Vecinos de Casilda y avenida Alberdi, que realizaron una serie de denuncias en la Municipalidad debido a los ruidos molestos ocasionados por el bar Jump, se encontraron ayer con una sorpresa inédita. El propietario del establecimiento, que está habilitado como bar con amenización musical, pero en realidad funciona como boliche bailable según la denuncia de los damnificados, les inició a cuatro vecinos una causa judicial porque entiende que con sus demandas, le están impidiendo la posibilidad de trabajar libremente. La increíble situación que atraviesan los vecinos fue ejemplificada por uno de ellos, Miguel Lara, en diálogo con Rosario/12. "Estamos tratando de defender nuestros derechos y calidad de vida, cumplimos con el trámite de oposición, y habiéndonos negado (al funcionamiento del bar), la cuestión es que terminamos enjuiciados por el propietario del local que lesiona la calidad de vida a todos en el barrio".

Insólitamente, los vecinos que demandaban al bar Jump, ubicado en la esquina de Casilda y avenida Alberdi, y que funciona los viernes, sábados y feriados, terminaron denunciados por el propietario del lugar. El establecimiento tuvo que cerrar sus puertas en varias oportunidades por distintas irregularidades. El 31 de diciembre de 2006 por exceso de decibeles; en julio de 2007 porque encontraron menores consumiendo bebidas alcohólicas y trabajando en el boliche, la tercera también por la vía policial porque hallaron una menor con herida de bala en septiembre de 2007. El pasado sábado 12 de enero cerraron sus puertas porque encontraron una mujer acuchillada dentro del boliche.

Miguel Lara, uno de los vecinos enjuiciados, recordó a este diario las vicisitudes del conflico. "Llevamos cuatro años luchando para que se hagan efectivos los controles; nos cansamos de denunciarlo en la Municipalidad. Durante dos años conseguimos que el bar, que en ese entonces se llamaba Ay Ramírez, estuviera clausurado. Y cuando se estableció la consulta por el Registro de Oposición, a pesar que varios vecinos dejamos constancia de nuestro rechazo, la Municipalidad finalmente habilitó el lugar como bar con amenización musical".

Para el vecino, que virtualmente se ha especialiazdo en la tarea de llenar expedientes y manifestar su rechazo a esta iniciativa comercial, el bar con amenización musical es "una figura ficticia, que fue creada para habilitar a estos boliches. Es un mecanismo perverso que termina desconociendo la voluntad de los vecinos". La categoría fue creada por el Concejo Municipal años atrás al sancionarse la norma que regula el funcionamiento de los locales con actividad durante la noche, tras una larga discusión entre los ediles y algunos vecinos de la ciudad.

Según Lara, "como continuamos denunciando los problemas, el propietario del boliche insólitamente nos inicia una demanda a cuatro vecinos porque dice que no lo dejamos trabajar. Encima, los que concurren al lugar protagonizan hechos de violencia gravísimos, y en el bar no se respetan los decibeles ni los horarios de cierre".