SANTA FE › RAFAEL BUGNA, VíCTIMA DE LA REPRESIóN EN SANTA FE
› Por Juan Carlos Tizziani
Un testigo que declaró ayer en el juicio a los represores santafesinos describió hasta con detalles el lugar donde fue torturado en el centro clandestino de detención llamado "La Casita", que áun no fue localizado a pesar de una búsqueda que ya lleva 30 años. Rafael Bugna es técnico constructor. Un grupo de tareas lo secuestró el 18 de agosto de 1976 en su propio estudio cuando militaba en la Juventud Guevarista. Le robaron hasta un transformador de energía que después sus secuestradores utilizaron para fabricar una picana eléctrica con la que atormentaron a su hermana, Anatilde Bugna, detenida ocho meses después, el 23 de marzo de 1977 y hoy querellante en la causa. Un rato antes, habían declarado ante el Tribunal Oral la madre de Stella Vallejos y el hermano y el ex novio de Ana María Cámara, que ratificaron el testimonio de ambas.
Bugna fue detenido en su estudio del microcentro, en 1º de Mayo y Crespo. Logró identificar a un integrante del grupo de tareas por su alias "El pollo" que después, por el relato de su madre, supo que era el comisario Héctor Colombini, imputado en el juicio. Lo llevaron con las manos atadas a la espalda en un auto particular hasta la comisaría 4ª, donde "me sacaron el gamulán y un reloj que nunca más volví a ver. Y me tiraron en uno de los calabozos del fondo", dijo.
A la noche, el grupo lo volvió a buscar para llevarlo a "La Casita". Lo sacaron de la celda y en el mismo garage de la comisaría 4ª le vendaron los ojos y lo metieron en la parte de atrás de un vehículo que él cree que era un Fiat 128 color bordó. "Salí del calabozo como un preso y pasé a ser un NN", precisó. El paso de un estado a otro era la puerta que conducía al garage de la seccional.
Después de un viaje corto llegó al centro clandestino. "La Casita era un lugar abierto, cerca del río, por el perfume de la noche. Y no estaba lejos de la ruta", explicó. Tuvo que subir unos escalones, lo empujaron a una pieza donde lo maniataron en un sillón de jardín de hierro. "Durante la tortura, me pasaron la música de Los Beatles y Almendra con los mismos discos y en el mismo equipo que me habían sacado del estudio".
Pero la venda en los ojos se fue aflojando y cuando queda solo pudo ver dónde estaba. "Lo primero que veo fue un placard donde había un cartel que decía: 'Mansión Borgia'. Estaba escrito en un papel blanco con letra prolijas", recordó Bugna. Otros detenidos, Daniel García y Alba Sánchez, que hoy declaran en el juicio ya dijeron que el centro clandestino donde estuvieron secuestrados en San José del Rincón desde fines de 1977 hasta mayo de 1978 el grupo de tareas lo llamaba "El Borgia".
Por su propia profesión, Bugna guardó en su memoria el lugar donde lo torturaron. "La casa era un chalet californiano, de esos que se construyeron por los planes Eva Perón y el Banco Hipotecario Nacional. La habitación era de 3 por 4", relató.
Después de la tortura, lo cruzaron a otra pieza, enfrente. La casa tenía un pasillo que comunicaba a las habitaciones de uno y otro lado. Y Bugna pudo reconocer la disposición de los ambientes por un croquis que el abogado de su hermana presentó en el juicio. "Ahí apareció un señor amable, de voz ronca, de una persona mayor, que se me sienta al lado. Alcanzo a ver que era algo gordito, Me convida café, pero me dice que lo tome despacio. Tomo uno o dos tragos. Me lleva al baño que quedaba al lado de la habitación", dijo. Era "El Tío", el apodo con que se hacía llamar el ex suboficial del Ejército y experto en inteligencia militar, Nicolás Correa. A la noche, volvió a la comisaría 4ª.
-¿Sabe quien era el jefe de la 4ª? le preguntó el fiscal Martín Suárez Faisal.
Con el tiempo me enteré que era (el comisario Mario José) Facino contestó. Facino es otro de los imputados en el juicio.
¿Quién lo buscó en la 4ª para llevarlo a la Casita?
No lo sé. Creo que me llevaron en un Fiat 128 bordó.
¿Eran los mismos agentes de la comisaría o era otros? -planteó el fiscal José Ignacio Candioti.
Eran otros que tenían libre acceso a la 4ª. Me vendaron los ojos. Y me llevaron a La Casita dijo Bugna-, quien recuperó su libertad cinco años después, el 8 de julio de 1981 y nunca tuvo un proceso judicial.
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