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Una de las áreas de mayor exposición que tuvo la gestión Binner ya tiene quien la conduzca en el gobierno de Antonio Bonfatti. El titular de la Secretaría de Seguridad Pública será Marcos Escajadillo, actual subsecretario de Protección Civil.

Escajadillo tendrá que relevar a Horacio Ghirardi en la cartera que sobrelleva la relación directa con la Policía y que fija la política en materia de prevención y persecución del delito. Allí Ghirardi debió resistir más de un aprieto en la primera línea de fuego, como si hubiera sido el propio ministro antes que un secretario. Esa alta visibilidad se acentuó cuando el abogado Daniel Cuenca dejó la cabeza del Ministerio y fue suplantado por Alvaro Gaviola.

Escajadillo viene de largos años en la función pública, como coordinador de las operaciones de Defensa Civil, primero a nivel municipal, y desde 2008 en la Subsecretaría de Protección Civil, dependiente del Ministerio de Seguridad. Si bien juega a su favor que ya conoce el ámbito de seguridad desde adentro, es cierto que mantener contenida a la institución policial desde el poder político es una cualidad aparte, según marcaban ayer algunos hombres de gobierno que confirmaban la rumoreada elección de Escajadillo que Bonfatti anunciaría en las próximas horas.

También es cierto que Ghirardi tenía, quizás, menos pericia aún en asuntos de seguridad cuando asumió en 2008, luego de dejar la Secretaría de Gobierno municipal. Por eso, tras cuatro años de trinchera, Ghirardi recalará en el Ministerio de Gobierno que conducirá Rubén Galassi, posiblemente como secretario de Municipios y Comunas. Ayer una fuente de la Casa Gris planteó una hipótesis valedera que determinará la suerte de Escajadillo en su ascendente carrera como funcionario público: dependerá del rol que asuma su superior, quien será el ministro de Seguridad, Leandro Corti. Si Corti repite la ausencia que Gaviola ha demostrado en momentos delicados, Escajadillo estará obligado a pararse en primera fila.