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Jueves, 15 de marzo de 2012

CULTURA / ESPECTáCULOS › INMINENTE ESTRENO DE LA FUENTE DE LAS MUJERES, DIRIGIDA POR RADú MIHAILEANU

Un viraje para acabar con la opresión

El film del director rumano, que se conoció el 8 de marzo pasado en el Encuentro de Pinamar, reescribe de alguna manera la Lysístrata de Aristófanes, desde una población de medio oriente donde ellas viven sometidas a mandatos y presiones.

 Por Emilio A. Bellon

A nivel nacional su estreno estaba anunciado para hoy, pero la última información señala que es posible que La fuente de las mujeres se estrene el próximo jueves. Dado a conocer el 8 de marzo, en el marco del Octavo Encuentro del Cine Argentino﷓Europeo, Pantalla Pinamar 2012, con presencia de su realizador, Radú Mihaileanu, y guión de Alain Michel Blanc, esta realización coproducida entre Francia, Bélgica e Italia lleva ya en el título un término símbolo, tal como la Fuente, que se puede rastrear en la historia de diversas culturas, desde los tiempos antiguos. Y que con que sólo nombrarlo nos lleva a evocar obras pictóricas, textos literarios, obras fílmicas.

De origen rumano, nacido a fines de los años 50, Radú, como pedía tan alegremente que lo llamaran, declaradamente polígamo desde su aspiración amatoria, ejercía sobre la platea presente, en ese día, el Día de la Mujer, una corriente de simpatía recíproca mientras se sucedían comentarios sobre el carácter del film, lo que fue ampliando al día siguiente, en la respectiva conferencia de prensa.

El afiche del film permite reconocer un grupo de mujeres de diferentes generaciones reunidas de manera circular. Sus vestimentas nos llevan a identificarlas como habitantes de Medio Oriente y todas ellas llevan pañuelos en la cabeza. Sus rostros están alegres, ríen, lo cual nos lleva a un segundo momento del film; ya que en realidad, el planteo inicial apunta a marcar desde un primer momento, a subrayar desde el primer transcurrir del film, cómo viven sometidas en ese medio por presiones no sólo de orden familiar, las voces de sus respectivos esposos, sino sellados estos mandatos por los preceptos de una lectura ortodoxa de los textos sagrados para esa comunidad, cuya interpretación está en mano de los religiosos ortodoxos.

Son ellas las mujeres las que diariamente deben subir de manera fatigosa la ladera de escarpadas montañas en busca del agua, bajo un sol calcinante, mientras ellos atienden a su rutina; también ellos continuadores y víctimas de antiguos mandatos. Son ellas las que deben soportar ese peso, hasta que una de ellas, una voz extranjera; hasta que otra, la más veterana; hasta que un texto, Las mil y una noches, desde otro modo de leer la propia realidad, les permitirá plantear un viraje sobre la opresión y el dominio.

Desde las palabras del propio realizador, de quien hemos visto recientemente El concierto, que permaneció numerosas semanas en cartelera, y que igualmente se puede pensar desde su carácter de film alegato contra toda forma de censura institucional, La fuente de las mujeres, en tanto reescribe en alguna medida la pieza de Aristófanes, Lysístrata, nos permite ver cómo ellas hacen la huelga de amor para reinventar el amor, y para que el agua reinvente la vida.

En su deseo de recrear una cosmovisión a través del film, Radú expuso de manera amplia sobre lo concerniente al trabajo de investigación previo al rodaje, al trabajo simultáneo que llevaron acabo entre el guionista con sociólogos, antropólogos e historiadores del arte, como asimismo filológos, ya que el estudio de la cuestión lingüística pasaba a ser una cuestión prioritaria. De esta manera, el film que se escenifica en algunos espacios de Marruecos está hablado totalmente en un dialecto de la zona, el dajira, que se caracteriza por su particular sonoridad y tradición. De esta manera, nos dice el realizador: "Quería alejarme de esa tontería del cine hollywoodense de buscar la lengua standard: aquí contaban los acentos, los ritmos particulares. Y lo que yo buscaba era crear esa imagen similar a la de las páginas del Libro de los Libros, Las Mil y Una Noches, para narrar esta historia".

A Radú lo tenemos presente por El tren de la vida, que llevó a un episodio muy polémico con Roberto Benigni ante el estreno de La vida es bella, situación que fue motivo de la pregunta de arranque en la conferencia de prensa. En La fuente de las mujeres, como episodio de base, el film remite a un suceso, a una crónica que tuvo lugar en Turquía a principios del 2001. Y fue este hecho, el que poco a poco, y desde la perspectiva crítica que caracteriza a su realizador, llevó a elaborar este film que hoy, en el mismo territorio de rodaje, en las ciudades vecinas, ha pasado a ser uno de los films más vistos de la última década. Y continúa el mismo Radú: "Cuando regresé a Marruecos, luego de haber presentado el film en varias ciudades, muchas mujeres se acercaban y me comentaban que ya habían visto el film hasta cuatro veces, y con diferentes miembros de sus familias, hasta con sus hijos. Está claro que en el film para poder lograr ese estado de armonía fue necesaria primera la lucha, la confrontación. Yo no estoy 'en contra de', en tal caso, es 'a favor de'. Como lo he dicho siempre y en relación con cada cultura en la que interactúen inteligentemente individuo y comunidad".

Film que celebra los ritos y danzas, los gestos y los baladas, recreados en este relato fílmico que apunta a la reparación de un tiempo de injusticias, La fuente de las mujeres mereció en un momento del encuentro una pequeña nota al pie de página, a propósito de la pregunta que alguien le formuló a Radú sobre las conductas de circulación de los films. Frente a la misma, con tono risueño, respondió: "Si bien milito contra la piratería no es así con este film. Más aun: deseo que todos la puedan ver".

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La fuente de las mujeres se ha convertido en una de las películas más vistas de la década en Marruecos.
 
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