SANTA FE › EL MANEJO DE LOS AGROQUíMICOS, LOS DEBATES Y EL RECUERDO DE UNA TRAGEDIA
El autor de esta nota recuerda una tragedia en la India por la emanación de una nube tóxica de un componente químico de amplia difusión en Argentina. Las normas de seguridad y los peligros a los que se exponen decenas de pueblos agrarios.
› Por Oscar U. Scremin*
En este mes se cumplió otro aniversario de la tragedia de Bhopal, India, donde en la noche del 2 al 3 de diciembre de 1984 una planta productora de pesticidas liberó accidentalmente una nube de metil isocianato, utilizado en la síntesis de carbaril un insecticida inhibidor de la acetilcolinesterasa de amplia utilización en Argentina, matando a mil quinientas personas de la población adyacente en forma inmediata y muchos más en forma retardada en los días, meses y años que siguieron. Más de medio millón de personas estuvieron expuestas al tóxico y algunas fuentes estiman que las víctimas fatales fueron más de 40.000. Por supuesto muchos más, aproximadamente 400.000, quedaron inválidos o seriamente enfermos el resto de sus días. No puedo menos que reflexionar en el hecho que el accidente adquirió tales proporciones debido a que la fábrica se encontraba muy cercana a un centro densamente poblado.
La cantidad de metil isocianato en la fábrica de Bhopal no superaba las 40 toneladas. Nuestros pueblos y ciudades cuentan con numerosos establecimientos donde se almacenan, fraccionan, formulan, expenden y en algunos casos sintetizan pesticidas con un uso anual en el país de más de 9.000 toneladas sólo de inhibidores de la acetilcolinesterasa organofosforados, del mismo grupo químico y con similares propiedades que las armas químicas de destrucción masiva conocidas como "nerve gas". Los analistas determinaron que entre las causas que contribuyeron al desastre de Bhopal se contaban la utilización de ingredientes peligrosos preferidos por su bajo costo, la trasgresión habitual de normas de seguridad, el almacenamiento de compuestos peligrosos en recipientes y lugares inadecuados, la falta de entrenamiento de los operarios, equipos defectuosos, caños con perdidas, manuales de seguridad escritos en ingles que la gente no entendía pero por sobre todo desconocimiento por parte de la población del riesgo asociado con la fabrica. Además, las advertencias que aparecían en la prensa de esa región sobre la magnitud del peligro en acecho se descartaban, incluso por funcionarios del gobierno, como "noticias sensacionalistas". En síntesis, ignorancia y habituación a procedimientos incorrectos. Es fácil razonar ahora después de los hechos, pero es también productivo hacerlo. Muchas medidas hubiesen evitado la tragedia, pero el motor de esas medidas pudo haber sido la conciencia y el activismo de los habitantes de Bhopal debidamente informados sobre los peligros, las medidas a adoptar para prevenirlo, la identidad de los responsables de efectivizarlas y la existencia de controles por parte de organizaciones de la comunidad y del estado sin intereses de lucro.
No podemos confiar en intereses comerciales ni en un estado sin recursos. La corporación industrial responsable y el gobierno de la India suprimieron la información sobre el hecho al extremo de que aun hoy no se sabe que otras substancias acompañaban al metil isocianato en la nube letal. Quizás es hora de iniciar entre nosotros un gran debate para determinar donde están los miles de toneladas de venenos que se utilizan en nuestro medio, donde se almacenan, como se transportan, quienes son responsables de su salvaguarda, donde y en que cantidades se esparcen. Las declaraciones "tranquilizadoras" no ayudan, la indiferencia tampoco, fueron ingredientes de la tragedia de Bhopal. Quizás la tragedia ya esta sucediendo aquí.
En términos de accidentes industriales algunos expertos hablan de "Bhopal en cámara lenta" aludiendo a la contaminación lenta e inadvertida que con el tiempo puede resultar tan letal como el episodio agudo. Se sabe que hay un proyecto de ley de agroquímicos girando en el Congreso de la Nación que eventualmente afectara a Santa Fe. Que sabemos sobre el" Que impacto tendrá en nuestras comunidades" A quien le adscribirá la nueva ley la enorme responsabilidad de evitar Bhopales argentinos en cámara lenta o en un relámpago de muerte" Le creemos a los funcionarios o a los vendedores de agroquímicos que nos dicen que esta todo bien"
Los bien intencionados esfuerzos por reformar la deficitaria ley de agroquímicos de nuestra provincia se han limitado a discutir las distancias de las aplicaciones de los mismos a los centros urbanos o la eliminación de una o dos substancias tóxicas dejando intactas a cientos. En el mejor de los casos, una ley reformada se limitara a una sucesión de normas de escritorio congeladas por la falta de estructuras estatales para implementarlas. Un nuevo ordenamiento del proceso de fabricación, registro, transporte, almacenamiento y uso de estos peligrosos compuestos que nos inundan es vital. Es necesario tomar al veneno por las astas y generar un gran debate público dirigido a crear nuevas estructuras estatales con poder y financiación para sacar el control de los agrotóxicos de las manos de grupos de profesionales y empresarios y ponerlo en las manos de los santafesinos.
*Presidente de Capacitación e Investigación para la Medicina Argentina Asociación Civil. Profesor Emérito, Universidad de California, Estados Unidos. Ex decano de la Facultad de Medicina de la UNR.
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