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Desde Santa Fe

La bronca docente llegó ayer hasta las puertas del Centro Cívico, donde tiene su despacho la ministra de Educación, Letizia Mengarelli, a quien más de 4.500 maestros le pidieron a los gritos: "¡Que se vaya!" Un acto caliente en el que la secretaria general de Amsafé, Sonia Alesso, dijo que el paro de ayer tuvo un acatamiento del 98,5 por ciento en toda la provincia. "Este no es un dato duro, es el reflejo del malestar de la docencia en Santa Fe", afirmó. Mientras que su colega y líder del gremio en La Capital, Oscar Lozeco, advirtió que ni el descuento de los días ni las presiones mediáticas van a dividir la lucha docente. "Llegamos hasta aquí todos juntos y todos juntos vamos a decidir. Por eso, la semana que viene, 72 horas de paros y seguir la lucha en unidad", agregó Lozeco.

"Una vez que Amsafé resuelve, no hay dos o tres posiciones, hay una sola posición que es la de la mayoría. La asamblea ya es historia y a partir de hoy los maestros somos uno solo ante la patronal. A partir de ahora, los rivales están acá, no en las escuelas", dijo Lozeco, mientras señalaba la oficina de Mengarelli.

El momento más tenso, fue cuando Lozeco retrucó los argumentos del gobierno. "Ellos pretenden justificar lo injustificable. Dicen que los obligamos a descontar los días de paros. Nadie obliga a nadie, si quieren descontar que descuenten y aguántesela", dijo. "Nosotros luchamos, decidimos y ejercemos la democracia y el progresismo en serio. Si ellos quieren reflejarse que lo hagan en su espejo: Macri descuenta en la Capital Federal. Descuentan en Santa Fe. Son la misma cosa, si hacen la misma política".

Lozeco le habló entonces a Mengarelli. "Bondesío, descontó los días. Rébola, descontó. Carola Nin, descontó. Y así dejaron las escuelas. ¿Las querés dejar igual? Seguí haciendo la misma política. Seguí haciendo lo mismo. Y así te vas a ir, dejando los pedazos. Pero no esperes de nosotros, complacencia. Que nadie se equivoque, vamos a seguir la lucha", dijo el líder de Amsafé La Capital. Y fue allí, cuando los docentes le comenzaron a gritar a la ministra: "¡Que se vaya! ¡Que se vaya!".