Después de haber estado dos semanas paralizada, General Motors reabrió ayer las puertas de su planta en Alvear. Desde el gremio aseguraron que los 436 trabajadores que habían sido despedidos pudieron ingresar a la automotriz, aunque el futuro de unos 100 operarios no es claro: fueron derivados a un galpón armado fuera del predio, donde recibirán en adelante tareas de capacitación y eventualmente serán derivados al banco de horas. Hoy a las 11 volverán a reunirse en la delegación local del Ministerio de Trabajo provincial las autoridades de la cartera laboral, la cúpula de Smata y los representantes de la multinacional para definir la situación de 150 contratados. "Si la fábrica tiene voluntad, todo es posible, bajo diferentes modalidades de trabajo, todo es posible con la gente adentro, más allá de que la producción es fluctuante. La demanda bajó un 15 por ciento pero pronto puede subir, sólo el mercado lo sabe", señaló el secretario gremial de Smata, Gabriel Bianucci.

Era aún de madrugada cuando los trabajadores que debían ingresar al primer turno se juntaron en la autopista a Buenos Aires. Desde allí caminaron hasta la puerta de la planta, donde se habían ubicado decenas de guardias de seguridad, mientras que adentro del predio estaban apostados personal de Guardia de Infantería de la Unidad Regional II.

"No es una situación cómoda para nosotros", lamentó otro de los delegados, Darío Aguilar en diálogo con LT8. "Seguramente la presencia la pidió la empresa vaya a saber por qué motivo", agregó.

A medida que cada trabajador iba ingresando a la planta era buscado en una lista por parte de los guardias de seguridad. Unos 100 operarios del turno quedaron a un costado y fueron derivados a un galpón donde según les prometieron desde la automotriz y el gremio realizarán tareas de capacitación. Según Aguilar "todos los trabajadores que no pudieron entrar son personal de planta permanente de mayor antigüedad".

Los operarios que fueron asignados en el galpón contiguo a la planta pasarán a formar parte de un banco de horas: si la producción de la planta se incrementa, ellos podrán trabajar.

En la cartera laboral las partes estuvieron reunidas más de tres horas. El secretario general de Smata Rosario, Marcelo Barros, dijo que en el encuentro el gremio siguió insistiendo en mantener la seguridad de los trabajadores "hasta diciembre de 2009" y a partir de allí continuar discutiendo. Según el sindicalista los representantes de la firma no hicieron ninguna propuesta superadora a la presentada el viernes pasado.

Barros dijo que los empleados esperan llegar a un acuerdo hoy "porque se termina la conciliación obligatoria" dictada por el Ministerio de Trabajo de Santa Fe. El gremio continuará exigiendo que se incorporen a la compañía 18 empleados que no pudieron hacerlo en el reinicio de las actividades por tener sus contratos vencidos.

"Además vamos a seguir discutiendo la situación de los 150 compañeros contratados, hay posibilidades de que sean renovados sus contratos", se ilusionó Bianucci en diálogo con Rosario/12.

A través de una solicitada, la empresa había insistido el fin de semana con sus argumentos iniciales: predisposición al diálogo pero con ciertos condicionantes vinculados con la caída de la demanda internacional, generada en parte a raíz de la crisis financiera, lo que hace suponer un escenario conflictivo con el gremio por eventuales despidos.