La paritaria estatal terminó ayer en la Casa Gris con un portazo que anticipa los conflictos que vienen. El gobierno de Hermes Binner ofreció a los gremios UPCN y ATE arrancar con un aumento del 7 por ciento a partir de febrero y después retocar los salarios al ritmo de la inflación. Pero la propuesta sorprendió y hasta molestó a los líderes sindicales Alberto Maguid (UPCN) y Jorge Hoffmann (ATE), que se levantaron de la mesa de negociaciones y se fueron. "Está bien muchachos. Si esto es así, ya no tenemos nada más que hablar", le dijo Maguid a los dos negociadores oficiales: los ministros Antonio Bonfatti y Angel Sciara. Y después, en los pasillos de la Casa de Gobierno, volvió a tirar: "La oferta es pésima porque no alcanza ni siquiera para pagar el aumento del impuesto inmobiliario". Hoy, a las 9, seguirá la paritaria docente, pero si la ministra de Educación, Elida Rasino, repite con Amsafé y los demás sindicatos la oferta del 7 por ciento, es seguro que recibirá la misma respuesta que sus colegas de gabinete.

Maguid y Hoffman llegaron a la reunión con buenas expectativas. Ya habían pedido en público una mejora del salario del sector público del 20 por ciento y estaban dispuestos a negociar aumentos graduales, siempre y cuando el arranque sea aceptable. A la mañana, un portal de noticias de Rosario había arriesgado que el gobierno de Binner ofrecería un supuesto aumento del 22 por ciento escalonado: 12 por ciento en febrero y el diez restante en dos veces. Incluso, un movilero de un canal de cable de Santa Fe le planteó a Maguid que "se hablaba de un aumento del 16 por ciento ahora y del 4 por ciento restante durante el año". "Si eso fuera como vos decís, yo ya te doy un beso en la mejilla", le prometió el jefe de UPCN. Pero el tándem Bonfatti Sciara se encargó de desmentir las dos versiones: ofreció un aumento del 7 por ciento en febrero y ajustes salariales a conversar en el segundo semestre.

La discusión terminó ahí. "¿Es cierto que se levantaron de la mesa y se fueron?", le preguntaron a Maguid. "Nos levantamos y le dijimos: 'Está bien, muchachos. Si esto es así, ya no tenemos nada más que hablar'. La posición está clara. ¿Qué vamos a hablar, del futuro o del gradualismo si no partimos de una base seria?", se preguntó el sindicalista. Y anunció que la oferta será rechazada por los trabajadores de UPCN. "La gente no puede aceptar un 7 por ciento porque ni siquiera le alcanza para cubrir el aumento del impuesto inmobiliario", advirtió.

Hoffmann coincidió que trabajadores de ATE también rechazarán el aumento. "Ni siquiera avanzamos en la discusión de la propuesta por una cuestión de sentido común. El 7 por ciento es una suma que de ninguna manera puede ser aceptada por la dirigencia sindical. De cualquier manera, vamos a ponerla a consideración de los afiliados, pero desde ya, y esta es una nuestra opinión, creemos que es una suma absolutamente insuficiente. Más aún: es tan insuficiente que rechazamos discutir la gradualidad que planteaba el gobierno, que si bien podíamos aceptar, pero bajo otra base mucho más sólida", agregó.

Maguid dijo que el gobierno fundamentó la oferta con "el argumento que ya conocemos, que la provincia no tiene recursos para dar un incremento salarial superior a esa cifra. Y que esto lo hace con un gran esfuerzo en las finanzas. Esta fue una reunión, como las anteriores, de respeto mutuo, que nadie piense que nos agarramos a trompadas o algo por el estilo. Lo que pasa es que acá hay dos situaciones claras que no tienen nada que ver con los hombres o con enojos, esto tiene que ver con una posición del patrón empleador, que es el Estado y un reclamo de los gremios que representan a los trabajadores. El Estado dice: 'esto es lo que tengo'. Y los trabajadores responden: 'esto no nos alcanza'. La gente no puede aceptar un 7 por ciento porque ni siquiera le alcanza para cubrir el aumento del inmobiliario", insistió.

Ahora comenzará una ronda de asambleas en los lugares de trabajo que concluirá con una asamblea provincial en ambos gremios la semana que viene. Maguid no ocultó el malestar de los gremios. "Estamos contrariados porque los trabajadores no merecen esta situación. No puede ser que siempre sean el pato de la boda. La gente necesita comer, las cosas aumentaron, van a supermercado y no le alcanza la plata. La frustración es que no podemos llevar, en un ambiente de calma y de paz, una solución que los empleados públicos estaban esperando. Y lo que vamos a llevar es una bandera de guerra porque la próxima semana estoy seguro que la asamblea provincial va a resolver el comienzo de medidas de fuerzas", anunció el jefe de UPCN.