"Guarden estos números. En octubre van a cambiar. El voto fidelizado no existe, y nosotros tenemos mucho para crecer. Una fuerza que no existía, en cinco semanas de campaña sacó más de dos millones de votos. No es poco ¿no?", se entusiasmó Hermes Binner, horas después de su bautismo de fuego en una elección nacional. Puertas adentro del Frente Amplio Progresista confían en que el 10,26 por ciento de votos obtenido en las primarias podrá crecer hasta las generales, a expensas de las otras figuras de la oposición que ya están instaladas en el conocimiento nacional y que, pese a ello, consiguieron una performance muy pobre. Igual admiten que con el margen que Cristina Fernández le sacó a todo el arco opositor, el cita electoral de octubre "estaría definida", analizó ayer el intendente Miguel Lifschitz.

Binner atribuyó el contundente apoyo al gobierno nacional que expresaron las urnas a que "el país vive una bonanza económica extraordinaria". A la luz de los resultados, señalar la inflación, el trabajo en negro y otros indicadores negativos no hizo mella en la postulación de la Presidenta. Ni siquiera en la pampa gringa y sojera, donde también Cristina se impuso al resto. "Esto demuestra que los votos no tienen dueño. En Buenos Aires había ganado Macri y ahora ganó Cristina. Es importante que la gente vote como piensa, y a nosotros nos toca interpretarla y adaptarnos a esas demandas", dijo el gobernador.

Lifschitz evaluó que para octubre la posibilidad del FAP es seducir votos que el domingo cayeron en Proyecto Sur, Coalición Cívica, o incluso el radicalismo "y quizás también algunos que eligieron a la Presidenta". El intendente aclaró que "no cambiará el rumbo de la elección, pero servirá para que el FAP se instale como la fuerza más votada de la oposición. Eso sí es factible", alentó.

El secretario general del Partido Socialista, Rubén Giustiniani, señaló que "a Cristina el campo no la identifica con aquel eje de conflicto con el gobierno, sino más bien con Néstor". Y consideró que "ha influido un contexto económico y social favorable, por medidas que ha ido tomando el gobierno y por el marco internacional". El senador nacional agregó que "los oficialismos hoy corren con ventaja: de once elecciones provinciales, los oficialismos ganaron en 10, y en la nacional también. La gente apoya lo que está. Entonces, al FAP le queda caminar mucho y hacer conocer más su propuesta. Esto no tiene techo. Ha sido un comienzo muy positivo".

El candidato a primer diputado, Juan Carlos Zabalza, reconoció que esperaban un triunfo oficialista, pero no por tanto. "Si hubiéramos arrancado antes, tal vez nos iba mejor, pero arrancamos cuando pudimos, y además eso es contrafáctico, no sabemos qué hubiera pasado. Lo bueno es que aparecimos en ciudades como San Miguel de Tucumán, San Salvador de Jujuy, Neuquén, donde el socialismo era débil y ahora tenemos presencia con el Frente Amplio Progresista", valoró el senador provincial.

En el socialismo todas las lecturas ostentaban ayer un tinte cauto pero optimista, y ningún margen para miradas de críticas o derrotistas. Ni siquiera por el hecho de que en Santa Fe, Cristina le sacó 5 puntos (90 mil votos) a Binner, y que la lista encabezada por Omar Perotti superó por casi 7 puntos (112 mil votos).

Un operador binnerista aseguró a Rosario/12 que las expectativas del FAP en su debut electoral era obtener en la provincia entre 450 y 500 mil votos. Consiguió 574.791 sufragios. "Pensábamos que Alfonsín y Duhalde iban a hacer mejor elección, y no esperábamos que Cristina sacara tanto. Ahora tenemos que convencer a los que no votaron a Cristina ni a Hermes, que perderán el voto si se lo vuelven a dar a Carrió, Duhalde o Alfonsín", opinó.

Zabalza separó características entre una elección provincial y una nacional. "Hay una mayoría de santafesinos que todavía no visualizó la posibilidad de Hermes como candidato a presidente; y ahí es donde podemos avanzar. Además, en la elección provincial el Frente Progresista incluyó fuerzas que en la nacional jugaron por afuera: la UCR y la Coalición Cívica", distinguió.