Desde Santa Fe

La movilización de los santafesinos ante la tala de árboles en el parque Alberdi para construir 300 cocheras semi subterráneas, duplicó la magnitud de la protesta en una semana. Más de 2.000 personas participaron el sábado en el segundo abrazo a un espacio emblemático de Santa Fe, al que un desmonte convirtió en terreno bombardeado. El hecho ya tiene el tono de escándalo político. La marcha se realizó ante la vigilancia de 50 guardias municipales que mandó el intendente José Corral para custodiar carteles de obra y el mástil histórico, donde ocho de ellos cumplieron la misión más patética: impidieron a los manifestantes izar la celeste y blanca, justo el Día de la Bandera. "Los que dieron esta orden tienen una sola bandera, la del negocio y el dinero", denunció uno de los líderes de la marcha y presidente de la Asociación del Parque Federal, Alejandro Alvarez.

La protesta social comenzó hace siete días bajo la consigna "El parque Alberdi no se toca". En el primer abrazo participaron entre 800 y 1.000 personas, pero el segundo duplicó la convocatoria. El foco de resistencia es un acampe que logró frenar la obra, no sin incidentes. Cuando las cuadrillas de municipales, enviadas por Corral, intentan reponer el cerco de chapa o sacar árboles, se topan con jóvenes que ponen el cuerpo y se abrazan a postes y troncos. Y así, una y otra vez. La asamblea del Parque Alberdi ûcomo se identifica﷓ ya denunció agresiones y hasta amenazas ante la justicia, mientras que el Centro de Protección a la Naturaleza (Crepronat) patrocinó un recurso de amparo.

El segundo abrazo simbólico fue una fiesta de candombes, murgas y bandas. Y hasta hubo teatro. Un día de muchos niños y familias que plantaron árboles y flores. "Estamos acá pese a todo", dijo el presidente del Cepronat, Luis Carreras. "Estamos acá pese al cerco informativo que tuvimos toda la semana en la que algunos medios han desinformado y hasta tomaron declaraciones de funcionarios municipales que nos æbardeanÆ y dicen que acá sólo están los ambientalistas. Si acá hubiera 2.000 ambientalistas esta sería otra ciudad. Acá, somos ciudadanos", los corrigió Carreras.

El punto de encuentro era el mástil del parque, a metros del Monumento a la Madre, que ya está medio desmantelado. Antes, había sido en otro extremo, en el pie de la escalera mecánica que no funciona, pero el lugar había sido "copado por gente pagada por la Municipalidad y la Universidad (del Litoral) que recién ahora informan sobre la obra. íTendrían que haber informado hace dos años!", los interpeló Carreras, con un altavoz. Uno de los reproches es que el municipio aceptó la construcción de las 300 cocheras sin convocar a un registro de oposición, audiencia pública o consulta popular.

La columna avanzó hasta la avenida 27 de Febrero para rodear el parque en un abrazo colectivo. Frente a cada uno de los carteles de obras, en el cerco de chapa, se apostaron los guardias enviados por Corral. Tenían uniformes negros. Una de las manifestantes reconoció a uno de ellos. "Yo te conozco, vos sos de la Franja Morada", le dijo, pero el custodio no respondió.

La vuelta terminó en el punto de partida, frente al mástil. "Entre nosotros está presente un arquitecto reconocido en el plano internacional, que acaba de renunciar a su cargo en la Municipalidad de Santa Fe en desacuerdo con este negocio en el parque Alberdi", dijo Alvarez. No dio el nombre del renunciante, pero lo ponderó: "Es un ejemplo de dignidad". El aplauso fue sostenido.

Alvarez pidió otro aplauso para "los chicos del acampe. ¡Hay que estar acá, con el frío, el hambre, con el miedo! Poner el cuerpo a las agresiones de las cuadrillas municipales íGracias, a los chicos del acampe!" Y siguió una ovación.

La muchedumbre ya se había hecho más compacta. En el centro, quedó el mástil sin bandera, rodeado por los guardias municipales. El cordel estaba atado a una palmera. "Este mástil pide a gritos una bandera. Los que dieron la orden de que no se puede izar la bandera de la patria, de que país son?", se preguntó Alvarez. "No tienen bandera? ¡Tienen la bandera del negocio y el dinero!".

"Hoy es el Día de la Bandera y nosotros somos la bandera. La bandera de la dignidad. Si Belgrano los viera, seguramente estaría con nosotros y no aplaudiendo a un funcionario que hace negocios con empresarios privados en un espacio público", tiró. "La gente ya no se calla, no tiene miedo. Saben por qué? Porque Santa Fe se despertó de la siesta. Las cosas hay que decirlas ahora. Mañana, será tarde".

"La patria -agregó Alvarez- también se defiende en los espacios públicos y no entregándolos para que hagan negocios los empresarios privados y después vendiendo espejitos de colores como si fuéramos niños del jardín de infantes. La patria se defiende, defendiendo lo que es de todos. Mañana puede ser tarde, cuando todo tenga dueño y no haya lugares de encuentros comunes ya es tarde. El momento es hoy".