Domingo, 4 de octubre de 2009 | Hoy
> LOS FRAGMENTOS DE LOS DIARIOS DE EISENSTEIN SOBRE EL PROYECTO DE FILMAR EL CAPITAL
12 de octubre 1927 Está decidido, vamos a filmar El Capital basados en el libretto de Karl Marx –única salida formal posible...
13 de octubre 1927 Más allá del drama, del poema y de la balada en el cine, Octubre presenta una nueva forma de obra cinematográfica. Ya nos encontramos aquí en presencia del cine-perspectivas enteramente nuevas y de algunas iluminaciones sobre las posibilidades que serán rematadas en la nueva obra: El Capital. Un cine-tratado.
8 marzo 1928 Ayer pensé mucho en El Capital. En la estructura de la obra que surgirá de la metodología del cine-palabra, cine-imagen, cine-frase, metodología descubierta hace poco, con base en los “dioses” (secuencia usada en Octubre). Variante intermediaria del trabajo: partir del desarrollo trivial de una acción cualquiera. Por ejemplo, la jornada de un hombre. Minuciosamente narrada, a la manera de un esbozo que da origen a digresiones. Unicamente para ese fin. Unicamente como pretexto para el desarrollo de las ramificaciones de la naturaleza asociativa de todas las fórmulas, generalizaciones y de los postulados sociales de El Capital. Generalizar en nociones los hechos fortuitos que son presentados (será puro primitivismo, sobretodo si pasáramos de la falta de pan en la fila de una panadería a la crisis del trigo y el mecanismo de la especulación. Partir, al contrario, de un botón de ropa y llegar al tema de la superproducción ya es más propio y más elegante). En Ulises de Joyce hay un capítulo notable de ese tipo, escrito a la manera escolástico-catequizante. Se hace la pregunta y se recibe la respuesta. El tema de las preguntas: cómo encender un calentador de aceite. Y las respuestas son del orden metafísico.
17 marzo 1928 En lo que se refiere al materialismo histórico aclimatado a nuestros días, es preciso que yo descubra en El Capital equivalencias actuales para los momentos de ruptura de las épocas pasadas. Por ejemplo, el tema de los tejedores destructores de máquinas debe ser mostrado por un shock en sentido contrario: el tranvía eléctrico en Shanghai y los millares de coolíes, que aquel privó de pan, acostados sobre los rieles para morir.
6 abril 1928 El primer esbozo-dibujo estructural de El Capital es el siguiente: se parte del encadenamiento de un acontecimiento cualquiera. La jornada de un hombre, o algo aún más insípido. Los eslabones de la cadena son los puntos de partida de la formación de asociaciones, que, por si mismas, posibilitan el juego de los conceptos. Joyce puede ayudarme en mis propósitos: del plato de sopa a los navíos ingleses hundidos. En el estadio siguiente, la concepción de El Capital se desdobla en un ensayo visual dialéctico. Estilísticamente se trata de una línea argumentativa cerrada sobre sí misma, en la cual cada tema sirve como punto de partida para un contenido ideológico cerrado, a pesar de ser materialmente disociado al máximo, estableciendo con eso el máximo contraste. El último capítulo trata de la lucha de clases, y será preciso armar la historia en función de su máxima rentabilidad explicativa. Así, los elementos de la historia darán impulso a la abstracción y a la generalización. Por ejemplo, cómo el lado “buena ama de casa” de la mujer de un trabajador alemán constituye, en el contexto de Alemania, el mayor de los males y el más poderoso obstáculo a la explosión revolucionaria: la mujer de un trabajador alemán jamás dejará a su marido sin un alimento caliente. Unico gran peligro: caer en tonterías por exceso de simplificación –eso es fácil–.
8 marzo 1928 ¡El Capital será dedicado oficialmente a la Segunda Internacional! ¡Quedarán “felices”! Pues es difícil imaginar un ataque más feroz a la social democracia, en todos sus dominios, que el que hace El Capital. El lado formal será dedicado a Joyce.
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