SANTA FE
El cónclave con más de 40 personas se realizó ayer en Santa Fe y se evitó la presencia de los periodistas. La inquietud tiene que ver con el armado de las segundas y terceras líneas.
› Por Juan Carlos Tizziani
El gabinete de Hermes Binner comenzó ayer una ronda de consultas con los 33 legisladores del Frente Progresista que seguirá en las próximas dos semanas para contener el polo oficial que por estas horas está cruzado por las diferencias. El gobernador electo mandó a tres de sus ministros: Antonio Bonfatti (Gobierno y Reforma del Estado), Héctor Superti (Justicia y Derechos Humanos) y Hugo Arrillaga (Obras Públicas) a poner la cara ante los 28 diputados y cinco senadores aliados que representan a cinco partidos distintos y bajar el nivel de incertidumbre y ansiedad política. Tanto, que el próximo presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Di Pollina, se vio obligado a aclarar que tiene el cargo asegurado, que nadie le moverá el piso en la sesión preparatoria de diciembre y que el oficialismo tendrá bloques únicos en las dos alas de la Legislatura. Aunque el gran motor de la inquietud interna es otro: el armado de las segundas y terceras líneas del gabinete que Binner mantiene en secreto. Al parecer, los trajes de funcionarios se cuelgan y se descuelgan al compás de las versiones.
La reunión de ayer se realizó en el recinto más formal y frío de la Universidad Nacional del Litoral: el salón del Consejo Directivo, a metros del despacho del rector e intendente electo de Santa Fe, Mario Barletta, que pasó a saludar. Así que si la idea era romper el hielo y que algunos legisladores comiencen a conocerse tendrán que buscar otro ámbito. "A lo mejor hacemos eso porque acá estamos muy distantes", confesó a Rosario/12 uno de los protagonistas. De cualquier forma, el salón ya está reservado para el 16 y el 23 de noviembre, aunque puede haber cambios.
Ayer, le tocó a Bonfatti, Superti y Arrillaga informar a los legisladores oficialistas, pero ya están previstas otras dos reuniones para que sigan los demás ministros, dijo la vicegobernadora electa, Griselda Tessio. "Fue un encuentro entre una parte del gabinete con todos los legisladores del Frente Progresista para informarlos y explicar las políticas de gobierno para que todos estemos en la misma sintonía y en conocimiento del paquete de medidas. Nosotros entendemos que tiene que haber una relación íntima entre el Ejecutivo y el Legislativo, reconociendo, por supuesto, las competencias y diferencias de poderes", explicó.
¿Unificar líneas y discursos?
Más que eso, en todo caso eso sería el resultado. La idea es enterar a los legisladores de las propuestas en las que estamos trabajando abundó Tessio.
Una forma de contener al Frente Progresista que por estas horas está atravesado por las tensiones del armado de la segunda y tercera línea del gabinete. La zozobra es tanta que hasta el propio Binner se encargó en las últimas horas de distribuir algunos ansiolíticos políticos. El fin de semana llamó a las once de la noche a un interlocutor en Santa Fe que ya estaba durmiendo. Lo despertó y le dijo: "Yo no me olvido de mis amigos".
En ese contexto, Di Pollina también sintió ayer la zozobra interna. "¿Usted va a ser el presidente de la Cámara de Diputados?", lo cruzaron cuando llegó al rectorado de la UNL.
Sí, esa es la idea del Frente Progresista se sorprendió el legislador. "Hemos consensuado esa posibilidad, cuando diseñamos todo el esquema de gobierno en la provincia. Bueno, en aquel momento se acordó que alguien del socialismo iba a presidir la Cámara de Diputados y el partido me designó a mi", aclaró. En la semana, abundaron las operaciones para moverle el piso.
¿Y va a haber un solo bloque del Frente? insistió una colega.
Sí, va a haber un bloque del Frente Progresista de 28 diputados.
¿Está confirmado? Mire, que algunos radicales no estaban de acuerdo con eso.
Bueno, este es un frente. Siempre hay diferentes opiniones, respetables por supuestos. Tenemos que terminar de charlar, pero la idea es constituir un solo bloque con una mesa de conducción que represente a cada uno de los partidos insistió Di Pollina. Uno de los candidatos a presidir el bloque es el socialista Raúl Lamberto, pero los radicales quieren el cargo.
La reunión fue muy cerrada. Tanto que generó el primer chispazo con la prensa cuando se impidió el ingreso de camarógrafos y reporteros para que tomen imágenes y fotos. La orden fue terminante: "No entra nadie". Y la descortesía detonó el primer boicot: los reporteros se fueron.
A la salida, los ministros de Binner volvieron a mostrar lo que será su gobierno. El más esquivo fue Superti. "No hago declaraciones. Hablamos después del 10 de diciembre", se atajó el hombre que tendrá que lidiar con la corporación judicial. Superti ya habló en público, así que el silencio desde ayer revela el stress político que le provocó su primer chisporroteo con la Corte Suprema de Justicia, donde lo están esperando.
Después salió Arrillaga, que también esquivó los grabadores. Arrillaga está en la mira desde que Binner se enteró que un hijo de su futuro ministro de Obras Públicas ya es funcionario de la cartera que desempeñará su padre.
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