SANTA FE › EL TRIBUNAL ORAL DE SANTA FE IMPUSO PENAS DE 21 A 7 AñOS DE PRISIóN
El Tribunal condenó ayer a los siete represores de la III Brigada Aerea de Reconquista por "privación ilegal de la libertad" y "tormentos" a 39 víctimas, pero a cinco de ellos los condenó también por "violaciones agravadas" y "vejámenes".
› Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
El juicio a la patota de Reconquista quedará en la memoria como el primero en la provincia que castiga la violencia sexual en centros clandestinos como delitos de lesa humanidad. El Tribunal Oral de Santa Fe impuso ayer penas de 21 a 7 años de prisión a los siete represores de la III Brigada Aerea por "privación ilegal de la libertad" y "tormentos" a 39 víctimas, pero a cinco de ellos los condenó también por "violaciones agravadas" y "vejámenes" a una adolescente de 16 años, Griselda Pratto y a su hermana de 23, Luisa Pratto, en 1977. Ellas no pudieron esperar la sentencia frente a los jueces, quizás porque hace unos días falleció Ricardo Pratto, otro de los hermanos perseguido y martirizado. O quizás porque la escucharon a la distancia con la misma emoción que atravesó a una multitud que se concentró en las puertas del Tribunal para escuchar el veredicto, aplaudirlo, y compartir llantos y abrazos. Una de las Madres de Plaza de Mayo tuvo que hacer un esfuerzo para poner en palabras los sentimientos. "Estamos emocionadas. Hay lágrimas de alegría y de dolor, pero también de lucha y resistencia", dijo Celina Koffman.
La semana pasada, el jefe de la patota de la III Brigada Aérea, Danilo Sambuelli, descalificó a sus denunciantes. "Yo soy la víctima", dijo en sus últimas palabras antes de la sentencia. Ayer, el Tribunal lo condenó a 21 años de prisión por secuestros y torturas a 38 personas y "violaciones agravadas" a Griselda Pratto. Un intermedio entre lo que había pedido la Fiscalía (25 años) y lo que propuso la querella (20 años). Y a los demás les aplicó penas descendentes: Carlos Nickisch (18 años de cárcel por privación ilegal de la libertad y tormentos en 10 casos), Jorge Alberto Benítez (17 años), Arnaldo Neumann (13 años), Horacio Machuca (11 años), Rubén Molina (10 años y Eduardo Luque (7 años). Igual que Sambuelli, Nickisch, Neumann, Machuca y Molina fueron condenados también por "violaciones agravadas" a las hermanas Pratto.
Cuando las Madres de Plaza de Mayo salieron de la sala de audiencias, las recibió una ovación. "Estamos emocionadas hasta las lágrimas. Hay lágrimas de alegría y de dolor, pero también de lucha y resistencia", dijo Celina Koffman. Una síntesis de todos los sentimientos encontrados que compartieron las víctimas del terrorismo de estado en Reconquista, acompañadas por militantes de Hijos, organismos de derechos humanos, y expresiones políticas, entre ellas el Frente para la Victoria y el Movimiento Evita.
"No recordemos a Reconquista como un lugar de torturas. Los torturadores ya están donde deben estar: presos y cumplirán la condena que le ha sido impuesta gracias a la actuación de nuestros queridos abogados y abogadas. Una de ellas es nuestra nieta, digna hija de desaparecidos", agregó Celina, en obvia referencia a Lucila Puyol, impactada ayer por las emociones. El otro abogado de la querella fue Iván Bordón.
"De hoy en más, recordemos a Reconquista como un lugar de lucha y resistencia. Se ha llegado a este día de justicia por la fuerza de los testimonios, de los que fueron voz de los que ya no tienen voz para contar sobre los campos de exterminio. Para todos ellos, nuestro profundo de agradecimiento que hizo posible este día de alegría y festejos dentro de tanto dolor y lucha", planteó Koffman. Y le respondió un cantito dirigido al jefe de la patota. "¡Olé olá. Vení Sambueli. Vení, mirá. Los subversivos cada día somos más!".
Bordón apenas podía hablar. "Estamos muy contentos, emocionados", dijo. "En estos juicios revisamos el pasado, pero también el presente y el futuro para legar a las generaciones venideras un Estado que ya no persiga más, que no torture más, que no viole y que no haga desaparecer a las personas. Esto es muy importante para la sociedad", reflexionó. Y su colega Lucila Puyol recordó "a quienes dieron testimonio porque creen que un país para todos y para todas es posible. Por eso vinieron a este juicio a decir su verdad y eso fue lo que condenó a los siete imputados: dos militares y cinco policías", dijo.
Los denunciantes se mostraron conformes con la sentencia. "Es justa", apuntó Silvio Iznardo. "Tenemos que seguir la lucha porque faltan algunos de ese grupo de la Base Area de Reconquista. Y faltan los agentes civiles que operaban como PCI (Personal Civil de Inteligencia) que zafaron hasta ahora y se han reciclado en política", opinó Eden Sandrigo.
"Hoy es un día de memoria, verdad y justicia", dijo Elvira Dieringer. Mientras que Héctor "Lolo" Borsatti, referente de la Asociación Norte Amplio por los Derechos Humanos, interpretó el veredicto como un triunfo colectivo. "Esta es una causa que en el norte ha tenido una construcción colectiva. No hay héroes individuales. Es una causa que venía muy enredada, en un Juzgado Federal intervenido, con jueces subrogantes, que se demoraba, que se caía, que estaba mal hecha y felizmente se pudo concretar y llegar a la sentencia. Nosotros apoyamos mucho a los compañeros que han venido testimoniar, porque no podíamos retroceder. Esto tenía que salir bien por la historia del norte y como mensaje a la sociedad. No hay marcha atrás", concluyó.
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