"Somos conscientes que no es la medida más fácil de tomar, pero es una responsabilidad que el gobierno provincial y la Empresa deben asumir porque estamos obligados a evitar que se afecte la calidad de prestación del servicio y con ello perjudicar el bienestar de la población y el desarrollo productivo". Con este argumento, el presidente de la Empresa Provincial de la Energía, Daniel Cantalejo anunció ayer el nuevo cuadro tarifario de la EPE que entrará en vigencia a partir de marzo y supone un incremento promedio del 17 por ciento. En la próxima factura, la tarifa social no sufrirá aumento, los jubilados pagarán 75 centavos de más por mes; los clientes con consumos de hasta 240 kwh/mes tendrán un incremento del 10 por ciento y para los consumos de 241 a 1.000 kwh/mes, el aumento será del 20 por ciento. Para los clientes comerciales e industriales el aumento será del 17 al 29 por ciento. El incremento para los grandes clientes será del 18 por ciento para los usuarios de baja tensión; del 8 al 11 por ciento para los de media tensión; y del 2 por ciento para los de alta tensión. Se vienen fuertes inversiones.

La semana pasada, el vocero de la EPE ya había advertido que la empresa trabaja a pérdida y que el aumento tarifario era inexorable. El martes el propio gobernador Hermes Binner dijo que no quedaba otra opción ya que de lo contrario el déficit de la compañía energética se iba a incrementar a razón de un millón de pesos por día.

Ayer, primero en la ciudad Santa Fe y luego en Rosario, el directorio de la EPE hizo el anuncio que se veía venir. "Una actualización tarifaria basada en el principio de equidad, de modo que pagarán más aquellos que pueden hacerlo", indicó Cantalejo.

Respecto del momento en que se recibirán las facturas con las nuevas tarifas, Cantalejo aclaró que "los grandes clientes con facturación mensual recibirán los comprobantes en el mes de abril; y para los clientes bimestrales, la recepción de las facturas será entre abril y mayo". Además, señaló que está "en estudio" la posibilidad de "facturar mensualmente para un mejor ajuste familiar".

El directorio de la EPE distribuyó un detallado informe donde se enumeran los incrementos registrados desde la devaluación a la fecha. Entre los años 2001 y 2007, el precio de "materiales críticos" aumentó significativamente: los transformadores subieron un 520%; los cables, 745%; el aluminio, 474%; el cobre, 1575%; las columnas de hormigón, 237%; las grúas y camiones, 343%; el gas oil, 440%. "También el costo de la mano de obra, tanto propia como contratada, creció a un ritmo superior al de la inflación general. En consecuencia, el equilibrio entre ingresos y costos se rompió, perdiendo sustentabilidad en el mediano plazo la prestación del servicio esencial", señalaron.

En 2007, sin asistencia económica del gobierno provincial, el déficit de la EPE fue de 90 millones de pesos. La falta de inversión determinó una creciente pérdida de calidad del servicio. "Hoy los ingresos permiten atender el proceso comercial de compra de energía y el mantenimiento mínimo de las instalaciones. La necesidad de invertir a un ritmo superior a 200 millones de pesos por año sólo será posible a partir del aporte del Tesoro y del nuevo cuadro tarifario", agregaron.

Para el período 2008-2011 se invertirán mil millones de pesos, a razón de 247 millones de pesos por año. Entre las principales obras a realizarse se destacan: 16 estaciones transformadoras 132kV/MT (incremento del 36% de la capacidad instalada), electrificación de escuelas rurales aisladas, reemplazo de tendido convencional de BT por Preensamblado. Se va a recomponer el equipamiento comprando 9 transformadores de potencia, máquinas cuyo costo supera los 6 millones de dólares (cuando se quemó el de San Justo había tan sólo uno de repuesto). Se intentará disminuir los tiempos de reposición de las fallas, reordenar los RRHH en Rosario, crear condiciones de organización interna orientadas a un profundo recambio tecnológico, priorizando la calidad comercial y los call center.