El director de Pueblos Originarios y Equidad de la provincia, Raúl Britos, calculó en más de 150 las comunidades indígenas que solicitarán ingresar al Registro Unico de Comunidades Aborígenes, y prevé inscribir a más del 50 por ciento, antes de fin de año. Se trata de un reconocimiento a los pueblos originarios por su reclamo histórico de preexistencia cultural y étnica, que les permitirá poner a su nombre las tierras ocupadas históricamente, y éstas pasan a ser inembargables e inajenables. Su creación fue anunciada por el gobernador Hermes Binner hace dos meses y ya comienza a tomar forma ante el interés de los aborígenes, debido a que les otorga Personería Jurídica de Derecho Público. "Es un paso importante para el cumplimiento de los derechos, y para que la igualdad de oportunidades y la construcción de la ciudadanía cobren contenido. Si hay un marco legal, hay que hacerlo cumplir, y en eso estamos", indicó el funcionario a Rosario/12.

Luego del anuncio de creación de este registro provincial, en julio pasado, la Dirección de Pueblos Originarios y Equidad comenzó a trabajar en el "ordenamiento y puesta en funcionamiento de leyes que hacía más de veinte años esperaban ser ejecutadas". Una de ellas era este registro, que consideraron "una herramienta fundamental desde lo jurídico para que a futuro se puedan restituir las tierras a nombre de las comunidades"; otro "viejo pedido" de las etnias era el Instituto Provincial del Aborigen Santafesino (IPAS), que "ya está en funcionamiento, con cinco coordinadores en la provincia, que llevan adelante todos los proyectos que hacen a las comunidades aborígenes de la provincia". Y por último, están trabajando en la "ley de relevamiento, que se hace con fondos nacionales y debería haber empezado hace tiempo", detalló Britos.

Para ingresar a este registro, las comunidades deben cumplir con un requerimiento básico, que establece la presentación de una nota de solicitud a la Dirección con una breve reseña histórica de la comunidad, dónde está ubicada y cuántos la conforman, entre otros datos que hacen a la organización y costumbres individuales de cada etnia. "Lo bueno es que respetamos las modalidades de gestión propias y elección de autoridades de la comunidad", destacó.

Luego de entregar esa solicitud a Pueblos Originarios y Equidad, los datos son revisados y se envía el documento al Instituto Provincial del Aborigen Santafesino (IPAS), donde se autentifica la existencia de las comunidades. Una vez que se aprueba, se hace un dictamen con la Secretaría de Regiones, Municipios y Comunas y se eleva a la Justicia. Allí es sellado y ratificado, y luego se le adjudica un número de Personería Jurídica a perpetuidad. De esa manera, "la tierra ocupada por el grupo pasa a estar a nombre de la propiedad comunitaria".

En cuanto a la problemática del espacio donde se encuentran las tierras que ocupan los aborígenes en la provincia, que muchas veces están ubicadas en el sector urbano, donde "lamentablemente no hay lugar, a diferencia de lo que sucede en el espacio rural" y previendo el crecimiento de la comunidad, existen posibilidades de adquirir otras tierras que no sean las históricamente ocupadas, pero eso es algo que "se estudiará con cada comunidad". Lo que se intenta y se tiene en claro es que se buscan "condiciones dignas de vida, en las que la comunidad mantenga su historia y sus lazos".

Por estos días, el proyecto se encuentra en la etapa de inscripción de las comunidades y antes de fin de año se prevé registrar a por lo menos el 50 por ciento, según indicó Britos, quien señaló que "en cada nodo se entregó a todas las comunidades la copia de solicitud del registro para que se inscriban. Estamos esperando la entrega de las inscripciones para evaluarlas, calculamos que serán unas 150 las comunidades solicitantes".

El proyecto se lleva adelante en conjunto con la Secretaría de Regiones Municipios y Comunas, a cargo de Mónica Bifarello, y con representantes de diferentes comunidades de pueblos originarios, con quienes se llevó el Foro Regional de los Pueblos Originarios a cuatro nodos de Santa Fe, con el fin de incorporar la mirada de los aborígenes. "La idea es construir un diagnóstico colectivo y regional sobre el estado de situación de las comunidades, establecer un listado de acciones prioritarias para llevar adelante en conjunto con el gobierno provincial y generar e instituir espacios de encuentro periódicos".

José María Iñete, autoridad tradicional del pueblo Mocoví en Rosario, señaló que "por primera vez hay una tarea del Estado que se refiere a pueblos indígenas y la primera vez que hay una visibilidad al menos del número de comunidades que hay en la provincia; eso ya es un avance importante, porque hace cinco o seis años atrás, se consideraba que las comunidades mocovíes, por ejemplo, solamente existían sobre la ruta 1 o en la 11. Hoy ampliamos esa idea de cantidad de comunidades indígenas porque estamos hablando de 150 grupos en la provincia que hace un lustro se pensaba que eran siete".

También indicó que "en el interior de los asentamientos de Rosario, hay varias comunidades. Es el caso del asentamiento Ruillón, por decir el más popular, y se lo conoce como `barrio Toba', cuando en realidad adentro hay tobas, mocovíes y muchos otros grupos, porque cada uno tiene su particularidad. Además, dentro de los tobas, puede haber diferentes comunidades porque cambia el destino de migración".

Amanda Colihueque, lonko (cacique) del Xavn Inay Leufv (Encuentro cerca del río), señaló que "el Estado provincial por primera vez en la historia va a escuchar lo que los pueblos originarios necesitaban decir"; y explicó que "la comunidad mapuche en Rosario consiste en siete núcleos familiares, que viven cada uno en su casa". Sin embargo, "con el recorrido del foro hemos ido encontrando familias mapuches en otras ciudades y queremos organizarnos para pedir una tierra y un lugar adecuado para los requerimientos que tenemos, siempre dentro del proceso que lleva adelante la provincia".

Informe: Lorena Panzerini