En Harvard, el profesor de literatura clásica Richard F. Thomas recibió durante años sonrisas irónicas por su seminario sobre Bob Dylan que se llama sencillamente “Bob Dylan” para ubicar al artista, dice “no sólo en el contexto de la cultura popular del último medio siglo, sinno en la tradición de poetas clásicos como Virgilio y Homero.” Las clases siguen cronológicamente la carrera de Dylan, se escuchan selecciones de sus canciones y se leen sus memorias, Crónicas. Thomas asegura que al comité académico le costó incluir el seminario, pero lo hizo. El problema principal era el cruce con letras clásicas. “Muchas académicos reconocen cómo Dylan abreva de las baladas inglesas, la canción folk americana, la poesía beat, la Biblia. Pero yo insistía en sus alusiones a la literatura antigua griega y romana. Empecé con el seminario cuando yo mismo noté la intertextualidad, en 2001”. Thomas es co-chair del seminario “Las civilizaciones de la antigua Grecia y Roma” en el centro de Humanidades Mahindra de Harvard. Fue director de la Asociación Filológica Americana, y director de la Sociedad Virgiliana de EE.UU, que actualmente además preside. Desde 2001 es administrador de la Biblioteca Clásica Loeb y editor de Estudios de Filología Clásica de Harvard.
En Persephone, el diario de estudiantes de Harvard, Thomas dio una entrevista en enero de este año sobre Dylan, los clásicos y su curso, un poco para promocionarlo, otro para explicarlo. Uno de los tópicos favoritos de Thomas es la intertextualidad que puede encontrar en las letras de Bob Dylan con autores clásicos y lo notable es que encuentra este procedimiento en las canciones más recientes, demostrando que no es valioso sólo el trabajo icónico de los 60-70 sino que el estatus literario de su obra se continúa hasta hoy. Aquí reproducimos fragmentos de la entrevista.
¿Cuándo se dio cuenta de que había intertextualidad entre Bob Dylan y los clásicos?
–No fue, increíblemente, hasta el 11 de septiembre. Dylan editó un disco ese mismo día, Love and Theft. Yo había notado intertextualidad del mismo tipo en 1997 con la canción “Highlands” del disco Time Out of Mind, una canción narrativa muy larga que tiene el estribillo “Mi corazón está en las tierras altas”. Eso era de Robert Burns, como lo eran también otros fragmentos de letras aunque integrada a una canción donde el cantante quiere alejarse de todo, de Nueva York quizás, a una especie de tierras altas de la mente. Pero no fue hasta Love and Theft que encontré una intertextualidad más intensa, incluído un diálogo con Virgilio en la canción “Lonesome Day Blues”: “Voy a perdonar a los vencidos... Voy a domesticar a los orgullosos”. También hay intertextualidad con Huckleberry Finn, baladas de la guerra civil, una novela de gangster japoneses con reflexiones sobre las guerras sino-japonesas y con La Eneida. Si el intertexto se activa en la mente del escucha, la canción no solo se lamenta por las pérdidas y los daños causados por Vietnam, la gerra de la juventud de Dylan, sino que trae a colación todas estas guerras literarias, incluidas las guerras romanas de Eneas y las guerras civiles que de alguna manera representan.
Escribe mucho sobre las letras de Dylan. ¿El interés es primariamente textual o diriía que la música juega un rol igual de importante en la experiencia de escucha de las letras?
–Lo último. Hay algunos cantautores que comienzan como poetas. Alguien como Leonard Cohen escribió y publicó poesía en los años 60 y después empezó a escribir canciones. Dylan es un poeta en el sentido de bardo, aoidos orvates. Verdaderamente es un pieta cuya canción es parte de la poesía. Sí es necesaria la canción aunque escribe también hermosa, aunque diferente, prosa que funciona sin la música especialmente en su “autobiografía” Crónicas. Volumen 1 de 2004.
En su artículo “Las calles de Roma: el Dylan clásico” menciona la máxima de T. S. Eliot: “los poetas inmaduros toman prestado; los poetas maduros roban”. Y usted ha encontrado que las letras de Dylan consisten en una mezcla de intertextos, “robos” a otros autores. ¿Hace lo mismo en la música?
–Absolutamente, así funciona el blues y el folk. Editó un disco en 1993 llamando World Gone Wrong. Ese es un disco de covers de blues pero por todas partes hay canciones propias, originales, en donde la melodía y parte de las letras son “robadas”. Robar así es una metáfora de ser parte de una tradición, de ser la tradición. ¿A quién le pertenece el blues, de cualquier modo? Las canciones de blues y de folk son un constante fluir y dar con las continuidades y los “robos” es lo que le da significado y complejidad.
¿Hay canciones donde cree que Dylan no es consciente de los autores a los que alude e incorpora?
–Creo que el proceso y la composición son muy conscientes. Sin embargo, en una entrevista en 60 Minutes en 2004, Ed Bradley le pregunt? a Dylan de dónde venían esas maravillosas letras de los 60. Y Dylan dijo que no sabía, mencionó un “manantial de creatividad” y agregó “no sé cómo escribí esas canciones” y citó la letra surrealista de “It’s Alright Ma,” con su rima: “Darkness at the break of noon/ Shadows even the silver spoon/ The handmade blade, the child’s balloon/ Eclipses both the sun and moon/ To understand you know too soon/ There is no sense in trying.” (La oscuridad cuando rompe el amanecer/ Ensombrece incluso la cuchara de plata/ La navaja hecha a mano, el globo del niño/ Eclipsa al sol y a la luna/ Se sabe demasiado pronto/ Que no tiene sentido intentarlo”) Escuchó muchísima música folk, investigó la cultura americana del siglo XIX y el temprano siglo XX. Y leyó mucho y sigue leyendo mucho. Y es un lector ecléctico, no canónico. Dylan sin embargo le dijo a Bradley que hacía “otras cosas”. Y una de esas cosas, descubrió, era evocar otra literatura, incluida la poesía de exilio de Ovidio o las odas de Henry Timrod. Líneas de estos dos autores, de hecho, aparecen en algunas canciones, juntas. Dylan siempre estuvo interesado en la guerra civil, lo que quizá lo llevó a interesarse en Roma. Hay algunas canciones en el disco de 2006 Modern Times que sumadas incluyen unas veinte líneas de Ovidio.
Sólo para ser el abogado del diablo, ¿cree que esas líneas sin intertexto consciente? ¿No podrían las similaridades ser coincidencia?
–No, no, para nada. Estas líneas, palabra por palabra, son tomadas de la traducción de Peter Green de Ovidio. Específicamente. Y eso es parte del efecro. En la primera canción del disco, “Thunder on the Mountain,” Dylan canta: “I’ve been sitting down studying the Art of Love / I think it will fit me like a glove.” “Estuve estudiando el arte del amor/ Creo que se me ajusta como un guante. Por supuesto, la Ars Amatoria no está explícitamente ahí, pero uno no puede evitar pensar en Ovidio. Pone el anzuelo. Así, en la canción “Ain’t Talkin’”, la última línea de la última canción de lo que entonces parecía ser el último album de un artista de 65 años, dice que se despierta en un camino “In the last outback, at the world’s end” (“en el último desierto, en el fin del mundo”, una cita directa de la traducción de Penguin de la poesía de exilio de Ovidio (Ex Ponto 2.7.66). Uno puede seguir pensando que es accidental: pero la misma canción tiene tres o cuatro más líneas de Ovidio, incluyendo “Every nook an cranny/cormer has its tears” (“Cada recoveco, grieta y rincón tiene sus lágrimas”); “loyal and much loved companions”...“make the most of one last extra hour” (“Los compañeros leales y amados”... “sacar la mayor ventaja de la hora adicional”) todas textuales de esa traducción y de la misma canción, pertenencen a Tristia 1.3 [24, 65, 68], el poema nocturno del exilio de Ovidio. Escribí todo esto en un artículo. Lo que aún no sabía emergió en 2008 en The Bootleg Series Vol. 8, Tell Tale Signs. Hay un outake de “Ain’t Talkin’” en ese disco, una versión anterior, que tiene diferentes versos y ninguna línea de Ovidio, cero. Creo que Dylan lo empezó a leer cuando estaba haciendo Modern Times (Tiempos modernos, ¿se entiende el título?), y que incluye la versión de sin Ovidio en las tomas descartadas a propósito, para que se note, uno de los signos que da sobre cómo escribe un álbum. Si, es todo muy consciente.
Uno de los artículos de Richard F. Thomas sobre Dylan y los clásicos se puede conseguir gratis online y bajar de journal.oraltradition.org /files/articles/22i/Thomas.pdf. Está en inglés y para disfrutarlo es necesario también tener nociones de latín.
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