez menos por su poco conocido director (el francés Pierre Schoeller) que por sus productores, los hermanos Dardenne y su actor principal, Olivier Gourmet (fetiche de los citados belgas). Gourment está perfecto en el papel de un ministro de Transportes en una historia que se despliega a lo largo de un período breve y dramático, cuando un grave accidente rutero pone en la picota al funcionario. Ahí arranca el juego del poder, que es lo que la película –con alusiones a los procedimientos de la centroderecha gala actual y sobre el fondo de la interminable crisis europea– narra con brutal eficacia y brillantez. Uno de los estrenos del año.
Revolution
La nueva serie de ciencia ficción de J. J. Abrams, el creador de Lost, aterrizó con bajísimo perfil en el cable en las últimas dos semanas, a pesar de las inevitables expectativas que precedieron a su estreno. El asunto transcurre en un futuro apocalíptico, década y media después de que un apagón energético dejara a la humanidad sin autos ni celulares ni computadoras y eventualmente sin gobiernos (y con una oscura y dictatorial Milicia en su lugar). El arranque recordará bastante a Falling Skies: en este panorama desolado, Charlie, una joven de carácter, habitante de una pequeña comunidad (con obvios ecos de la Katniss de la saga Los juegos del hambre), emprende un viaje para encontrar a su hermano adolescente, que acaba de ser secuestrado. Para esto contacta a su tío Miles, ex marine, y recluta a un grupo de sobrevivientes con quienes la misión de rescate deviene acto de resistencia y revolución. Adictiva y soberanamente tonta a la vez, es de esas cosas que, al menos por ahora, dan ganas de seguir viendo. Martes a las 21.30, por Cinemax.
Envuelta en no menores expectativas llegó también la nueva serie de Ryan Murphy, el creador de Nip/Tuck, American Horror Story y Glee. Bryan (Andrew Rannells, de Girls, y la obra The Book of Mormon) y David (Justin Bartha, de ¿Qué pasó ayer?) son presentados como “esa pareja exitosa de Los Angeles que lo tiene todo... excepto un bebé”. Cuando ya se dieron por vencidos en ese tema, aparece Goldie (Georgia King), una camarera del interior norteamericano que, cansada de su vida rutinaria y de su cuadrada, racista y homofóbica abuela (una resucitada Ellen Barkin), se acaba de mudar a California con su hija de ocho años. Desesperada, sin un mango y todavía en edad fértil, Goldie se convierte en el vientre de alquiler de Bryan y David. Recibida por la crítica norteamericana con ciertas reservas –como un producto demasiado calculado para el panorama de la sitcom–, la serie se sostiene en el carisma de Rannells, una estrella todavía a descubrir. Miércoles a las 22.30, por Fox.
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