Dom 09.11.2014
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> ALGUNOS FRAGMENTOS DE BREVE HISTORIA DEL CULO POR JEAN-LUC HENNIG

EL CULO DEL MUNDO

“El cine en color gana en espectáculo (cuando lo gana) lo que pierde en encanto”, decía Edgar Morin. Mientras el blanco y negro desnuda la piel, el color la hace opaca, tiende a armonizar el cuerpo con el paisaje. El blanco y negro provocaba un rayo, revelaba una carne llena de morbidez. El color ha matado el erotismo de la blancura, y las películas han acabado por extender y difuminar el color tanto como antes se hacía con el gris. El culo coloreado se ha convertido en sinónimo de culo gris. Y el gris del culo hace que pierda toda su magia. Parece triste y terriblemente plano. Incluso uno llega a preguntarse, ante pieles tan triunfalmente bronceadas que parecen decididamente grises, si no valdría la pena darles la vuelta para descubrir de una vez qué es lo que las hace vivir y hacer visible la belleza de los órganos. Si queremos realmente hacernos una idea de la pulpa del culo, de sus músculos y de sus nervios, quizá deberíamos recurrir a las figuras desolladas del Renacimiento, los estudios de Allori (1535-1607), por ejemplo, en los que el culo cuidadosamente mondado exhibe sus masas palpitantes y sus haces musculares. Se puede apreciar entonces algo curioso: que el culo del hombre está estriado más o menos como la carne de la raya. Eso señalaría quizás un lejano origen acuático de la humanidad, o que el hombre empezó a formarse a partir del culo en las profundidades del mar. Por otra parte, que el culo esté en el origen del mundo no sería el menor de sus caprichos.

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