SANTA FE › CELESTE LEPRATTI LE RECORDó A BINNER SU COMPROMISO CON LAS VíCTIMAS
La hermana de Pocho, el militante social asesinado en diciembre de 2001 desestimó una alianza entre el gobernador y el Lole. "No olvidamos sus promesas", le advirtió al mandatario y pidió avanzar sobre las responsabilidades políticas en la masacre.
› Por José Maggi
"No sé si hay un acercamiento entre (Carlos) Reutemann y (Hermes) Binner, creo que hay oportunismo, y muchas cosas detrás que provocaron estas cosas. Pero el gobernador Binner adoptó un compromiso con los familiares de todas las víctimas, no sólo con la familia Lepratti, cuando nos recibió a todos, y nos dijo que entendía lo que había ocurrido, la impunidad y en este sentido se comprometió a cambiar lo que estuviera al alcance de sus manos. No olvidamos tan fácilmente esta promesa, y obviamente no esperamos que haya un acercamiento concreto entre dos personas tan opuestas". La definición corresponde a Celeste Lepratti, hermana de Pocho, una de las víctimas de la violenta represión de diciembre de 2001. Lo dijo a días de reunirse con el fiscal, Norberto Nisnevich, junto a miembros de la Comisión Investigadora no gubernamental. El funcionario judicial analiza la reapertura de la causa que investiga las responsabilidades políticas de la masacre. Lo hace en tiempos en que figuras tan contrastantes como el actual y el ex gobernador parecen encontrar carriles comunes, con el conflicto del campo como telón de fondo.
Celeste se reunió con el fiscal junto a Gustavo Martínez y Lilian Echegoy. Los tres son miembros de la Comisión Investigadora No gubernamental de Diciembre de 2001.
"Lo que hemos hecho -dice Celeste- es lo que no se dejó de hacer nunca: aportar todo el trabajo que viene realizando la Comisión, frente a esta nueva posibilidad que no esperábamos, del pedido de Nisnevich al juez para que nos diese la posibilidad de ampliar la investigación, aportando los fundamentos, antes de decidir sobre la denuncia de abogado Mario Pilo sobre las responsabilidades políticas. Así que pusimos en manos del fiscal todo el material, y esperamos que esta vez se nos de la posibilidad de participar como actores civiles en la investigación, si se reabre. Esto, quiero recordar, nos fue negado en la causa que investigó al entonces subsecretario de Seguridad Enrique Alvarez y al ministro de Gobierno Lorenzo Domínguez, por sus responsabilidades en la masacre. Ellos fueron sobreseidos y en esa causa no pudimos actuar.
Por su parte, Lilian Echegoy recordó que en esa causa "lo único que se investigó fue si las fuerzas de seguridad tenían pertrechos, pero nunca las órdenes. Es decir, de dónde partieron esas órdenes". Y amplió: "Más aún cuando teníamos las declaraciones del delegado del ministerio de Gobierno Osvaldo Turco y la del propio ministro Domínguez. Ellos aclararon de donde venían: del propio gobernador".
La integrante de la comisión consideró que "si existe la voluntad política del gobierno para investigar, deberían presentar los documentos del ministerio de Gobierno, y de la policía, de la dirección de Asuntos Internos y de la división Judiciales. De todo este material de archivo se pueden obtener datos importantes que hasta el momento no se obtuvieron".
-¿Hasta donde pudo la Comisión Investigadora probar la responsabilidad del entonces gobernador Reutemann?
-Tanto en la declaración de Turco como de Domínguez se señala que había una relación directa entre el gobernador y las órdenes que cumplía la policía, que bajaban a través de Alvarez. Turco lo dice claramente, pero pese a eso, nunca fue llamado a declarar" respondió Lilian Echegoy.
-¿Es esta una nueva posibilidad para zanjar definitivamente la responsabilidad política de Carlos Reutemann en los hechos del Diciembre Trágico?
-Este tema -responde ahora Gustavo Martínez- ha sido marcado por la impunidad: el propio Osvaldo Turco ha venido marcando con honestidad y dignidad en cada aniversario que un subsecretario de Seguridad y un gobernador han diseñado la represión de esos días, que saltaron incluso por encima de algunas posiciones que tenía el entonces ministro de Gobierno Lorenzo Domínguez, como las instancias de mediación que se habían implementado en Rosario para intentar abordar los conflictos. Por su militancia, Turco tenía buena relación y conocimiento con muchas organizaciones territoriales, y había diseñado un esquema de mediación para tratar de evitar que la situación se desbordara. Pero ese esquema debió ser desmontado por órdenes superiores el 16 de diciembre.
Por otro lado -agrega Martínez- quedó claro en esta investigación que hubo un plan que involucraba a tantas dependencias policiales y de otras fuerzas de seguridad que no podía ser coordinado por ningún comisario. Es obvio que detrás de esto hubo un plan y un responsable. El ejemplo que siempre contamos es que el día 21 de diciembre, cuando la situación estaba calmándose, en una situación de muy bajo nivel de conflicto en Empalme Graneros, se ordenó la presencia de las Tropas de Operaciones Especiales en una cola de entrega de alimentos. Y preguntamos quien pudo decidir esto porque allí fue asesinado el joven Walter Campos de un certero disparo del oficial Iglesias, un experto tirador de esta tropa de elite. Aquí está la responsabilidad individual del policía y la responsabilidad operativa: la del que mandó a un oficial de alto entrenamiento dedicado a delitos complejos a cuidar una entrega de cajas de alimentos", indica Martínez.
-¿Que rol jugo el subsecretario Alvarez?
-Ya el día 14 de diciembre hubo hechos en Rosario y el propio Alvarez daba entrevistas a medios de prensa locales. El 15, o el 16, el diario Rosario/12 entrevista a Reutemann y le pregunta qué va a pasar y reconoce que se había comunicado con el gobierno nacional al que le había pedido el envío de la Gendarmería. Por eso es indudable que hubo un plan, porque tampoco nadie pudo explicar quien decidió que todos los detenidos en esas jornadas fueran derivados a la Escuela de cadetes de la Policía. Es más, todos los jefes de las unidades regionales involucrados en la represión trataron de desresponsabilizar al gobernador, diciendo que no habían recibido órdenes.
-¿Cuál es la responsabilidad que le cabe a Reutemann por las muertes de diciembre de 2001?
-Reutemann es el responsable político principal de la masacre toda, y es inadmisible que no hay rendido cuentas por eso, y que la justicia santafesina no haya creído necesario siquiera que declarase, aunque no bastaría. Por eso decimos que hasta el día de la fecha se nos ha demostrado que la justicia santafesina lejos de hacer su trabajo ha hecho todo lo posible para garantizar la impunidad de Reutemann y todos los que tuvieron relación con él en esa gestión. Como familiar de una de las víctimas no tengo una sola duda que Reutemann tiene responsabilidad directa y principal.
-¿Qué pensás cuando se lo ubica a Reutemann como el gran elector del peronismo en Santa Fe? ¿Pensás que a la gente no le importa lo que ocurrió tras los saqueos del 2001 o con las inundaciones del 2003?
-Reutemann -contesta Celeste Lepratti- tiene la condena social de una gran parte de la sociedad, porque no puede aparecer en muchos lugares. Lo que pasa es que todos estos años nos han hecho aprender un montón de cosas, que uno no estaba acostumbrada a entender o a leer. Pero lo que reflejan los medios es en todo caso una realidad impuesta, construida y hasta muchas veces pagada. Así que hoy no me asusta algún titular de un diario, o lo que diga alguna encuesta. Creo que la gente no se olvida de lo que sucedió en el 2001 y lo que pasó con las inundaciones del 2003 y las del 2007. Creo que también está presente en la memoria colectiva por la tarea de mucha gente, como la Comisión Investigadora, que acompañó a los familiares de las víctimas. Por eso hoy Reutemann no puede caminar por las calles de Rosario. Estoy plenamente segura de eso, y estoy dispuesta a hacer lo necesario para impedirselo. Por eso queremos que algunas cosas cambien. Y me duele mucho ver su nombre en los diarios como el gran elector o como el hombre de campo que ahora viene a pelear por los suyos, algo que no comparto ni le creo. Reutemann podrá tener un gran aparato político partidario y hasta mafioso que lo acompañe o lo avale, pero no le basta. Hasta cuando se casó tuvo que hacerlo a escondidas. Algo que puede parecer menor pero es una persona que no puede hacer una vida normal, por las muertes con que carga sobre su conciencia. Y por la sangre derramada no vamos a bajar los brazos. Y también duele que de a ratos tenga el apoyo presidencial, aunque de a ratos no lo tenga.
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