El fiscal regional de Reconquista, Eladio García, fue sancionado por la Suprema Corte de Justicia santafesina por maltratar, acosar y agredir verbalmente a sus empleados, cuando era juez de Instrucción y Correccional de San Jorge, cargo que dejó en abril pasado. Se trata de una sanción disciplinaria por la que deberá pagar una multa de cinco jus, que equivale a más de 1500 pesos. El ex magistrado obligaba a los empleados a ir al juzgado fuera de los horarios de atención, para que encendieran las luces y sus siluetas pudieran verse por las ventanas durante la noche, así la gente los creía trabajando a esas horas; también los obligaba a asistir citándolos mediante la policía local; y los insultaba fuertemente. La resolución se tomó tras la presentación que hizo en 2008 la Asociación Tribunales de Empleados del Poder Judicial de la provincia ante la Corte, que dispuso la instrucción de un sumario administrativo. Para el titular del sindicato, Juan Nucci, se trata de una decisión "ejemplificadora".

Nucci subrayó que "cuando los compañeros deciden recurrir al sindicato, se pueden lograr este tipo de sanciones". García ocupa el cargo de Fiscal Regional de Reconquista. Al respecto, el dirigente gremial indicó que antes de su designación, el sindicato ya había hecho la presentación; y la Corte "ha pasado todos los antecedentes, que se pusieron a disposición de todos los bloques".

En el texto de resolución de la Corte sobre García pueden leerse reiteradas manifestaciones de "miedo, incertidumbre, angustia y estrés", por lo que algunos de los empleados insultados y maltratados debieron recibir asistencia psicológica, ante las constantes amenazas y gritos con palabras despectivas, que utilizaba el ex magistrado. El instructor del sumario fue el entonces Presidente de la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Santa Fe, Sebastián Creus.

El relato de los agentes es coincidente en cuanto a la obligación de concurrir al juzgado "en horas no laborables y sin ningún motivo". Quien era secretario del Juzgado, Juan Roulet --que formuló otra presentación ante la Presidencia de la Cámara Penal--, detalló que "las constantes actitudes del juez García crearon un ambiente de extrema tensión, en desmedro del personal y del funcionamiento del Juzgado, ante condiciones de trabajo sumamente difíciles" y aseguró que había "temor de que ocurriera algo grave". Según relataron los agentes del Juzgado, el juez se hacía respetar emitiendo frases como "yo hago lo que quiero"; "insulto todo lo que quiero"; y "si no te gusta, te vas".

La situación empeoró luego que el secretario de García se negara a cumplir con un pedido específico del entonces juez: que éste "le dijera al Defensor General de San Jorge, Héctor Robledo, que se tome una licencia de tres meses y que luego se jubile, que no volviera", dice la resolución. Ante ello, Roulet le respondió que ese pedido no formaba parte de sus tareas. García "tuvo un ataque de cólera", y le propinó un insulto: "Hijo de puta desagradecido". Desde entonces "la actitud hostil se incrementó y fue peor", tanto que llegó a insultarlo frente al público. En un momento le dijo que "iba a aparecer flotando en el Salado".

Otro de los agentes del Juzgado aseguró que lo hacía "ir en horario nocturno, encender las luces y pasear cerca de las ventanas" para que la gente viera que el Juzgado funcionaba. También lo mandaba a llevarle el auto al mecánico y comprarle el diario. "Nadie quería estar a solas con él en su oficina", aseguraron. Tras las primeras declaraciones de los empleados después de la presentación, García llegó a decirle a uno de ellos que se retractara o se "atuviera a las consecuencias". También les pedía a los empleados que "intercedieran" ante el resto para decir que había "buena relación en el ámbito laboral".

La investigación permitió establecer que el magistrado "infligía a sus dependientes un trato irrespetuoso, autoritario y muchas veces mortificante". La Corte Suprema de Justicia lo sancionó por considerar que "violó diversas prohibiciones en el fiel desempeño de sus funciones".