De pronto, las elecciones a concejales en la ciudad de Rosario adquirieron una importancia que no tenían tan solo un mes atrás. Quizás fueron las declaraciones del intendente Miguel Lifschitz ("acá o gana el kirchnerismo o gana Hermes Binner"). O quizás haya sido su candidata Clara García cuando aseguró que está en juego en Rosario "el futuro de la ciudad". También pudo haber sido la arremetida final de dos candidatos de experiencia y peso político propio en la ciudad: El radical Jorge Boasso y el ex intendente socialista Héctor Cavallero que encabeza la lista peronista que logró juntarlo a él con un sector del reutemismo, otro del obeidismo y que incluye también al kirchnerismo, algo imposible de reproducir a nivel provincial o nacional. Tal vez el propio intendente tomó nota de que una derrota por más ajustada que fuera le haría cuesta arriba su camino a la Gobernación en 2011. A lo mejor todos estos elementos juntos fueron los encargados de agregar plus político a los comicios municipales de hoy en esta ciudad, para los que están habilitados más de 800 mil rosarinos que designarán a los concejales que desde el 10 de diciembre ocuparán las 11 bancas del Palacio Vasallo en disputa.

La elección de hoy había logrado sustraerse a los vaivenes de 2011. El propio Lifschitz cuando reconoció sus legítimas aspiraciones a la gobernación de Santa Fe (Hermes Binner no tiene reelección en el cargo); aseguró que su futuro político no dependía tanto de esta elección como sí de su desempeño como intendente en los dos últimos años de su segundo mandato en Rosario. Cierto. Pero hace unos días el escenario cambió y el jefe comunal se cargó al hombro la campaña para apuntarlar a su cabeza de lista Clara García, que venía peleando con dos luchadores de otra categoría como Cavallero y Boasso.

Pero además de las aspiraciones para el 2011 en la provincia, también están las apetencias locales para el mismo año cuando se ponga en disputa la Municipalidad de Rosario. En efecto, el propio Boasso ya dió indicios de sus intenciones tras los buenos resultados de la interna abierta que lo posicionaron como una tercera alternativa en la ciudad. Y Cavallero insiste en que ya tiene candidata para ese cargo en 2011: La ex vicegobernadora y actual concejala María Eugenia Bielsa. Sin duda una de las figuras más interesantes de la política local en los últimos años y que espera su momento para convertirse en referente.

Casi todo se cierra alrededor del oficialista Frente Progresista Cívico y Social, el peronismo que logró la unidad tras las internas obligatorias, y el radicalismo rebelde de Boasso que va con lista propia después de 16 años en la ciudad. Sin embargo, dos referencias nacionales hacen sus apuestas en la ciudad: El propio Mauricio Macri apareció en los afiches al lado de la candidata del PRO Laura Weskamp, y Gabriela Michetti vino a Rosario para el cierre de campaña.

Desde otro lado, el relanzado Proyecto Sur de Pino Solanas fortalecido por la cosecha electoral en Capital Federal en las elecciones de junio; lleva al ex concejal Alberto Cortés para intentar recuperar una banca y desde allí hacer pié en esta ciudad.

En lo que respecta al mapa interno del Concejo Municipal de Rosario, el oficialista Frente Progresista pone en juego cinco de las once bancas en disputa. El PJ y sus aliados tienen siete bancas y ponen en juego tres. De realizar la principal fuerza de la oposición municipal una elección similar a la interna abierta, obtendría cinco bancas y llevaría su representación a nueve ediles. Una performance no tan significativa le permitiría conseguir cuatro lugares y llevar su interbloque a ocho.

Mientras que el radicalismo posee en la actualidad dos bloques unipersonales (Jorge Boasso y Daniela León) que a su vez ponen en juego sus bancas en estos comicios. Si la lista que encabeza el edil repite lo realizado en las internas abiertas, es más que probable que la UCR conserve su actual representación. Un desempeño superior -muy difícil de alcanzar- le permitirá llegar a tres ediles propios.