RESCATES > LO QUE EL VIENTO (NO) SE LLEVó, DE ROBERTO BASCHETTI
Volantes. Panfletos. Textos breves y coloridos. Documentos de gran impacto visual. Lo que el viento (no) se llevó es una suerte de novela gráfica del peronismo que recorre desde sus orígenes hasta la derrota y metamorfosis de 1983. Resultado de la manía coleccionista de su autor, Roberto Baschetti, el libro arma el collage de una historia que avanza con desorden y pasión.
› Por Mercedes Halfon
Por Mercedes Halfon
Historia ilustrada o ilustración de la Historia, Lo que el viento (no) se llevó, de Roberto Baschetti, es una apasionante enciclopedia de los más coloridos documentos del más contundente movimiento político argentino del siglo XX. El subtítulo reza: Efémeras, volantes y afiches, pero lo que se puede ver es una suerte de memoria gráfica, un compendio de lo que pasó de mano en mano, de la propaganda a pequeña escala, la militancia volcada a slogans muy sentidos, junto con comunicados breves que significaron una acción política concreta, fotografías firmadas, tapas de revistas y otros fetiches compañeros.
Peronismo para principiantes e inconografía justicialista: el período abarcado va desde 1945 con el nacimiento político de Perón –a partir del 17 de octubre– hasta el regreso definitivo de la democracia en 1983. Es decir, nacimiento, vida, pasión y circunstancial muerte (evidenciada en su primera derrota electoral) del movimiento de masas más grande que ha tenido la Argentina en toda su historia. Roberto Baschetti es conocido por ser un archivista, investigador y, hasta diríamos, arqueólogo de este movimiento. Es autor de títulos como Presencia textual del peronismo (una antología de textos de diversa índole sobre el tema, desde literarios a pedagógicos y académicos) o Documentos, una extensa serie de tomos que reúnen los textos militantes redactados tanto en la Resistencia tras el golpe de 1955, como del período transcurrido entre 1973 hasta el golpe militar del ’76. Ya de corte más intimista es su volumen Campana de palo, con poemas, canciones, relatos y cartas individuales o grupales de militantes o sus organizaciones para retratar, una vez más, 35 años de historia (1955-1990). Es en este trabajo que viene desarrollándose y profundizando desde hace décadas que aparece esta nueva investigación. Como explica el autor: “Este libro se inserta de forma natural en la producción que he llevado a cabo sobre documentos del peronismo. Es solamente una manera diferente de abordar un período. Y creo que este modo que uso de contar a través de volantes y panfletos, de textos cortos y mucho color, puede ser también vehículo para que infinidad de jóvenes que no leerían un libro mamotreto de 300 páginas –porque su cultura es otra, acostumbrada a lo efímero, a lo visual– puedan también acercarse y tomar conciencia de su historia política”.
¿Qué hay en este volumen entonces? Toda consigna escrita, publicada o dibujada por todas las fracciones de este movimiento político, en la evolución gráfica y retórica de sus ideas. El libro se divide en siete capítulos. El inicial muestra detalladamente la primera década peronista, con el lenguaje visual del populismo de aquel entonces, que hoy resulta por igual lejano y atractivo: desde estampas coloridas con consignas como “Consolide la libertad económica del país usando telas argentinas” a una Evita en shorts con la camiseta de Boca, pasando por una tapa del diario Crítica que describe los sucesos del 17 de octubre como “Grupos aislados que no representan al auténtico proletariado argentino tratan de intimidar a la población”. El segundo capítulo muestra la larga resistencia peronista, que va desde 1955 a 1973, con volantes con el sello “Perón vuelve”, o la utilización de ese mismo leit motiv para una publicidad de la época: “Vuelve, pero... contento y feliz compro en casa Achával”, junto a un documento de gran significación y densidad: el comunicado número 4 de Montoneros en el que anuncia escuetamente la ejecución de Aramburu. El capítulo que sigue se dedica exclusivamente al retorno del líder, con diferentes afiches, volantes y escritos hasta hechos a mano, que fueron lanzados por las diversas facciones en pugna: las 62 Organizaciones, la Juventud Peronista, Movimiento Nacional Justicialista y más. El cuarto abarca las consignas electorales, llamados a actos, fotografías y afiches con El “tío” Cámpora y demás panfletos, en el retorno del justicialismo al gobierno. El siguiente ilustra la/s presidencias que van desde la asunción en el ’73 de Perón hasta el golpe del ’76. Allí se encuentran volantes de apoyo de diferentes sindicatos –“Los telefónicos a muerte con Perón”–, algunos afiches provocando a otros sectores “Los jovencitos radicalitos perdieron la memoria”, hasta manuscritos con frases de Eva, ya convertida en mito. El sexto es, sin duda, el más oscuro: lo escrito y publicado, que trabajosamente circuló en la dictadura. De la revista Evita Montonera de abril/mayo del ’76, que pone de frase de tapa “Resistencia obrera/resistencia montonera”, a ingeniosos afiches con la gráfica del Mundial ’78 que rezan “Resistir es vencer”. Luego ya comienzan los primeros pedidos de “Aparición con vida” y los llamados a marchas. El último capítulo son las elecciones presidenciales, la fallida candidatura de Luder y el retorno a la democracia.
El material es profuso, diverso, exhaustivo. Roberto Baschetti cuenta acerca de cómo fue acopiando esta cantidad apabullante de papeles: “Los materiales los fui recopilando a partir de mi propia militancia en los ’70 en la Juventud Peronista de las regionales. Tara que asumo: en tanto el conjunto de militantes que me acompañaba en las manifestaciones voceaba consignas y miraba el horizonte como buscando la confirmación de un futuro promisorio, yo me dedicaba a mirar el piso y guardar al menos un volante de cada uno de los que se habían lanzando por parte de las organizaciones que nos habían precedido en la marcha”. El resto provino tanto de la investigación como de familiares y amigos, que, al tanto de sus intereses, le iban acercando pequeños tesoros. Cuando se le pregunta por sus favoritos, destaca: “La colección de carteles del primer peronismo que son patrimonio del Instituto Perón, de hermoso diseño y tan llenos de color y de promesas; el carnet de afiliada del Partido Peronista Femenino que era de mi madre –Sara Reyno–; el volante de los artistas apoyando la reelección de Perón en 1952, donde aparece la adhesión de Tato Bores; la etiqueta de las botellas de sidra que hicieron felices a millones de hogares humildes; los de las diversas partes de la Resistencia peronista, entre muchos otros”.
Pero además de compilar estos objetos de colección de nuestra historia, Lo que el viento (no) se llevó hace otra cosa. Compilar un modo de acción política que también “pasó a la historia”. El panfleto y el volante, si bien no se han extinguido, como los afiches callejeros que reaparecen durante las campañas electorales, va dejando lugar a nuevas formas de expresión más rápidas, directas, que llegan a mayor cantidad de gente y que tienen que ver con los medios electrónicos, como los blogs, Facebook y otros.
Sin guías ni epígrafes, sólo con una escueta introducción al inicio de cada capítulo, el libro de Baschetti confía en la potencia de las imágenes para explicarse. Que ellas digan lo que tengan para decirnos. De ese modo construye una suerte de novela gráfica-documental. Un objeto singular que podrá ser disfrutado por los amantes del vintage político, del diseño gráfico, y por quienes estén dispuestos a un viaje en el tiempo hacia una pasión que ha seguido y seguirá resultando, para muchos, inexplicable.
Lo que el viento (no) se llevó se puede conseguir en: Un Café con Perón (Austria 2601), Antígona, De la Mancha, Edipo, Fundación Madres de Plaza de Mayo, Hernández, Gambito y Biblos, entre otras librerías. Más info: facebook.com/EditorialPuebloHeredero
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