Este es un tema del disco Before And After Science de Brian Eno. Lo escuché por primera vez en 1979, con auriculares, en un piso trece de New Jersey, mirando la isla de Manhattan. Tenía quince años; habíamos hecho un viaje con mis viejos y me compré discos. Una noche fuimos a visitar a unos amigos de ellos y yo me aburría como un hongo. Había un equipo con auriculares, puse los discos que me había comprado y ahí conocí la canción. Ya de por sí, un disco de Brian Eno era un viaje, y además escucharlo observando toda la isla de Manhattan iluminada... Toda la situación quedó muy impregnada en mí; la imagen, el audio, el disco y creo que es uno de los que más han influido en mi carrera. Fue una situación completamente mágica. Yo era fanático de Robert Fripp, que me llevó a comprarme Heroes de David Bowie, donde tocaba Brian Eno. Así llegué a él. En ese entonces, entre mis amigos, yo era el que descubría cosas y las trataba de difundir; me encantaba descubrir música que no era la que escuchaban todos.