Si seguir viendo la entrega de los Oscar como cada uno de los años anteriores no sirve para absolutamente otra cosa –la escasa emoción de las nominaciones a mejor película disipada entre nueve títulos–, esta noche será útil al menos para que mucha gente pueda finalmente ponerle un rostro a ese nombre que se repite cada vez más y más en televisión, en el cine, y en Internet: Seth MacFarlane. Que fue convocado por los organizadores de la transmisión para rejuvenecer un poco todo el asunto, dejando atrás en lo posible la decepción que significó el regreso del gran Billy Crystal y olvidando piadosamente la experiencia compartida por Anne Hathaway y la-estrellita-que-pareció-no-estar-ahí, James Franco.

¿Y quién es el tal MacFarlane? Bueno, es muchos en uno: formado como realizador de dibujos animados (y curtido en los cuarteles de Hanna Barbera en series para el Cartoon Network como El laboratorio de Dexter) es, a los 38 y antes que nada, el creador de dos populares series post simpsonianas, Padre de familia y American Dad!, la primera de ellas famosa por haber sido cancelada por la Fox tras tres temporadas y haber vuelto a, de verdad, pedido del público, y llevar ya desde entonces ocho años más al aire. También tiene una tercera sitcom animada, The Cleveland Show, y otra en YouTube, Cavalcade of Cartoon Comedy y en todas provee las voces a varios personajes. El año pasado estrenó su primer largometraje como director, Ted, la de Mark Wahlberg y el osito fumón, y volvió a aplicar su talento vocal para hacer la voz del peluche cretinoide. El muchacho es también músico, publicó un álbum de estándares norteamericanos (Music is Better The Words, 2011) y una de sus canciones para Ted está nominada al Oscar (y condenada a perderlo a manos de Adele y Skyfall).

MacFarlane fue una suerte de niño prodigio, que ya dibujaba sus caricaturas favoritas a los dos y a los diez anticipaba el tipo de controversia que sus creaciones iban a causar entre los vigilantes de la corrección política cuando publicó en el periódico escolar una historieta de su autoría en la que un feligrés a punto de recibir la hostia decía: “¿Puedo acompañarla con papas fritas?”. Un cura puso un chillido en el cielito local, y veinte años más tarde el Consejo de Padres para la Televisión exigía la cancelación de Padre de familia por algunos “contenidos indecentes”. (“Es como que te mande una carta de lector indignado Hitler. Son seres humanos terribles”, comentó MacFarlane.) Independientemente de cómo le vaya esta noche al cantante-pianista-dibujante-animador-guionista-director, su carrera va a seguir expandiéndose como un pulpo: hasta hace poco estuvo ligado a un revival de Los Picapiedras (que por ahora parece que no va a ocurrir, pero es cuestión de tiempo) y, más sorprendentemente aún, a una nueva serie inspirada en la clásica Cosmos, de Carl Sagan, a la que MacFarlane considera “una gran influencia en mi vida”. Mientras, ya anunció una quinta serie animada –-también sobre una familia, esta vez con una mujer al frente– y su segunda película como director, titulada tentativamente A Million Ways to Die in the West (“Un millón de maneras de morir en el Oeste”). Por lo pronto, para los que se pregunten si él es efectivamente la gran esperanza blanca para la ceremonia, MacFarlane dio algunas pistas de qué planea hacer una vez que pise el escenario del Dolby Theater. “Tengo que salir al escenario recordando que lo que funciona es lo que hicieron Billy Crystal, Johnny Carson y Bob Hope, pero inyectándole algo de lo mío, con filo pero sin burlarme.” Y no, “no voy a hacer chistes de penes, esto no es Padre de familia va a los Oscar. Uno debe adaptarse a los Oscar y no al revés”. Pero, promete, la aparición de Ted, el osito jodido, “va a ser memorable”.

La transmisión de la alfombra roja (con conducción para América latina de Axel Kuschevatzky) comenzará a las 20.30. La entrega de los premios, con Seth MacFarlane debutando como maestro de ceremonia, una hora más tarde. Todo por TNT.