GRANDES PRODUCCIONES DE IBáñEZ MENTA QUE SE PERDIERON PARA SIEMPRE
El año de su inauguración, Canal 9 retomó un programa que había empezado en el 7 el año anterior: Obras maestras del terror. Dentro de este ciclo, Ibáñez Menta produjo una versión de la obra de Gastón Leroux con la que se inauguró el uso del videotape en la televisión argentina. Pero como este sistema era caro, los casetes se reutilizaban. “Debido a la confusión por la que se terminó borrando todo (ver nota principal) se dio una sola vez, pero mucha gente que hoy tiene más de 50 años todavía lo recuerda”, dice D’Ambrosio. Fue el único programa que se grabó en el Colón, y tuvo un rating enorme. Su protagonista no dejó que lo fotografiaran caracterizado de Erick, pero sí se conservan un par de fotos capturadas por un fan, y la música compuesta por Mito García.
Tomando la historia central de La muñeca sangrienta y partes de La máquina de asesinar, ambas de Leroux, Ibáñez Menta volvió al Canal 7 de sus inicios. El guión estuvo a cargo de Jacobo Langsner y el vestuario de Bergara Leumann. “Para muchos el resultado fue técnicamente superior a todo lo que se había hecho en la televisión local –dice D’Ambrosio–, con su ambientación en la Francia del siglo XVIII.” Narciso interpretó un doble papel: el de Benito Masón, el deforme de cuya fealdad escapaban todas las mujeres, y el muñeco Gabriel, obra de un relojero de cuya hija estaba enamorado Masón. Inculpado por un crimen que no cometió, Masón era condenado a la guillotina y su cabeza terminaba insertada en el cuerpo de Gabriel, convertido en un autómata. Problemas en la coproducción con el 7 dejaron a Ibáñez Menta en bancarrota y lo llevaron a vivir en España.
“Un monstruo, un semi-hombre, un robot humano, cargado de odio y rencor, desesperado en busca de su alma”, decía la publicidad con que Canal 9 promocionó este programa que Ibáñez Menta hizo al volver de España, donde había pasado cinco años. “El Fantasma... había quedado en el público –dice D’Ambrosio–, y Abel Santa Cruz escribió este guión haciendo una variación de El Fantasma... con elementos de El Conde de Montecristo. Como estaba en boga el trasplante de corazón, así que idearon esta historia de un tipo al que le sacan los órganos y le ponen otros robóticos. Algunos actores confirmaron que hubo al menos una escena filmada con un cadáver real. Se repuso en el ‘72 en el mismo 9 y la repitió el 2 en el ‘76: ésa fue la última vez que se vio. Luego desapareció el tape, y lo único que se conserva es el audio del último programa, grabado directamente de la televisión por un coleccionista.”
Un poco para despegarse de su imagen de figura del terror, Ibáñez Menta se puso a hacer a los clásicos: El abuelo, de Benito Pérez Galdós; El avaro, de Molière; Todo sea para bien, de Pirandello; y también, entre otros libretos, filma uno llamado El tobogán, de Jacobo Langsner, que es una primera versión de Esperando la carroza. Lo dirigió Alejandro Doria; actuaron China Zorrilla y Pepe Soriano, entre otros, y Narciso hacía el papel que luego interpretaría Gasalla, pero que en ese entonces era masculino. Otra pérdida del 9.
“En este programa realizado para Canal 9, Narciso jugó con la idea de que Hitler estaba vivo”, cuenta D’Ambrosio. “Y había dos tipos que investigaban e iban por los pueblos buscándolo. Al final resultaba que el presunto Hitler refugiado entre nosotros era un impostor.” La producción utilizó mucho material de archivo e imágenes de la Segunda Guerra, y contó con “un reparto extraordinario, en el que Norman Erlich hacía de un militar alemán”. El programa se perdió completo por la falta de cuidado tradicional que caracterizó al 9 (y que se inundaba a menudo porque estaba construido sobre un arroyo y sus napas se desbordaban. Los militares completaron su depredación durante la dictadura). Sólo se conservan unos pocos segundos que un coleccionista rescató de un tacho de basura.
La protagonizaron con Marta González como Lisa, Susana Campos como la hermana y Luisina Brando, entre otros. Narciso interpretó dos papeles: el de Drácula y el del protagonista Daniel Carvel. “El libretista Horacio Meyrialle le encontró una vuelta de tuerca interesante a la novela de Stoker –dice D’Ambrosio–, al otorgarle al personaje poderes para modificar la voluntad de las personas.” Luego, en 1979 haría Hay que matar a Drácula, pero esta vez interpretando a Van Helsing, y con Gianni Lunadei como el Conde, quien ya había interpretado ese papel en el teatro (y un cast increíble: Patricio Contreras como Jonathan Harper y Luisa Kuliok como Mina).
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