Dom 30.12.2012
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DVD > AVENTURA NOCTURA: HAROLD Y KUMAR, LOS REYES DE LA COMEDIA FUMONA CONTRAATACAN

TODO EL AÑO ES NAVIDAD

Con un año de retraso, pero al menos en la fecha correcta, acaba de estrenarse en DVD la tercera película protagonizada por el dúo de Harold y Kumar, pareja de fumones étnica –Harold es coreano, Kumar es indio– que se viene convirtiendo en objeto de culto de la comedia más incorrecta, zarpada y de humor negro. Después de un primer episodio en el que los amigos sólo querían calmar el bajón con hamburguesas y una segunda película donde terminaban en Guantánamo, ahora comparten una descontrolada aventura navideña en compañía de actores como Danny Trejo y Elias Koteas, además de las voladas secuencias de claymation y números musicales enloquecidos.

› Por Alfredo Garcia

Olvídense de Ravi Shankar, la escuela de vida y el Maestro Amor. La verdadera clave para el autoconocimiento es la filosofía de Harold y Kumar (sin olvidar la ayuda de Neal Patrick Harris). Mezcla de Abbott & Costello y Cheech & Chong, Harold & Kumar esconden una interesante filosofía detrás de sus chistes drogotas, escatológicos y supuestamente descerebrados. Lo que caracteriza a este dúo es antes que nada su pertenencia a minorías étnicas: Harold (John Cho) es el prolijo descendiente de coreanos decidido a triunfar en el mundo de los negocios. Kumar (Kal Penn) es el descendiente de hindúes que podría ser un médico brillante si sólo pudiera acordarse de que en la universidad hacen análisis antidoping.

En las dos películas anteriores a ambos los unía el abuso de la cannabis, y la interacción con el desastre, equilibrado a último minuto con ideas filosóficas potenciadas por las extrañas apariciones del actor Neil Patrick Harris (el jefe de la Gestapo paranormal de Starship Troopers, de Paul Verhoeven) encarnando una curiosa versión ultraviciosa de sí mismo.

En la primera, Harold & Kumar go to White Castle (aquí conocida poco y nada, circulando en DVD como Aventura nocturna), los dos amigos, huyendo de la depresión total, fumaban más de lo debido, y aún apremiados por el bajón poscannabis, decidían que sólo comerían el alimento perfecto: las torres de hamburguesas del local de comida rápida al que se refiere el título, al que trataban de llegar sin éxito durante toda la noche. La búsqueda de White Castle se convertía en algo así como la búsqueda del autoconocimiento y la autosuperación.

Aventura nocturna fue dirigida en el 2004 por Danny Leiner, responsable de un placer culposo que habría que revisitar, Dude, where’s my car?, que incluye el famoso gag minimalista e hiperhilarante que dura un acto entero del film, basado en la repetición de la pregunta “And then?” (“¿y qué más?”) desde el parlante de una especie de automac de comida china.

De cualquier manera, en la saga de Harold & Kumar no importa tanto quién dirige, sino la interacción entre los dos protagonistas (más Patrick Harris, por supuesto) con el dúo de guionistas Jon Hurwitz y Hayden Schlossberg (luego convocados para la última American Pie), probablemente los verdaderos Harold & Kumar, aunque por sus apellidos se los podría confundir con dos personajes que aparecen en los tres films: Goldstein & Rosenberg, encarnados por David Krumholtz y Eddie Kaye Thomas, y que en cualquier momento podrían aparecer en un film propio, según se rumorea hace tiempo.

En todo caso, el dúo de guionistas se decidió a dirigir la secuela, Dos colgados muy fumados (Harold & Kumar escape from Guantanamo, 2008) y si bien la película tiene momentos increíbles, empezando por las tremendas escenas en Guantánamo (adonde el dúo va a parar por sacar una pipa ultramoderna en un avión, lo que sumado a su ascendencia étnica, los convierte automáticamente en terroristas), sin hablar del clímax en el que el presidente George Bush Jr. los invita con sus mejores porros (“Si son fuertes, ¡es porque les pongo un poco de coca!”), lo cierto es que da la sensación de algún intento por volver menos freaks a estos émulos étnicos de los Freak Brothers, poniendo el énfasis en la sátira política y no tanto en la idiosincrasia de los personajes. (Lo que es comprensible, con lo redituable que fue la primera película, que igual que sus dos secuelas, logró recaudar una fortuna con un presupuesto ínfimo.) Luego de fumarse la yerba contaminada de Bush, y de ver morir a Patrick Harris acribillado por la madama de un burdel de Texas, los dos amigos se fueron por lados completamente distintos.

Unos años después del episodio Guantánamo, Harold está casado, totalmente libre de sustancias tóxicas, y es un exitoso hombre de negocios preocupado por escapar de los ataques de los indignados de Wall Street y por quedar bien con su suegro chicano (un temible Danny Trejo), obsesionado por el árbol navideño perfecto. Kumar, que no ve a Harold hace años, está más colgado que nunca, abandonó su carrera, su novia lo dejó, y sólo se dedica a fumar y mirar televisión. Un misterioso paquete dirigido a Harold cae en manos de Kumar, que naturalmente cree que lo correcto es llevárselo a su ex amigo, lo que implica la destrucción del árbol de Navidad perfecto y toda posibilidad de encontrar algún reemplazo digno.

En todo caso, este enigmático regalo de Navidad vuelve a juntar al dúo en la que probablemente sea su mejor película, Harold y Kumar: Dos colgados muy fumados en Navidad (A very Harold and Kumar 3D Christmas, dirigida por Todd Strauss-Schulson), en realidad nos llega de manera bastante colgada, con un año de demora y en DVD, sin manera de disfrutar el 3D minimalista que no se priva de mandar todo tipo de humaredas a cámara. Hurwitz y Hayden Schlossberg apelaron a todo su talento para la guarrada para mostrar a estos dos amigos camino a su madurez y poner de nuevo el foco en los personajes, volviendo al camino de autoconocimiento y filosofía, dosificando el camino a la sabiduría con los más feroces chistes de humor negro y el más amplio rango de incorrección política.

Todos los que hayan visto las dos películas anteriores saben que Neal Patrick Harris va a volver a aparecer de alguna manera. Increíblemente, el actor no sólo aparece, sino que protagoniza su especial navideño de TV, y uno de los momentos culminantes del film es su descripción del más allá. Pero además está Elias Koteas como un gangster ruso obsesionado por la virginidad de su hija (a su vez obsesionada en perderla). Hay un padre que de tanto intentar mantener sana a su pequeña beba termina logrando que pruebe cannabis, cocaína y éxtasis en la misma noche. Y por supuesto también está Papá Noel, explicando cómo un buen regalo puede unir una vieja amistad.

La filosofía de Harold & Kumar (y Neil Patrick Harris) también se expresa en ácidas escenas de claymation (plastilina animada al estilo de los films de Frank Zappa), y hasta en números musicales tipo Busby Berkeley. Un detalle increíble pero cierto: Kal Penn, es decir Kumar, abandonó su puesto de director asociado de relaciones públicas de la Casa Blanca para participar en el rodaje de esta asombrosa película navideña.

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