“Es difícil imaginar que la figura de un padre como el mío no le genere conflictos a su hijo. Y serios. Además, casi podría decirse que él se ‘robó’ la historia de Los Andes. Lo que quiero dar a entender es que no se metió en ella de cualquier manera, sino que lo hizo para darse la oportunidad de ejercer su característico protagonismo. Él no puede permanecer entre bambalinas. Necesita luz, que los focos lo sigan para iluminar todos sus movimientos. En Uruguay y probablemente también en el extranjero las cuatro grandes figuras que se vinculan constantemente a los hechos de Los Andes son Canessa y Parrado (porque hicieron la caminata final), Sergio Catalán (el arriero que los encontró) y mi padre (por la búsqueda que llevó adelante). Y punto. ¿Quién es Sabella para el gran público? ¿O Inciarte? ¿O Delgado? Hubo gente que estuvo convencida de que nos habíamos salvado solamente por lo que mi padre había hecho. Nada más que gracias a los pasos que había dado mi padre. No por el esfuerzo y el sacrificio que desplegamos durante todo ese tiempo. Aquel que lea el libro de mi padre Entre mi hijo y yo, la luna, entenderá hasta qué grado él se ocupó y se preocupó por mi suerte, cómo trató de ubicarme, de qué manera mantuvo viva la seguridad de que su hijo no había muerto. Y después, todavía, le pareció que hacía falta algo más. Entonces, escribió ese libro de 240 páginas. Lo hizo porque así hace todo. No sabe actuar de otra manera.”