Mar 18.12.2012
rosario

SANTA FE › DENUNCIARON POR SABOTAJE A PRODUCTORES CHAQUEñOS

La desaprensión de los terratenientes

Grupos de baqueanos con motosierras se abocaron a cortar los tablones de quebracho que componen las compuertas que regulan el caudal del acueducto y retienen el agua de lluvia de los campos linderos en el norte santafesino.

› Por L.B.

Con tal de asegurarse que el agua no les inunde sus campos, productores ganaderos lindantes con un canal del norte santafesino destrozaron tres exclusas destinadas a regular el escaso recurso hídrico de la región y pusieron al pueblo de Los Amores en riesgo de quedar anegado si las lluvias continúan. El presidente de esa comuna, Omar Walker, denunció el sabotaje ante la justicia penal, luego de que un vecino descubriera a los vaqueros que, motosierra en mano, cortaron los maderos de las compuertas. "El canal empezó a drenar sin control, y si el pueblo no quedó bajo agua es porque ahí había llovido menos, pudo ocurrir una catástrofe", explicaron desde el Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente. En el gobierno apuntan contra la desaprensión de los terratenientes que no vacilan en intervenir por la fuerza y para beneficio propio.

En los primeros días de diciembre llovió abundante en la región limítrofe entre Santa Fe y Chaco. La zona, dentro de los Bajos Submeridionales, era por naturaleza un humedal histórico, pero la presión de la economía agrícola, fogoneada por el boom sojero, logró que el gobierno santafesino canalizara esas llanuras en la década del '90. La región se desecó progresivamente y transformó su ecosistema. La agricultura cedió paso obligado a la ganadería, actividad por excelencia de la zona. Uno de esos canales, el Línea Paraná, recoge el agua pluvial a lo largo de 200 kilómetros. Nace arriba de Gato Colorado y corre hacia el Paraná cerca del límite provincial, baja al este la ruta 13, sigue paralelo a la ruta 30, cruza por el medio de Los Amores, sigue hasta Villa Guillermina y finalmente desagua en el río. Su existencia influye sobre más de 14.000 kilómetros cuadrados.

Hace diez días, productores chaqueños le pidieron por las buenas a Walker que levantara las exclusas del canal para acelerar el escurrimiento de la lluvia caída aguas arriba. El presidente comunal accedió al pedido. "Eso fue a la una del mediodía, dos horas más tarde, un vecino le avisó a Walker que estaban cortando las compuertas", contó Abel Siebenhaar, coordinador territorial del Ministerio de Aguas. "El vecino que me avisó vio que eran los mismos productores a los que un par de horas antes habíamos ayudado. La policía fue al lugar y comprobó el daño, pero ya sin la presencia de esos malvivientes", confirmó el jefe comunal del pueblo de 1.500 habitantes que el mes pasado tuvo notoriedad por la polémica desatada en torno a una obra de teatro escolar.

El relato que pudo reconstruir Walker describe grupos de baqueanos que se desplazaban en camionetas, y que con motosierras se abocaron a cortar uno por uno los tablones de quebracho que componen las compuertas verticales que regulan el caudal del acueducto y retienen el agua de lluvia de los campos linderos. Y repitieron esa maniobra en tres exclusas que determinan los distintos tramos del canal: a 35, a 25 y a 1 kilómetro al oeste de Los Amores. "Seguramente ﷓interpretó﷓ pensaron que el agua que venía por el canal, desde aguas arriba, les podría afectar sus campos linderos y por eso hicieron esto, pero las compuertas levantadas funcionan igual que cortadas".

El ministro del área, Antonio Ciancio, advirtió que "a los Bajos Submeridionales debemos cuidarlos entre todos, y el Estado, si bien durante muchos años estuvo ausente o sin reacción, ahora está presente, monitoreando de forma permanente estas situaciones". "Iremos hasta las últimas consecuencias contra los responsables de semejante acto de vandalismo", dijo Pablo Zancada, coordinador de los Bajos.

"No es la primera vez que suceden estos atentados contra los intereses de los santafesinos. Basta recordar cuando a mediados de 2009, un productor taponó el cauce principal del río Salado para retener agua y suministrársela a sus animales. Hubo que remover los obstáculos para restituir el cauce natural", memoró Siebenhaar. También ese año se suscitó un conflicto con Santiago del Estero, porque productores de Colonia Dora restringían el agua del río Dulce que deriva en el Salado, en perjuicio de poblaciones y productores santafesinos.

Las exclusas del Línea Paraná siguen dañadas. La semana entrante, el Ministerio convocará a los ganaderos de la región para que conformen un comité de cuenca para evitar que se repitan esos ataques.

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