Lun 18.02.2008
rosario

SANTA FE › LA INCREIBLE HISTORIA DE JORGE "BARBA" CABRERA

Un torturador que vende pororó

En la dictadura fue un "especialista en torturas", según lo
denunció el Tucu Constanzo. En los 90' trabajó en Defensoría
del Pueblo y vendía pochoclo en el parque. Pedido de informes.

› Por José Maggi

Jorge Cabrera, también conocido como Andrés Cabrera, o por su alias el Barba tiene hoy sesenta años, un metro setenta de estatura, cabello canoso y bigote negro, tal como puede verse en la foto que ilustra la portada de Rosario/12 y que por primera vez se publica. Es el rostro del hombre señalado ante la Justicia Federal por Eduardo "Tucu" Costanzo como "el especialista en torturas" de la Patota de Feced. El que aplicó sus técnicas sobre Tito Mesziez, al igual que sobre Cambiasso y Pereira Rossi. Que de lunes a viernes era empleado de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, y los fines de semana se convertía en un inofensivo vendedor de pororó en Parque Sunchales. Al menos, hasta el año 2000.

Los dichos de Constanzo ante el juez federal subrogante Felix Angelini fueron la ratificación de la entrevista publicada por este diario: "Cabrera alias el Barba, es el único que interrogaba y torturaba porque estaba especializado, lo mandaron a hacer un curso. El resto ni yo ni nadie hemos tocado a nadie porque no estábamos autorizados. Los que lo hacían eran él y Fariña. El Barba era el que la torturó a (Adriana) Arce, a (Tito) Messiez durante cinco horas lo torturó, es el que tortura a Cambiaso y Pereira Rossi dentro del camioncito en bulevard Oroño al fondo, cuando estaban haciendo la avenida de Circunvalación. En democracia empezó a trabajar en la Defensoría del Pueblo, pero no trabaja más, no sé dónde anda", había dicho Constanzo, quien además había apuntado al entonces responsable de la Defensoría, Norberto Nicotra como quien le dio empleo.

Preocupado por el paso de Cabrera por el Estado, la diputada Alicia Gutiérrez (ARI en el Frente Progresista) solicitó se informe sobre el ingreso y actuación en la administración pública provincial de Cabrera, acusado judicialmente por su participación en la privación ilegítima de la libertad, tortura y homicidio de personas ocurridos en el centro clandestino Quinta de Funes.

Gutierrez pidió también "la fecha de ingreso a la Administración Pública Provincial, el listado de funciones asignadas, las fechas de ingreso, cese y responsables de las reparticiones administrativas en donde el represor Cabrera hubiere prestado servicios durante la vigencia de su relación laboral con el Estado Provincial, especificando particularmente las tareas desarrolladas en la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Santa Fe".

Además, la diputada del ARI quiere saber si el represor "continúa en la actualidad percibiendo haberes o remuneraciones de cualquier naturaleza o cumpliendo funciones en la Administración Pública Provincial, y en caso negativo, se detalle la fecha y las causales de la extinción del vínculo laboral".

En la misma línea, la Agrupación H.I.J.O.S. interpuso una presentación ante el Juzgado Federal Nº 4 de Rosario, solicitando la indagatoria y detención de Cabrera. La agrupación reseña que "a partir de las declaraciones de Costanzo, detenido con prisión domiciliaria, y de investigaciones periodísticas que revelaron documentos de inteligencia mexicana, es posible determinar la participación de Cabrera en el 'Operativo México' en enero de 1978, que tenía por objeto secuestrar y asesinar a exiliados Montoneros en la Ciudad de México". Los documentos de inteligencia mexicanos constituirían prueba determinante para acreditar la responsabilidad penal de Jorge Cabrera, quien habría ingresado a México bajo la identidad de "Carlos Alberto Carabetta".

En su comunicado HIJOS recuerda que "el proyecto criminal de 'Operación México' fue impulsado por Leopoldo Galtieri, entonces jefe del II Cuerpo de Ejército y autor intelectual del centro clandestino de detención que funcionó en Quinta de Funes. Luego de que los militares argentinos fueran expulsados de México, acusados de espionaje ilegal, inmediatamente el centro clandestino de detención de la Quinta de Funes fue desmantelado y sus presos trasladados a otro centro".

Para HIJOS es grave que Cabrera haya sido empleado público. "La gravedad de la situación radica en que, a la impunidad de la que gozó el represor Cabrera hasta el presente, por la comisión de crímenes aberrantes durante el terrorismo de Estado, se suma el paradójico y triste amparo recibido del Estado provincial a partir de la restauración de las garantías constitucionales. Esto muestra cómo las instituciones bajo la dirección del poder político cómplice, en contados casos sirvieron de refugio de aquellos que fueron responsables del plan genocida instaurado por el último gobierno de facto".

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