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Domingo, 20 de junio de 2010

SANTA FE › LOS HIJOS DE SILVIA SUPPO, ASESINADA EN RAFAELA, RENUNCIARON A PROGRAMA DE PROTECCIóN.

No quieren custodia sino transparencia

Lo hicieron después de declaraciones de funcionarios provinciales. "Si para el gobierno, el asesinato de nuestra madre no es un crimen político entonces no es necesario que nosotros estemos protegidos", dijeron en dura crítica.

 Por Juan Carlos Tizziani

Desde Santa Fe

Los dos hijos de Silvia Suppo, Andrés y Marina Destéfani, renunciaron al programa de protección a testigos y víctimas del terrorismo de estado en rechazo a declaraciones del director de Investigación y Reconstrucción de la Memoria, Jorge Pedraza, a quien su jefa y secretaria de Derechos Humanos de la provincia, Rosa Acosta, prometió desmentir, pero que no lo hizo. "Si para el gobierno, el asesinato de nuestra madre no es un crimen político y no hay ningún riesgo, entonces no es necesario que nosotros estemos en un programa destinado a testigos y querellantes en causas por delitos de lesa humanidad. Por eso, decidimos renunciar", dijo Andrés Destéfani en un diálogo con Rosario/12.

La semana pasada, Pedraza planteó la hipótesis del robo que le costó la vida a Suppo. Y la fundamentó en "la coincidencia de las declaraciones en sede judicial, indagatorias" y "testimoniales" que configuran "un plexo probatorio suficientemente contundente". Ya "no se puede hablar de un crimen político", dijo. Y ponderó la pesquisa policial que dirigió el jefe de la Unidad Regional V, comisario Juan Mondino, a quien consideró uno de los "oficiales jóvenes de la democracia que quieren hacer bien las cosas". "Yo puedo asegurar que en este caso, la Policía ha obrado con muy buena voluntad y obtuvo resultados a muy corto plazo que no es común en este tipo de crímenes", abundó.

Los hermanos Destéfani se molestaron por las afirmaciones de Pedraza, no sólo por el tenor, sino también por el medio que eligió para decirlas. Y decidieron renunciar al programa de protección a testigos. Primero, llamaron a la abogada que tenía más contactos con ellos, María Mora, quien se encargó de informar del tema al director de Programas de Derechos Humanos, Oscar Blando y a la secretaria de Derechos Humanos, Rosa Acosta.

Acosta le devolvió la llamada a Andrés. "Habló conmigo y me dijo que el gobierno no tenía nada que ver con las declaraciones de Pedraza, que habían sido hechas a título personal. Pero mi hermana y yo creemos que no es así, porque Pedraza es un funcionario del gobierno de Hermes Binner y cuando habla lo hace como director de la Memoria, representa algo mayor. Y si no tuvo en cuenta su rol y el medio dónde lo dijo, lo tendría que haber hecho", retrucó Andrés con ironía.

El verticalismo en la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia es un secreto a voces en los corrillos de la Casa Gris. Y el indicio son las quejas de un funcionario de tercer rango que se arriesgó a perder el cargo por que respondió un pedido de informes del ministro del área, Héctor Superti, sin consultar a la secretaria Acosta.

Andrés Destéfani dijo que ya pasó una semana desde que comunicó su renuncia y la de su hermana, pero el gobierno todavía no mandó a nadie a Rafaela a recibir los teléfonos del programa de protección a testigos y darles la baja. "Cuando Rosa Acosta habló conmigo, le pedimos que traigan los papeles para dar la baja, pero hasta ahora nadie se acercó a Rafaela", agregó.

¿Qué les molestó de lo que dijo Pedraza?-preguntó Rosario/12.

Ellos pueden tener la interpretación de la causa que quieran, pero cuestionamos el tenor y el medio donde lo dijo. Y más, que elogie a un medio que, desde el primer día, nos viene pegando, criticando y mintiendo. Dijeron que habíamos demorado en constituirnos en querellantes, lo que es falso. Dijeron que no habíamos aprovechado las posibilidades que nos da el Código Procesal Penal, lo que también es falso porque todas las medidas que se tomaron últimamente en la causa fueron a pedido de la querella- contestó Andrés.

"Nosotros interpretamos que si para el gobierno el asesinato de nuestra madre no es un crimen político y no hay ningún riesgo, entonces no es necesario que nosotros estemos en un programa destinado a la protección de testigos y querellantes en causas por delitos de lesa humanidad. Por eso, salimos del programa", explicó.

Los hijos de Silvia Suppo están doloridos con Pedraza. "Era un conocido de la familia. Mi papá (Jorge Desféfani, ya fallecido) siempre nos dijo que si pasaba algo o teníamos algún problema, Pedraza era de confianza y que hablemos con él. Y fue lo primero que hicimos. Cuando estábamos en el hospital de Rafaela y nos comunicaron la muerte de nuestra madre, lo llamamos a él para saber cómo manejarnos y qué hacer. Fue al primero que llamamos. Así que no podemos creer que haya hecho esto, que hable en el medio que viene mintiendo y salga a defender a la Policía cuando la desprolijidad en la investigación es cada vez más clara, más allá de las interpretaciones que pudiera tener de la causa y del expediente", dijo Andrés. Y ofreció dos hechos:

* La confusa situación con un video de la Nueva Terminal de Rafaela "donde se ve a los cuida coches que se atribuyeron el asesinato de Silvia Suppo y que la empresa concesionaria sostiene haber entregado a la Policía hace dos meses y que la Policía asegura que no lo recibió.

* Y lo que sucedió con el remisero que llevó a imputados hasta la terminal, que primero no podía ser localizado y cuando se lo identificó porque la querella pidió el secuestro de los libros de la empresa y se lo citó a declarar en sede judicial, dijo que antes había tenido que pasar por la Jefatura.

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Andrés y Marina Destéfani, en una de las tantas marchas para pedir justicia para su madre.
 
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