Dom 21.04.2013
radar

El escritor detrás de la mesada

La explosión de la industria gastronómica en el mundo no estaba, hasta ahora, proyectándose al cine. Sin embargo, en los últimos meses se anunciaron dos proyectos por lo menos llamativos. Uno es una película sobre el Bulli, el palacio catalán de la cocina molecular de los hermanos Adrià en el que era casi imposible conseguir una reservación y que actualmente se encuentra cerrado para una reestructuración conceptual. Hasta ahora había un par de documentales sobre el restaurante (uno muy bueno, Cooking in Progress, de 2011 que tiene un acceso privilegiado a una temporada completa de trabajo en la cocina “laboratorio”), y un capítulo de Sin reservas de 2005, en el que Ferrán Adrià recibió a Bourdain. Pero ahora, aparentemente, el proyecto es hacer una ficción con el Bulli como concepto inspirador, aunque no hay mucha información al respecto. Por lo pronto, en pocas semanas más se estrena en Buenos Aires la película francesa El chef (Comme un chef, 2012), de Daniel Cohen, con Jean Reno y Michael Youn, que cuenta el enfrentamiento entre dos concepciones de cocina: su protagonista es un jefe de cocina veterano que enfrenta a la corporación que adquirió el restaurante en que trabaja, y que pretende hacerle perder una estrella para contratar a un joven chef especializado en gastronomía molecular.

La otra noticia –anunciada en Cannes del año pasado– de una nueva, potencial ficción cinematográfica que se sume a la explosión mundial de la gastronomía es la del proyecto de llevar al cine los primeros libros de Bourdain, que no fueron Confesiones de un chef y Viajes de un chef, sino dos novelas policiales con la cocina como escenografía central. La primera en llegar al cine sería Bone in the Throat (Un hueso atragantado), las desventuras de Tommy Pagana, joven cocinero que se convierte en el asistente del chef de un restaurante de Little Italy, en Manhattan (la película va a cambiar la locación a Londres), por obra de su tío, un jefe mafioso que tiene al dueño del local en su puño. Cuando la mafia decide usar el restaurante para un asesinato, Tommy queda atrapado entre su conciencia y los “buenos muchachos” (los del FBI y los otros) que empiezan a aparecer por todos lados. Después de Bone in the Throat (1995) Bourdain publicó otra novela criminal, Gone Bamboo (1997), en cuyo prólogo define sus intenciones literarias –previas a su celebridad como provocador y chef-viajero–: “Quería escribir un libro de playero y sociópata, algo que los hastiados, hiperactivos chefs, abogados corruptos, pirómanos en libertad condicional y testigos protegidos pudieran encontrar interesante y escapista. Quería crear un héroe y una heroína tan perezosos, mercenarios, lujuriosos y libres de toda cualidad redentora como en ocasiones me veo a mí mismo. No sé si lo logré”.

“Puedo decirles que la gente a la que le pagan para leer estas cosas en Hollywood se sintió un poco shockeada por mi repugnante pareja protagónica. Los reportes del estudio sugerían de manera uniforme, en los términos más fuertes, que mis héroes debían ‘aprender de sus experiencias’ y ‘crecer como personas’. Creo que no entendieron el punto. No hace falta decirlo, no van a ver a Mel Gibson corriendo desnudo por la playa de Saint Marteen en cámara lenta en los próximos tiempos. Ni, por mucho que me hubiera gustado, a Sigourney Weaver o Linda Fiorentino con un bronceado completo.”

Por ahora no hay noticias de que alguien planee filmar Gone Bamboo, pero Bourdain ya escribió otra novela (Booby Gold Stories) y planea una más, y despunta el vicio escribiendo situaciones y diálogos para la extraordinaria serie Treme, de David The Wire Simon.

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