Jueves, 1 de noviembre de 2007 | Hoy
Así lo señaló Erbetta, al jurar ayer como nuevo integrante de la Corte Suprema de Santa Fe. Y planteó su primera promesa pública: hará visitas periódicas a las cárceles de la provincia.
El gran tironeo de la transición entre Jorge Obeid y Hermes Binner tuvo ayer su gran remate. El abogado radical Daniel Erbetta y el camarista Agustín Bassó asumieron como ministro y procurador general de la Corte Suprema de Justicia en un acto que tuvo de todo: invitados que desbordaron el salón del juramento, corrillos a granel, un fuerte contenido político que mechó Erbetta y hasta una pantalla de TV en la puerta para que pudieran ver los que se quedaron afuera. A cada "sí, juro", estallaron los aplausos. Y después, Bassó rompió su silencio -por las cosas que le dijeron cuando se discutía su pliego- con un discurso contemporizador. Mientras que Erbetta miró hacia el subsuelo de la sociedad. "El problema de los presos no es un problema administrativo", les dijo a sus colegas. "Porque, más allá de muchos esfuerzos que se han hecho, las condiciones de privación de la libertad, especialmente de los menores, comprometen derechos básicos del ser humano". Y prometió invitar a los jueces "a visitas periódicas a las cárceles, para verificar las condiciones de cumplimiento de la pena porque ocuparse de los presos, es ocuparse de los mas marginados de la marginación. Eso no es solo una tarea digna, sino una tarea republicana".
El escenario del juramento de Erbetta y Bassó es conocido. Lo preside desde la pared un Cristo gigante en la Cruz con siete sillones de estilo real que ayer ocuparon el presidente de la Corte, Roberto Falistocco; los cuatro ministros nombrados por Carlos Reutemann (Rafael Gutiérrez, Eduardo Spuler, Mario Netri y María Angélica Gastaldi) y los dos designados por Obeid.
En frente, en las primeras filas de invitados, predominaron los amigos de Obeid y Lole: los ministros Roberto Rosua (que representó al gobernador), Alberto Hammerly y Adriana Cantero; el subsecretario de Justicia, Gabriel Somaglia, el presidente de la Cámara de Diputados, Carlos Barrera; la fiscal de Estado, Irmgard Lepenies y el intendente Martín Balbarrey, entre otros. Mientras que Binner sólo mandó a su futuro fiscal de Estado, Dalmacio Chavarri. Un contraste que se reflejó también en la nutrida presencia de radicales como Luis "Changui" Cáceres y Juan Carlos Millet y el diputado frentista Hugo Marcucci.
En su discurso, Erbetta dijo que "la Justicia debe resguardar los derechos de los que menos tienen y de quienes están privados de su libertad".
"Los jueces debemos tener conciencia que, por mandato constitucional el problema de los presos no es un problema administrativo, es una responsabilidad nuestra, y mucho mas, como cuando ocurre en todo el territorio provincial, un fenómeno de inversión del sistema penitenciario, porque mas de la mitad de los presos alojados allí por los jueces, gozan del estado de inocencia, y porque mas allá de muchos esfuerzos que se han hecho, las condiciones de privación de libertad, especialmente de los menores, compromete derechos básicos del ser humano", dijo Erbetta.
Y planteó su primera promesa pública. "Como juez de la Corte, voy a proponer que hagamos visitas periódicas a las cárceles de la provincia, para verificar las condiciones de cumplimiento de la privación de la libertad, porque ocuparse de los presos, es ocuparse de los mas marginados de la marginación. Eso no es solo una tarea digna, sino una tarea republicana".
Después del acto, se repitió otro ritual. Bassó esquivó las declaraciones públicas, pero Erbetta aceptó el convite: "Yo creo que vivimos en una sociedad donde la gente expresa un descontento grande con el funcionamiento de la justicia. Porque probablemente sea el vínculo pública del que más espero, pero también del que más desconfía".
"Bueno, hay una apuesta fuerte en función de algunos ejes que he comentado en esta exposición, la posibilidad de mejorar este funcionamiento. Yo tengo conciencia de esto, tengo conciencia que mi labor es finita, sé que mis colegas de la Corte comparten estas posiciones. Y el tema será avanzar y articular estrategias para poder escalar y lograr objetivos".
-¿Lo preocupa mucho la situación en las cárceles? -le preguntaron.
-Por supuesto. Pero también quiero dejar a salvo que es un sistema muy complejo, en donde no existe solamente una responsabilidad. Muchos de los presos que no tienen condenas son inocentes, de acuerdo a la Constitución. Una aplicación más criteriosa de los criterios de privación de libertad cautelar obviamente descomprimiría grandemente la situación carcelaria. Pero me preocupa porque los jueces debemos velar por las garantías y los derechos, porque los presos son un problema nuestro, no son un problema administrativos.
-Y además, invitó a sus colegas a visitar las cárceles.
-Yo voy a ir. Y voy a invitar a los jueces penales a que me acompañen.
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