Dom 23.03.2003
radar

El síndrome del poeta fértil

Un recorrido por los temas inéditos disponibles en el sitio “Camisetas para todos”, incluyendo aquellos presentados antes en Deep Camboya. Además de estos inéditos, en el sitio también están disponibles muchos instrumentales, todo un archivo de covers e incluso recitales en vivo.

El Azteca Una milonga melancólica y nostálgica, con referencia futbolera al frente, un recuerdo de tiempos ingenuos y mejores. Tal vez el gran hit oculto de Deep Camboya, un tema lento que acelera en su no-estribillo para dejar en claro que “Dicen que hay un mundo de sensaciones/ también hay caramelos/ con forma de corazones”.

Carnavales de Comunicaciones Aceleradísima recorrida por recuerdos de fines de los ‘70. Con la letra bien al frente, Calamaro recorre sus comienzos: “Con Los Plateros de Ernie recorrí la Pampa y la Patagonia”, “Me rebotaron para una gira de tango con Nelly Vázquez en Ecuador”, “En el centro de música y no sé qué tocás reggae y te dan de comer”. Casi un documento histórico, también conocido como “Volver a los 17”.

La carretera “Recién empezamos a correr, no se puede parar”, canta un Calamaro de voz curtida en esta canción ejemplar de la melange de ritmos latinos y de fun machine del Deep Camboya. “Un envión y otra canción”, asegura el mejor Andrés.

Con Ina Un tema de cantina y saloon, humorada sobre rimas y terminaciones, que recorre palabras y frases como “Argentina”, “Harina” y “Los muchachos de antes no usaban gomina”, y homenaje al tema “Carolina” de Virus incluido. “Si se desata asquerosa represión contra las palabras de esa terminación, voy a defender a Joaquín Sabina a cuerpo y espada, al rey de la canción”.

Los 4 jinetes “Con el invierno se terminaron los renglones de mi cuaderno”, arranca este flamenco-milonga en formato acústico para luego romper a lo Salmón violento. Es un rock digno del mejor Calamaro. “Al final todo sigue igual, al final todo cambia un poco/ O tengo el cerebro frito, o tengo el corazón roto.”

La Estación de los Vampiros Comienzo cuartetero para una apurada marcha con organillo y trompetas que asegura que “las estaciones del país son más de cuatro estaciones”. Y remata: “Ojalá los trenes de Argentina nos lleven donde los sueños se cumplen”. También conocida como “Estaciones”.

El Gallego Memoria carcelaria, lograda descripción de personaje con aire musical a lo Nino Rota que no desentonaría en la banda de sonido de “Tumberos”. Arranca con una pregunta –“¿Cómo se llamaba el Gallego?”– y termina con una lección: “Adentro te ayudan y afuera nadie te espera”.

El Huracán La referencia a Dylan apenas si se queda en el título, en una canción que más que una canción es una larga letra subida a una línea melódica que sigue y sigue, con bajo reggae bien marcado, sin ningún asomo de estribillo y en un eficaz sin fin.

Jack Yacaré Un rockcito clásico que recuerda la época Rodríguez y describe un personaje rocker y argentino llamado a mitificarse. Su letra repite algunos lugares comunes de la letrística Calamaro, y enumeraciones tontas como “Yacaré, Al Pacino, rock&roll, chamamé, ranchera de precordillera”. No tiene el mejor de los sonidos pero rinde.

Mi Cobain “Mi Cobain no va a sufrir por los demás”, asegura el verso que bautiza este curioso mambo-reflexión nacional, conocida también como “Superpibe” o “Superjoint”. Un final de fade out regala antes de desaparecer una frase repetida en estas canciones online: “No existe la moral con el corte comercial”. Uno de los más nuevos y completos.

Para olvidar Clásico tema marchoso a lo Salmón, con letra escupida que cuenta y recuerda, con una memoria que va de la discoteca Africa, se pasea por el Once y cierto Chocolate Caliente, y tiene final de tarareo y armónica. También estaba bautizado como “Pasodoble noble”.

Los argentinos “No hay peor argentino, que su propio asesino”, asegura este fado autóctono sobre el país. Y remata con el leitmotiv: “¿Viste cuántos países que ya no existen?”. Ahora también se conoce como “El punto argentino”.

La recova de Retiro Un tema marchoso y tangueado, que arranca recitado y después de un minuto y medio redondea una de las mejores postales porteñas sin tiempo del estilo post-Salmón. “Quien pueda hacer su nido acá desde la más tierna edad”, canta Andrés en un tema también conocido como “Granaderos a caballo y exocet”.

El Comandante Otra historia con un ritmo deudor al tema del programa de Lanata y sin final. Un fragmento de esta canción se conoce como “Moby Dick”. “La balsa ya se fue a naufragar con un solo tripulante, las penas van adelante y en el timón el comandante”, describe su primer verso.

Mancada en La Pampa Relajada bossa-nova espacial, coescrita junto con Jorge Larrosa. Una postal campera sin pretensiones, que pide algo más de soga. “Retornar a Capital, donde todo sigue igual.”

Primeras ediciones Fragmento de una marcha aflamencada que menciona al Curro Romero y a la Plaza Las Ventas. “Sangre y mutilaciones, alguien ofrece al maestro primeras ediciones.”

Corrientes Fracción de un extraño chamamé de mal audio, pero que promete y da ganas de escucharla una y otra vez. “Mi batalla personal, la que sigue mi corriente/ y si por casualidad en una de ésas me pierdo/ me perdí para no perder un poco de dignidad.”

Mi Infierno Un reggae sin terminar, en el que se repite una y otra vez el mismo verso fundamental: “En el cielo está Miguel Abuelo, y en el infierno mío ya se terminó el invierno/ Perdón si por vivir lastimo algún sentimiento”.

Droga legal Un infierno dub, que recopila frases y gritos. “Pan para muchos, consuelo de miseria de todo berreta de mentiras antidepresivas, la ciencia de la decadencia, esta droga legal es peor que la mía”, recita/susurra/grita el Calamaro más experimental, que abandona la síntesis para extenderse por seis minutos. “Si querés, matate con tu droga legal.”

Un alazán “Una canción es una adicción del corazón.” Uno de los últimos temas del lote, una hermosa canción orillera que repite aquel estribillo marca Fontova: “Hay que matar al asesino”. También conocido como “El asado”, es un canto a la libertad, que galopa en un Alazán.

Viste “El cielo de Berlín vale un alfajor Tatín”, arranca esta deformidad folklórico-carnavaleña con acordeón, citas al Mambo de Machaguay y enumeración de muchos “¿Viste?”. Y, de paso, se repite aquella pregunta: “¿Viste cuántos países que ya no existen?”.

La libertad El más dylaneado de los temas colgados, capaz de citar desde Zitarrosa hasta Pappo. “Tengo algunos hermanos y una hermana muy hermosa,la libertad/ igual que Norberto/ me pregunto muchas veces adónde está.” Una gema delicada y perfecta, cuyo descubrimiento justifica por sí mismo toda esta experiencia online.

El rey Midas al revés Un rock pesadón con gritos que recuerdan los temas más trasnochados del Salmón y el riff bien al frente. Llamada también “Caseros K.O.”, la letra ácida y contundente es carcelaria y asegura que “todo lo que toco lo hago mierda”.

Cuero pesado Es un rock con ritmo marcado y acordeonado, que asegura que “La justicia tendría que ser ciega, pero a mí me ve”.

Palabras “La música es de aquellos que la quieren escuchar y de nadie más”, canta Calamaro en este himno con arranque casi lounge, un mid tempo impecable con voz curtida que se va partiendo cada vez más. “Algunas palabras las invento yo, otras las trajo el Tito Bob Dylan”.

Torero Andaluz Un seudo-pasodoble de letra generosa y sufrida, pero muy mal sonido. “Si hubiera podido elegir cómo terminar... frente a un toro a matar o morir”.

El 22 Los Poetas de la Zurda en acción, en un tema que fue llamado a bautizar el combativo disco imaginado como sucesor del Salmón. El borracho, Trelew y el cumpleaños de Andrés como eje de un tema acelerado y bien marcado, que pide: “Brindemos por los muertos de Trelew”.

Brian Bachicha Cadenciosa y deliciosa melodía de un tema que imagina la biografía de un imposible Brian Wilson argentino. Uno de los puntos altos, que en su letra recuerda al Grundig y a Patoruzú.

Las oportunidades “Cómo, cuándo y por qué son demasiadas preguntas para hacerle al destino”, dice este clásico romántico, llegado directamente de otra época.

Los pibes Antes bautizado “Línea pesada”, es un tema que se toma su tiempo para hablar de traiciones, inocentes y culpables. Y el mito de un caído en Liniers. “¿Andá a saber quién le voló los caramelos?”.

Las alitas Una milonga aullada desde la peor trasnochada. “Ya di vuelta la cocina buscando cualquier cosa que alivie este dolor.”

El tilín del corazón Un vals trágico, que recuerda a aquel mítico “Me olvidé de los demás”. Otro de los posibles títulos del disco post-Salmón, que repite algunos versos de “La libertad”. “Porque sí me perdí el tren de los demás, ahora quiero solamente una canción.” No tiene el mejor de los sonidos pero vale la pena.

 

El 22 (Calamaro/Scornik)
A menos que tuviera una razón
para cambiar de opinión
no hay que tenerla
puede ser intuición o capricho
pero para mí seguís sin existir.
Una vez que me pediste que trabaje
y era verdad una buena idea
pero, ¿cómo llegaba a horario cada día
si tengo un calendario distinto?
Los nombres de los días son los mismos
sólo que los míos tienen hora Medellín
allí donde cayó un avión que llevaba al Zorzal
un semáforo se llevó al varón.
Lo vi volviendo de Constitución
noté que papá escuchaba al chofer
y lloraron los dos.
De grande entendí que esos ojos mojados
se hincharon de tristeza
por esos ojos que se cerraron.
Años después, y cambiando de tema,
en el ‘72 hubo un gran problema.
Fue en el Sur y algunos llegaron a la isla
pasando a saludar por Chile socialista,
el 22 de agosto, en un día donde,
a falta de uno, cumplen años dos gomías.
¡Salud Martín, salud Andrés,
brindemos por los muertos de Trelew!
¡Brindemos por los muertos de Trelew!
Un patético almirante apareció por la televisión
explicando que los malos se habían escapado
y por supuesto nadie le creyó.
Y algún tiempo después, el marinero Hermes Quijada
se enteró de la muerte de aquel monto,
el Gallego Fernández Palmeiro, combatiente del ERP
22 de agosto, era el piloto que los llenó de plomo
los llenó de plomo y se las tomó.
¡Por el 22, el loco!
¡Por el 22!

El tilín del corazón
Algo fue que me olvidé
cuando me fui de cada lugar donde viví
No pude darme cuenta hasta hoy,
no pedí nacer así, pero así soy.
Intento no volver la vista atrás,
no creo que sea una actitud
conservar la estupidez y la salud
es el premio que la vida me dio por curtir.

Tengo hermanos y una hermana,
además de todas las razas del mundo
Y la chica más hermosa que se llama Libertad...
Mi bandera es la madera de cualquiera
que escuche el tilín de su corazón
Solamente tengo en mente lo de siempre,
no se trata nada más que de vivir.

Todo el tiempo posible navegar en la altura
sino la vida es dura porque sí
Porque sí me perdí el tren de los demás,
ahora quiero solamente una canción
Voy siguiendo el ejemplo del salmón
que navega en su propia dirección del amor.

Nota madre

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